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HARVARD UNIVERSITY.
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OF THK MUSEUM OF COMPARATIVE ZOOLOGY.
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MExMORIAS
DK I.A
EEAL ACADEMIA DE CIENCIAS
EXACTAS, FÍSICAS Y NATURALES DE MADRID
TOMO XI
AVES DE ESPAÑA
MADRID
IMPRENTA DE LA VIUDA É HIJO DE D. E. AGUADO CALLE DE ^ONTEJOS, 8
1887
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AVES DE ESPAÑA.
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MEMOEIA
PREMIADA CON ACCÉSIT
REAL ACADEMIA DE CIENCIAS
Exactas, Físicas y Naturales
EN EL CONCURSO PÚBLICO DE 1882
BSCPirT-A. :e»or
D. JOSÉ ARÉVALO Y BACA
CATEDRÁTICO DE U UNIVERSIDAD OE VALENCIA.
^ MADRID.— 1887
IMPRENTA DIJ LOS SRES. VIUDA É HIJO DE AGUADO
8, J^ONTEJOS, 8
MEMORIAS
DE LA.
REAL ACADEMIA DE CIENCIAS
EXACTAS,
físicas y naturales.
Tomo XI
AVES DE ESPAÑA,
(UN DATO MÁS.)
« aussi la deslíucíion d'un grand
nombre d'especes d'oiscaux entraine-t-elle le développement de myriades d'insecies gui riecorent les /leum, les fruits. les cereales, la vigile, et raime les arhres des forels.'
Chenü.
PROLOGO.
Son tantos los atractivos que ofrecen las aves con sus formas ele- gantes, su vivacidad, sus bellos colores, su armonioso lenguaje, y sus costumbres, que en todo tiempo han sido objeto de atención y de es- tudio, y hasta de respeto y de cariño. Además de ser uno de los más bellos adornos de la Naturaleza, cumplen una misión benéfica, cuya importancia es grandísima y no siempre bien apreciada. Persígase á las aves de una comarca hasta que la abandonen por completo; y los parajes más pintorescos y animados quedarán tristes y silencio- sos como las decoraciones teatrales y los paisajes de los panoramas, que, apesar de los efectos de la luz y de la perspectiva, producen penosa impresión por la falta de vida y movimiento. Ya no se oiría en el bosque , durante las hermosas noches de la primavera, el canto inimitable del ruiseñor; ya la alondra no acompañaría con sus notas claras y armoniosas al labrador que al despertar la aurora emprende sus rudas tareas; ya las bandadas de palomas no bajarían al angosto valle á refrescar sus alas en las cristalinas aguas; el alegre canto del gallo no advertiría al caminante la proximidad de la aldea; ni los pajarillos dejarían oir su encantadora charla en las copas de los ár-
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boles, cuando á la caída de la tarde buscan "sus ramas favoritas para pasar la iioclie; el aire y el agua se envenenarían pronto con multi - tud de seres nocivos que harían imposible la vida del hombre; las plantas se verían destruidas por los insectos; j, al cabo de algún tiempo, las campiñas, los bosques y los valles quedarían convertidos en áridos desiertos.
Comprendiéndolo así, el hombre protege y propaga las aves, y mira cada día con más interés su estudio; pero las dificultades inhe- rentes á todo trabajo que tenga por objeto la descripción exacta de las especies propias de un país, aumentan considerablemente cuando ese trabajo se refiere á las aves: pues los poderosos medios de loco- moción que poseen, y á beneficio de los cuales salvan enormes dis- tancias para sustraerse á las condiciones desfavorables del clima y del suelo, son causa de que ensanchen los límites de sus áreas de un modo que no suele conseguirlo la mayor parte de los demás animales, y de que, al acomodarse á nuevas condiciones de vida, experimenten modificaciones notables en su organización y en sus costumbres. De aquí que la ornitología de un país, ó de una región, no pueda ni deba reducirse á citar las especies observadas; sino que es indispensable seguirlas en los distintos períodos de la vida de los individuos, estudiar sus costumbres, determinar los parajes y épocas en que crían, iden- tificar escrupulosamente los nidos, observar las emigraciones y régi- men alimenticio, y deducir, por último, la importancia relativa de cada especie en el cuadro admirable de la Creación.
Hace algunos años que el estudio de las aves de España viene siendo objeto de atención por parte de naturalistas, tanto del país como extranjeros; pero hasta ahora los varios trabajos publicados se refieren á regiones muy limitadas, se hallan dispersos, y son incom- pletos, no sirviendo, á causa del carácter que tienen casi todos de
listas ó catálogos, para llegar al conocimiento de las especies ni para la aclaración ó comprobación de nuevos datos que pudieran adqui- rirse.
Muy lejos de mi ánimo está el considerar el trabajo presente co- mo perfecto: defectos grandes encierra sin duda, que personas más competentes sabrán corregir; pero tengo la satisfacción de haber reu- nido á fuerza de desvelos, durante once años, numerosos datos que pueden servir para ayudar al conocimiento completo de la Fauna or- nitológica española.
Gratitud profunda conservaré siempre (y es para mí al par que un deber sagrado una gran satisfacción el consignarlo) hacia aque- llas personas que con sus consejos y noticias me han animado á em- prender, continuar y concluir esta obra, debiendo citar á dos que ya no existen, pero cuyo recuerdo no se borrará jamás de mi cora- zón: la primera, D. Higinio Aragoncillo, antiguo profesor mío en el Instituto de Málaga, quien con cariño verdaderamente paternal des- pertó y fomentó en mí la afición al estudio de las Ciencias Natura- les y me alentó con sus sabias lecciones; y la segunda, D. Francisco de los Ríos, el cual puso siempre á mi disposición numerosos datos y noticias referentes á las aves de la pi'oviucia de Málag-a, adquiridos en su larga práctica, como aficionado á la caza y como preparador en el citado Establecimiento.
Además del gran número de ejemplares que conservo como com- probantes de mis observaciones, he utilizado importantes datos pi'o- porcionados por las colecciones de varios Establecimientos científicos, entre ellos el Museo de Ciencias Naturales, las Universidades de Ma- drid, Valencia, Granada, Sevilla y Barcelona, el Instituto de Mála- ga, el Instituto Agrícola de Alfonso XII, y la Escuela de Ingenieros de Montes.
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Ubstáculos insuperables me han impedido que esta Memoria vaya acompañada de uu atlas, que facilitara la determinación de las espe- cies: ojalá que alguna vez pueda ver realizado este deseo; pero debo declarar que, apesar de k falta de láminas, las descripciones pueden suplirlas en gran parte, pues casi todas están hechas ante ejemplares auténticos obtenidos en España, comprobando y rectificando escru- pulosamente las que aparecen en las obras generales de Ornitología.
Antes de dar por terminado este prólogo, debo consig-nar que no ha sido uñ vano alarde de erudición lo que me ha movido á colocar al frente de la Memoria algunas consideraciones sobre la organización j vida de las aves, sino el deseo de propagar los conocimientos científi- cos entre las personas aficionadas al estudio de la Naturaleza.
INTRODUCCIÓN.
OUGANIZACIOM Y VIDA DE LAS AVE.S.
Entre los animales de sangre caliente las aves ocupan sin duda alguna el primer lugar bajo el punto de vista de la actividad de las funciones de la vida vegetativa y de la energía de los movimientos: actividad que se conserva constantemente, apesar de las variaciones de la temperatura de la atmósfera, gracias á la cubierta de plumas que impide la pérdida de calor y á la rapidez del vuelo que les faci- lita el cambio de residencia según las estaciones.
El carácter esencial de las aves es la facultad de volar, á la cual está subordinado todo su organismo: carácter que limita perfecta- mente el grupo; pues, si bien algunas especies han perdido dicha fa- cultad, conservan los rasgos fundamentales de la organización; y, aunque la clase de los reptiles está modelada bajo el mismo plan y unida á la de las aves por íntimas relaciones, como lo demuestra en- tre otros muchos hechos la organización de la archceopteryx litho- graphica, que en realidad no puede asegurarse si sería un pteroda- ctylo con plumas ó un ave con la columna vertebral y la pelvis pa- recidas á las de los lagartos, lo cierto es que, en el período actual del Globo, no existe forma alguna que impida la separación completa de las dos clases.
La forma general del cuerpo de las aves obedece á su género de locomoción: el tronco, que es ovalado, descansa oblicuamente sobre los miembros posteriores, los cuales presentan una gran base de susten-
8 tación; hacia arriba se dirige el cuello, generalmente largo y movi- ble, en cujo extremo está la cabeza redondeada, pequeña y prolon- gada anteriormente en un pico córneo; y, por último, en la parte posterior del tronco se continúa la región caudal muy corta, cuya úl- tima vertebra se modifica para servir de inserción á los músculos que lian de mover las plumas de la cola.
Aparato motor.
Esqueleto. El esqueleto de las aves tiene grandes analogías con el de los saurios, pero con las modificaciones necesarias para fa- vorecer el vuelo: la principal es la ligereza de los huesos debida á su rigidez, y al mismo tiempo á no ser macizos, cuya disposición, en la que está basado el principio de mecánica de las columnas huecas, disminuye el peso sin que por esto se pierda la solidez, facilitándose aún más la ligereza por la circunstancia de hallarse en comunica- ción las cavidades de los huesos con otras, situadas en distintos pun- tos del cuerpo, y con el aparato respiratorio. Estas propiedades de los huesos de las aves se designan con el nombre de neumatícidad.
Los huesos de la cabeza se sueldan desde la primera edad, cons- tituyendo una caja que se articula con el ailas por medio de un sólo cóndilo, y está formada en g-ran parte por los frontales que limitan las cavidades orbitarias. La porción escamosa y la petrosa del tempo- ral se unen formando una sola pieza, con la cual se articula el hueso cuadrado, y con éste el suspensor de la mandíbula inferior. El tabi- (|ue interorbitario es. casi siempre membranoso en su parte media, y ocupa una posición perpendicular á la lámina central del etmoides, de la cual parten á uno y otro lado las dos piezas que separan las ór- bitas de las fosas nasales: éstas se disponen en cornetes que se pro- longan hacia adelante en dos cavidades incompletamente separadas por uu tabique óseo ó cartilagíneo. Los huesos de la cara, principal- mente los maxilares y el intermaxilar, se reúnen pai'a formar la man-
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dibnla superior, la cual permanece movible en su inserción con el cráneo, quedando el aparato maxilo-pulatino y el hueso cuadrado ar- ticulados con los temporales y con las apófisis del eí'enoides. La dis- posición especial del hueso cuadrado es notable y facilita la separa- ción de las dos mandíbulas: por una parte se articula con el tempo- ral y con el suspensor de la mandíbula inferior, y además tiene otras dos articulaciones movibles con el pómulo y el pterigoideo; y, si á esto se añade la movilidad de la mandíbula superior, se comprenderá que la presión ejercida sobre el hueso cuadrado se trasmite al pómu- lo V pterigoideo, y de aquí á la mandíbula superior, la cual se ve obligada á elevarse al mismo tiempo que baja la inferior. El hueso hioides es estrecho, y sus astas anteriores suelen encorvarse y pro- longarse en algunas aves insectívoras hasta la frente, á fin de cons- tituir un aparato para proyectar la lengua fuera del pico.
La columna vertebral está formada por varias regiones, pero no perfectamente distintas, pues las vértebras cervicales tienen costillas rudimentarias, y las costillas correspondientes á las primeras dorsa- les no se articulan con el esternón: además, las vértebras lumbares se sueldan con las sacras para formar el sacro.
El cuello consta casi siempre de nueve vértebras ' y es muy mo- vible: las apófisis transversas y las costillas rudimentarias dan origen á cada lado á un conducto por donde pa.sa la arteria vertebral y la porción cervical del simpático. Las vértebras dorsales llevan todas costillas y apófisis espinosas, superior é interiormente; pero muchas veces las primeras costillas no se unen al esternón sino á las apófisis transversas: existiendo además huesos externo-costales ({mq, como in- dica este nombre, se articulan por un extremo á las costillas y por el otro al esternón; y. como las costillas se apoyan unas contra otras, resulta que el movimiento de las esternales se comunica á toda la caja torácica, la cual aumenta su capacidad en el acto de la inspiración.
El esternón es un hueso ancho que llega á cubrir parte del vien-
' En el Cisne llegan al número de 23.
10 tre, V tiene en la línea media de su superficie externa una cresta llamada quilla, destinada á la inserción de los músculos que mue- ven las alas: en las aves que no vuelan no se presenta la quilla. Las reo-iones lumbar y sacra las forman diez y seis ó veinte vértebras, las cuales se unen entre si, y con los huesos iliacos que son bastan- te largos. Por último, la región caudal consta de siete ú ocho vérte- bras movibles, la última de las cuales tiene la forma de una lámina vertical.
La rigidez y extensión del tronco y la disposición de la cintura escapular presentan puntos de apoyo y grandes superficies para los músculos poderosos de los miembros anteriores: la parte basilar de estos está constituida por un omóplato largo y estrecho que descansa sobre la parte dorsal de la caja torácica y por la clavícula y el hueso coracoides que se unen al esternón: las clavículas se .sueldan una con otra por el extremo anterior y forman la horquilla, que se fija á la cresta del esternón por medio de tendones. La parte libre de la extre- midad anterior la componen: primero, el húmero; segundo, el cubi- to y el radio; tercero, dos huesos del carpo articulados con otra pie- za formada por la soldadura de tres metacarpianos; y, cuarto, tres de- dos: uno situado en la parte radial con una sola falanje, represen- tante del pulgar; otro también con una falanje unido al metacarpo por el lado opuesto (el tercero); y entre ellos el dedo segundo que tiene dos. Durante el reposo del ala, el brazo, el antebrazo y la mano, se pliegan unos contra otros, quedando el primero dirigido hacia atrás, el segundo hacia adelante, y la tercei"a en la dirección del brazo.
La cintura pelviana está formada como queda dicho por la sol- dadura de las vértebras lumbares y sacras con los ilion: los huesos iliacos y los pubianos son muy largos, pero estos últimos no se unen para formar la síufisis pubiana más que en el avestruz. El fémur es cor- to y grueso, dirigido oblicuamente hacia adelante, de modo que no es aparente al exterior, como tampoco lo es la rodilla. La pierna e.stá cons- tituida principalmente por la tibia, pues el peroné se halla reducido á un estilete que se apoya en la cara externa de aquella. A esta región
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sigue la llamada canon ó tarso-metatarso ', por ser debida á la soldadura do tres piezas metatarsianas y una que parece proceder del tarso: estas tres piezas se separan en su extremidad inferior for- mando poleas articulares para los dedos.
Generalmente existen cuatro de éstos: uno, dirigido hacia atrás (primero ó interno ") que se articula casi siempre á major altura que los anteriores con un estilete óseo, representante de la primera pieza metatarsiana, aplicado al tarso-metatarso: pero también puede ocurrir que los cuatro sean anteriores, que el externo sea versátil, que dos se opongan á los otros dos, que falte el primero, que el externo y el me- dio estén soldados, que los anteriores estén unidos en su base por una membrana más ó menos extensa, continua, hendida ó en forma de festones, etc.: modificaciones que proporcionan caracteres de gran importancia. El número de falanges también es variable, pero au- menta desde el dedo primero que tiene dos, hasta el cuarto ó exter- no que posee cinco.
Sistema muscular. En armonía con la locomoción de las aves, este sistema ofrece caracteres notables: en primer término los múscu- los dérmicos, destinados á mover la piel y las plumas están muy desarrollados, dispuestos en bandas anchas que emiten hacecillos de fibras alrededor de la base de las plumas; y, en segundo lugar, las grandes masas musculares del esqueleto adquieren mayor desenvol- vimiento hacia el centro de gravedad del cuerpo, en el esternón, mus- los y pelvis, pero especialmente el gran pectoral y el gran dorsal, destinado el primero á mover el ala, y el segundo á sostener duran- te el vuelo la parte posterior del cuerpo. La disposición de los múscu- los de los miembros posteriores es también muy especial: el recto anterior del muslo, procedente de la región pubiana, se extiende á lo largo del fémur y se continua en un tendón que pasa por la cara anterior de la articulación de la rodilla, yendo á insertarse en la ex-
Por abreviar se suele denominar tarso en el lenguaje descriptivo. También recibe el nombre de pulgar.
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terna de la tibia donde se confunde con el flexor de los dedos. Esta disposición es causa de que, al reposar el cuerpo sobre los miembros posteriores, la flexión de la articulación de la rodilla determine nece- sariamente la de los dedos, j puedan las aves permanecer fuertemente agarradas á las ramas durante el sueño, sin esfuerzo voluntario.
Plumas. Las plumas constituyen un carácter esencial y exclu- sivo de las aves: cubren casi todo el cuerpo, siendo muy limitadas las partes que quedan desnudas, como se observa en la cabeza y cue- llo de los buitres: lo común es que, en los sitios donde faltan las plu- mas, la piel se modifica; ya endureciéndose, formando la materia cór- nea del pico, espolones, escudetes y escamas del tarso y de los dedos; ya las protuberancias carnosas, crestas y carúnculas que adornan la cabeza ó el cuello de las gallinas; ya, por fin, la membrana cera que cubre parte del pico.
Bajo el punto de vista de su formación, las plumas son similares a los pelos de los mamíferos, naciendo de folículos del dermis que se hallan tapizados interiormente por la epidermis, y en cuyo fondo se nota una papila ' muy rica en vasos sanguíneos, á beneficio de los cuales, se va formando el primer boceto de la pluma, al rededor de la cual se fija el tapiz epidérmico. Desarrollada la pluma, se la ve constituida de un eje, fallo, raquis ó costilla terminado inferiormen- te por un tubo córneo, cañón de la pluma: de la parte maciza parten lateralmente y hacia arriba laminillas dísticas {barbas), las cuales, á su vez, se dividen en otras también dísticas, apretadas unas contra otras {barbillas). La parte maciza del tallo, presenta en su cara infe- rior un surco profundo que corre á todo lo largo, terminando en el punto de unión con el tubo: en este punto hay casi siempre una plu- milla rudimentaria.
' Esta papila desecada constituye la sustancia contenida en el cañón, llama- da alma de la pluma. Algunos autores no admiten en absoluto esta semejanza en- tre la pluma y el pelo, y más bien consideran á las plumas genéticamente seme- jantes á las escamas de los reptiles.
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La estructura de las plumas lia dado lugar a denominaciones es- peciales: se llaman plumas propiamente á las de tallo rígido y barbas más ó menos apretadas; plumón, á las de tallo muy delgado y barbas flexibles y descompuestas; y filoplwiias, ó plumas filiformes, á las que tienen el tallo como indica este nombre y las barbas atrofiadas. Entre estos tipos hay variaciones muy numerosas, de las que mere- ce citarse la que ofrecen las plumas de las rapaces y fisircjstras nocturnas, cuyas barbas son flojas y descompuestas. Las plumas to- man también distintas denominaciones .según el uso á que están des- tinadas y la región que ocupan: las de las alas se llaman remeras; y, de éstas, remeras primarias á las que corresponden á la mano, re- meras secundarias á las del antebrazo, bastardas á las del pulgar, y escapulares á las del húmero. Las de la cola timo7teras\ y las que cu- bren el cuerpo, pero que no toman una parte activa en la locomoción aérea, se denominan coberturas, y según el punto que ocupan son cobei'toras superiores ó inferiores de las alas y de la cola, ventra- les, anales, etc.
El plumón ocupa los espacios que entre sí dejan las plumas, y forma una capa espesa que impide la pérdida del calor, estando muy desarrollado en las aves nadadoras, y, sobre todo, en las que habitan los países fríos. En cuanto á las plumas filiformes, que en las at'e^ í?e^ paraíso y otras muchas sirven de adorno, las variaciones son muy grandes: cuando quedan muy cortas y rígidas, y ocupan la base del pico ó las aberturas nasales, se llaman vibrisas y cerdillas.
La agrupación de las plumas es notable, pero especialmente la de las alas y cola es digna de conocerse, puesto que de ella depende la transformación de estas partes en órganos del vuelo. Las del ala forman un abanico que puede abrirse y cerrarse por dos puntos: por la articulación de la espalda y por la de la mano; y cuya superficie está limitada por las remeras y por dos replieges cutáneos que se extienden, uno desde el tronco al brazo, y otro entre éste y el ante- brazo: de ellos, el segundo fija el ala al tronco, pero el primero desem- peña otra función importante; pues, á beneficio de un ligamento que se extiende por el borde externo del ala, desde la espalda ha-sta la ma-
u
lio, uo sólo se despliega el ala, sino que, ejerciendo un esfuerzo de tracción en la mano hacia el lado del pulgar, la extiende al mismo tiempo.
La forma general de este órgano depende mucho de la de las plu- mas, y siempre es tanto más larga j aguda cuando el ave es mejor voladora: esto se nota principalmente en las cypselklas que están constantemente en el aire durante el día, y cuvos movimientos son tan rápidos: la forma del ala en ellas es la de un sable encorvado. Pa- recidas son las de las aves que se internan mar adentro muchas le- guas; por el contrario, en las de vuelo pesado, como las gallinas, son redondeadas; y, por último, en las que no pueden volar, ó .son flojas como en el avestruz, sirviéndole .sólo de balancines en la carrera, ó están reducidas á una especie de remo ó aleta, como en las palmípe- das impenes.
Las plumas de la cola se mueven independientemente unas de otras formando abanico, y además juntas pueden subir ó bajar á voluntad. El objeto principal de la cola es servir de timón en el vue- lo, pero también puede llenar otros usos: en las aves saltadoras, por ejemplo las motacillas, sirve de balancín; en los picos de punto de apoyo para trepar por el tronco de los árboles, para lo cual las plu- mas son agudas, muy rígidas y escamosas en la punta; ó bien de adorno , pero en este caso las cobertoras superiores adquieren una gran longitud (pavo real).
La coloración de las plumas es variadísima, y á veces se hermo- sea con vivos reflejos metálicos: en general es mis intensa en las aves de los países intertropicales, los que ofrecen una prueba evidente con •los colibHs ó pájaros-mosca , cuyo plumaje tiene el brillo y matices de los rubíes, esmeraldas, zafiros y topacios: siguen á éstas las aves del Asia y de la Oceanía, donde los faisanes y aves del paraíso son también notables, aunque no abundan tanto los reflejos metálicos. En los países templados los colores son menos agradables, dominando el negro, el blanco y el de tierra de siena: sin embargo, en Europa, el martín pescador, el abejaruco, la oropéndola, el estornino, y algu- nas otras no tienen que envidiar mucho á las de los países indica-
15 dos. lin las reyloues polares y alpinas, el blanco y el negro consti- tuyen casi exclusivamente la coloración, lo que también se observa en la mayoría de las palmípedas.
La intensidad del color se halla en las partes superiores del cuer- po, y los más agradables en la cabeza, cuello y pecho, siendo casi siempre la brillantez del plumaje adorno de los machos en la época de los amores; pero, aunque la diferencia de coloración permite mu- chas veces distinguir los sexos y edades, hay excepciones y casos contradictorios: tal ocurre en las oropéndolas, de las que suelen pre- sentarse algunas veces machos adultos con plumaje de hembras, ó in- dividuos de este sexo con el color propio de los machos.
Pocos datos positivos tiene todavía la ciencia acerca de las cau- sas de coloración de las plumas: lo que parece fuera de duda es que la acción directa de la luz y del calor del sol la hacen más brillante é intensa. Respecto á las materias colorantes, los trabajos de Bogda- now han dado á conocer que unas, como el rojo, son solubles y pue- den obtenerse por medio del alcohol; otras, como el amarillo, por el ácido acético; otras, por los álcalis; y una sola, el negro, por el agua: habiendo dividido este autor las plumas en dos grupos: uno formado por las llamadas comunes ó de color fijo, que vistas por reflexión y por tra.sparencia tienen el mismo color; y el segundo, por las plumas cambiantes ú ópticas, cuyo color es distinto según se las observe, siendo de notar que el azul es siempre óptico, es decir, que no exis- te materia pigmentaria en las plumas de este color. Por último, la irisación parece debida á nxipiginentum especial irisante, y á su dis- posición en agujas finísimas en la superficie de las barbas y bar- billas.
Las variaciones de color que se advierten en los distintos períodos de la vida de las aves dependen, bien del fenómeno llamado muda, bien del cambio que sufren las materias colorantes. La muda es la renovación más ó menos general de las plumas por otras de diferente coloración y aun de diversa consistencia: cambios relacionados con la edad del individuo, estación y clima, que proporcionan caracteres de gran valor para la determinación de especies, variedades, sexos
16 y edades. La pelusa fina, que cubre el cuerpo de las aves al uacer, es reemplazada al poco tiempo por plumas generalmente de colores sombríos ó apagados, muy parecidos á los de la hembra adulta de la misma especie: esta primera vestidura se denomina de individuo jo- ven, j se cambia al cabo de uno ó dos años por el plumaje de adul- to; pero no puede establecerse una regla fija acerca del tiempo que tardan las distintas especies en tomar su coloración definitiva, que en algunos llega basta cuatro ó seis años: lo que ha dado origen á que se hayan tomado á veces, por especies distintas, individuos de di- ferente edad.
La muda tiene lugar á fin del verano ó en otoño, en cuya época van cayéndose las plumas, empezando por las de las alas y siguien- do las del cuello, espalda y demás partes. Este período es para las aves una verdadera enfermedad , pues .se las ve tristes, dejan de can- tar, comen poco, y muchas mueren '.
El cambio de coloración de las plumas, ó metacromatismo, ha sido ignorado hasta hace poco tiempo, y especialmente á los trabajos de Sehlegel se debe el conocimiento de este fenómeno notable, que inducía antes á suponer como muda lo que en realidad no lo es: en efecto, la caída de las plumas tiene lugar en la época citada; pero las nuevas van poco á poco adquiriendo tintas diferentes, hasta que en la primavera presentan toda su brillantez.
No debe perderse de vista que dentro de la coloración propia de los individuos, según su especie, .sexo y edad, pueden pre.sentarse alteracioues accidentales cuya causa es difícil descubrir: esto ocurre, por ejemplo, en e\ jilguero (c. elegans), del cual suelen verse algu- nos indiduos, cuyos colores no sólo son poco vivos, sino que tienen un tinte general negrusco-amarillento, sobre todo en el madroño. En mi concepto, e.sta alteración parece debida á un estado pataltígi- co especial; pero en otros individuos no pueden racionalmente atri- buirse á esta causa los cambios de color, pues algunas codornices, en
' El plumón cae en primavera y vuelve á nacer al terminar la muda, antes del invierno.
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qiie la coloración es' muy intensa, destacándose notablemente las manchas de color de marfil, son mucho más robustas j de mayor tamaño que la generalidad. Esta tendencia á tomar colores oscuros muy intensos se ha designado con el nombre de melanismo.
El color blanco dominante ó nlüinismo, debido á no haberse des- arrollado las materias pigmentarias características de la especie, y al que va unido casi siempre el color rojo del iris, y el de carne ó hueso de los tarsos y dedos, es niuy frecuente en las aves: el gorrión, la linota cannabina, las golondrinas, \?i perdiz coraiin, y algunas otras, lo presentan en individuos aislados; pero hay casos en que se propaga por generación, de una manera análoga á lo que ocurre en los mamíferos (ratas y ratones), contituyendo verdaderas razas ó va- riedades albinas ; y otros en que no siempre es fácil distinguir si realmente lo son, ó razas y variedades blancas: la tórtola y la palo- ma domésticas, las gallinas y el pavo real, presentan estas varieda- des y razas blancas muy constantes, que son difíciles de referir al albinismo. '
Locomoción. De los distintos medios de locomoción de las aves, el más importante es el vuelo, como que es la función característica del grupo: su rapidez, altura y duración .son muy variables, pudieu- do citarse entre las especies que poseen estas cualidades en más alto grado las águilas y buitres, las aves de las tempestades, las golon- drinas y otras viajeras. La mayor altura es la de 7.000 metros, á la cual se eleva el cóndor; y puede calcularse en unas doscientas le- guas el camino recorrido en diez horas por la mayor parte de las ra- paces.
El cuerpo del ave, aparato perfectísimo de locomoción aérea en la mayoría de las especies, se ajusta en todas sus partes y condicio- nes á los principios de la mecánica: su equilibrio en la atmósfera se realiza por el g-ran desarrollo del aparato respiratorio, que conduce
' En las especies en que uno de los colores dominantes es el negro intenso, como en las golondrinas, los individuos albinos son de color gris-perla ó isabela.
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el aire á las cavidades del cuerpo y al interior de los huesos y de las plumas, por la estructura de estos órganos y por la longitud del cue- llo; y el movimiento de traslación por las grandes masas musculares, por la forma y disposición de las alas y cola, y de las remeras y ti- moneras: resultando de todas estas circunstancias que el peso espe- cífico disminuye sm un aumento exagerado del volumen, y que en pequeño espacio se encuentren acumuladas grandes cantidades de fuerza, tanto para la traslación del cuerpo de nn punto á otro, como para contrarrestar la acción de la gravedad y de los vientos contra- rios. El punto de apoyo es el aire; la potencia está representada por el esfuerzo muscular trasmitido á las alas; y la resisteJicia por el peso del cuerpo y por el obstáculo que opone el aire.
No menos importante que el músculo gran pectoral es para el vuelo el gran dorsal, que mantiene elevada la parte posterior del cuerpo : sin él quedaría éste vertical, y sería casi imposible que pu- diera seguir uu camino fijo y variar de dirección: sería en tal caso parecido el movimiento del ave en la atmósfera al de esos juguetes en forma de pájaros, que se elevan más ó menos por medio de un i"e- sorte de cautcliuc, pero que no pueden sostenerse horizontalmente ni llevar una dirección determinada. El cuello de las aves obra como contrapeso, disminuyendo así el esfuerzo del gran dorsal.
Casi todas las aves para emprender el vuelo dan un salto exten- diendo al mismo tiempo las alas y la cola, dirigen rápidamente aque- llas hacia abajo y atrás , dan otro nuevo salto , utilizando ya el aire como punto de apoyo, y vuelven á mover con ^energía las alas en el sentido que queda dicho: estos actos repetidos hacen elevar el cuerpo cada vez más, y que camine con mayor ó menor velocidad hacia ade- lante ' . Hasta tanto que llegan á la altura conveniente el vuelo no es en realidad sino una serie de saltos en el aire, que pueden observar-
' En las cypselidas el vuelo no se inicia por un salto, por impedírselo el poco desarrollo de los miembros posteriores: estas aves descansan y anidan fiempre en puntos elevados desde los cuales se dejan caer suavemente con las alas abiertas. hzs 2^almipedas que pueden volar dan el primer salto apoyándose en el agua.
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se muy fácilineute eu las aves que le tienen poco elevado y sosteni- do, como muchas S!/lDÍa.<i, las alondras y las motaciUas. Eu las de alto vuelo sólo se advierten en los primeros momentos, pero cuando se lian situado á cierta altura se las ve durante mucho tiempo con las alas extendidas, casi inmóviles , ó bien avanzar horizontalmeute sin g-randes esfuerzos.
Los cambios de dirección se efectúan por medio de la cola prin- cipalmente, la cual funciona como timón. Para descender compri- men las aves las cavidades torácica y abdominal, con lo que se au- menta el peso específico, suspenden el movimiento de las alas, y re- pliegan la cola más ó menos, á fin de reg-ularizar la caida.
La dirección del viento influye necesariamente en el vuelo, favo- reciéndole ó perjudicándole: con viento contrario, ó que sople en di- rección oblicua á la que lleve el ave, los esfuerzos de las alas y cola tendrán que ser grandes; y, eu cambio, si el viento le ayuda, pueden las alas permanecer extendidas sin efectuar movimiento, y solo la cola funciona: .de esta manera vemos á las gaviotas en nuestros puertos, cuando vuelan en la dirección del viento, adelantar suave- mente en g-randes extensiones, sin que se noten movimientos en las alas; pero, fijándose bien, se advierte que al mismo tiempo van des- cendiendo lentamente por el propio peso del cuerpo, describiendo una rama de parábola.
La locomoción terrestre varía según la disposición de los miem- bros posteriores: unas aves, como los gorriones, saltan; otras trepan por los troncos y ramas, ayudadas del pico y de la cola; otras andan pausadamente, como las cigüeñas; algunas corren rápidamente, lu- chando con ventaja con los caballos y los perros; y otras, por últi- mo, al andar se balancean ó apenas pueden sostenerse sobre la tierra, como pasa á las palmípedas, por la colocación de las extremidades muy hacia atrás.
Las aves nadadoras tienen los pies acomodados para este g-énero de ^^da, unidos los dedos por membranas más ó menos anchas, y aun en algunas las alas están trasformadas en remos. Unas sólo na- dan en la superficie de las ag-uas tranquilas de los lagos; otras prefie-
20 rea los mares agitados por la tempestad , viéndoselas flotar sobre las olas; y, por último, muchas zambullen ó buzan á mayor ó menor pro- fundidad para apoderarse de los peces y otros animales acuáticos.
Sistema nervioso y sentidos.
Sistema nenñoso. La masa encefálica ocupa en las aves toda la cavidad craneana, pero no presenta circunvoluciones en los hemisfe- rios cerebrales: el cuerpo calloso es rudimentario, observándose los cuerpos estriados en la base de los ventrículos laterales. El cerebelo es voluminoso, y, como en los mamíferos, aparece en su sección lon- gitudinal el áy^bol de la vida y los apéndices laterales, centros de la coordinación de los movimientos. Las demás partes del sistema ofre- cen pocas modificaciones con relación al de los mamíferos: sólo hay C|ue notar el ángulo pronunciado que forma la médula ol)lougada con ' la espinal, la formación de un plexo (seno romboidal) en la región lumbar á beneficio de los cordones procedentes de la médula, y la marcha del gran simpático por el conducto formado por las apófisis transversas y las costillas rudimentarias de las vértebras cervicales. El aparato de la visión está perfectamente acomodado .al género de vida de las aves; y si bien es verdad que la movilidad del globo del ojo es escasa, en cambio la del cuello y cabeza es mucho mayor que en los demás vertebrados, y no se perjudica el fin fisiológico del apa- rato. El bulbo ocular ó globo del ojo está constituido por dos hemis- ferios, uno anterior y otro posterior , éste de mayor diámetro, sepa- rados por un angostamisnto cónico cuya base mayor corresponde al hemisferio posterior: esta construcción y la gran curvatura de la córnea se hallan particularmente marcadas en las aves nocturnas; y, por el contrario, son poco sensibles en las palmípedas. La esclerótica está reforzada por uno ó dos anillos óseos, el primero detrás de la córnea y el segundo alrededor del punto en que el nervio óptico pe- netra en el globo del ojo. Otro in-gano particular es una prolongación
21 plegada de la c-oroides, llamada peine, que, después de atravesar la retina, se extiende oblicuamente al través del humor vitreo basta el cristalino.
El párpado inferior y la membrana traslucida {membrana nicti- tante) son muy movibles: en la base de esta última se halla la aber- tura del conducto excretor de la gldndala de Ilarder. y en el án- gulo externo del ojo el urifido lagrimal.
La colocación délos ojos es lateral: sólo en las rapaces nocturnas es anterior y ambos están situados en el mismo plano, de un modf) semejante á lo que se observa en el hombre.
La vista de las aves es muy penetrante, sobre todo en las que tienen el vuelo alto j sostenido, no tanto por la extensión y compli- cación de la retina, como por la adaptación exacta á las distancias, y la gran movilidad del iris, que aumenta y disminuye facilmeute la abertura de la pupila.
El aparato auditivo consta, como en los mamíferos, de oído ex- terno, medio é interno, aunque menos complicado. La primera parte la constituyen ua repliegue cutáneo, recuerdo del pabellón de la oreja, sobre el que suele haber plumas larg-as en forma de pince- les, y un conducto auditivo corto. El oído medio le forma la caja del tímpano con un solo huesecillo {columnillá), representante del estri- bo: cavidad que está eu comunicación con las células de los huesos del cráneo, y además cou la faringe por la trompa de Eustaquio. El oído interno consiste: primero, eu un vestíbulo pequeño, donde se abren las ventanas oval y redonda; segundo, eu el caracol, cavidad cónica, poco encorvada, cuya parte interior membranosa describe media vuelta de espira, y cuyo extremo se ensancha, quedando di- vidida por una laminilla eu dos conductos paralelos, escala ti,npdni- ca y escala vestibular; y tercero, por tres conductos semicirculares, formados por el laberinto, que está rodeado de una masa ósea espon- josa.
El órgano de la olfación le forman dos anchas fosas, separadas comúnmente por un tabique incompleto y tres cornetes óseos ó carti- lagíneos. Las aberturas nasales están casi siempre en la base de la
22 mandibula supei'ioi' en el fondo de surcos más ó menos profundos j cubiertos, ó rodeados de cerdillas; j algunas veces alargadas en for- ma de tubos, unidos como los anteojos de teatro.
Este sentido no está tan desarrollado como los anteriores; sin em- bargo, en algunas aves carnívoras es bastante fino, pues notan desde grandes distancias el olor de las sustancias que les sirven de ali- mento .
El sentido del gusto tiene su asiento en la base de la lengua, cuya parte es blanda y está provista de gran número de papilas. Rara vez toda la lengua es carnosa {loros): lo común es que esté en- durecida en casi toda su extensión, y entonces sirve para la preten- sión y trituración délos alimentos.
Sentido del tacto. El pico, cuando se halla cubierto de una membrana blanda muy rica en nervios, como pasa en muchas palmí- pedas, ó cuando todo es membranoso como en las palomas, y la piel inferior de los dedos, son indudablemente órg-anos del tacto activo; pero este sentido parece el menos desarrollado.
Algunos autores, siguiendo las ideas emitidas por Carus, conce- den á las aves un sentido que denominan termo-eléctrico ó termo- barométrico, cuyo asiento es difícil señalar, en virtud del cual apre- cian con alguna anticipación, y con más exactitud que el hombre y los instrumentos de física más perfeccionados, las variaciones atmos- féricas relativas á la temperatura, presión, estado eléctrico y hu- medad.
Aparato digestivo.
Apesar de la alimentación tan distinta de unas aves respecto á otras, este aparato tiene una construcción muy uniforme en todas ellas. Las mandíbulas alargadas y revestidas de un estuche córneo, constituyen el pico, concurriendo á formar la superior los maxilares, intermaxilares y nasales: la inferior consta de una sola pieza que co- rresponde á las dos ramas de los otros vertebrados. La forma, consis-
23 tencia _v bordes del [jico dependeu eseiicialmente del rég-imen alimen- ticio: en las aces de rapiña es acerado, encorvado j cortante, á propósito para desgarrar las víctimas; en las insectívoras, delgado, largo 3' poco resistente; en las qne se alimentan de hierbas y anima- les acuáticos pequeños, largo y aplastado, y sus bordes suelen estar provistos de laminillas córneas, que hacen el oficio de dientes y de criba; en las granívoras es cónico, fuerte y corto; etc. En casi toda la longitud de las mandíbulas es próximamente igual; pero en algu- nas es bastante mayor la superior {psittácidas) , y rara vez como en las lo.vias, se cruza la una sobre la otra.
La lengua contiene dos estiletes óseos fijos al luoides, y está re- vestida de un estuche córneo, sirviendo á veces, como queda dicho, de órgano de prehensión; y además contribuye á la deglución: en los picos j colibris puede ser proyectada con fuerza fuera del pico. Ave- ces la abertura y la cavidad bucal se aumentan extraordinariamente, bien porque el pico sea muy hendido , llegando sus comisuras hasta detras de los ojos (fisir ostras), ó bien porque como en los pelícanos se extienda entre las dos ramas de la mandíbula inferior una gran membrana que sirve para retener los peces como en una red.
El esófago ofrece en las aves de tapiña y en las esencialmente granívoras una dilatación llamada buche , destinada á dar cierta preparación á los alimentos, ó á separar en pelotas los pelos y las plumas de los animales que devoran: en las palomas, los alimentos modificados porjiíedio de un jugo lechoso segregado por el buche du- rante la época de la cría, y devueltos á la cavidad bucal por una es- pecie de vómito voluntario, sirven de nutrición á los pichones en su primera edad.
En la parte inferior del esófago existe otra dilatación pequeña, el veniriciüo sabcenturiado, yá ella sigue la molleja, estómago tritu- rador, cuyas paredes musculosas muy desarrolladas en las aves gra- nívoras, poseen además dos discos tendinosos cubiertos de una sus- tancia córnea, contra los cuales son molidos los alimentos más du- ros. La región pilórica se halla provista de una válvula, y algunas veces se desarrolla hasta el punto de formar un tercer estómago. En
24 el intestino duodeno terminan los conductos colédocos y los excreto- res del jugo pancreático, hallándose separado el intestino delgado del gruesa por una válvula anular: este último forma dos ciegos.
Al terminar esta reseña del aparato digestivo, conviene observar que el conocimiento exacto del régimen alimenticio de las aves es la mejor guía para llegar al de la utilidad directa que el hombre puede obtener de muchas especies, ja de las que se propagan en d<)mesti- cidad desde tiempos remotos, va de otras que fácilmente podrían reducirse á dicho estado, así como para apreciar los beneficios indi- rectos que proporcionaría el respeto hacia muchísimas que equivoca- damente son tenidas por perjudiciales '.
Aparato circulatorio.
Este aparato presenta la complicación propia de los animales de sangi-e caliente j algunas particularidades especiales acomodadas á la actividad de las funciones de las aves, evidenciada por la energía de los movimientos del corazón. El ventrículo derecho oculta casi por completo al izquierdo, y la válvula auricular derecha está forma- da por una lámina carnosa que parece una parte desprendida del ta- bique del ventrículo: este tabique es convexo hacia dicha cavidad, hallándose el orificio aurículo-ventricular en el espacio comprendido entre dicho tabique y la válvula, de modo que, al contraerse ésta en el acto de la sístole, se aplica contra el tabique cerrando la comuni- cación é impide la vuelta de la sangre á la aurícula. La válvula del corazón izquierdo está dividida en dos ó tres lóbulos, en cuyos bor- des libres se insertan cordones tendinosos.
' Los excelentes trabajos de Florent Prevost sobre la alimentación de las aves, son dignos de consultarse 3' de ser imitados.
En la parle descriptiva de esta Memoria se barán las indicaciones convenien- tes respecto á la alimentación de cada especie v á su utilidad relativa, cumplien- do así con lo preceptuado en el programa pubiicado por la .-academia.
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Como carácter notable de las aves debe citarse que la aorta, después de formar la arteria coronaria , se dobla eu áug-ulo recto y se dirige hacia atrás.
El sistema linfático termina en las venas cavas superiores por dos conductos torácicos, y presenta corazones linfáticos en la re- gión coxígea.
Aparato respiratorio.
Es notabilisimo, no tan solo por la gran actividad de sus funcio- nes, sino por su complicación como aparato especial para la emisión de los sonidos. La entrada del aire tiene lugar por la abertura situa- da detras de la lengua, y que carece de epiglotis, pasando á la trá- quea, que es larga y resistente, eu virtud de numerosos anillos car- tilagíneos lí óseos. La parte superior de ésta representa morfológica- mente á la laringe, pero no fisiológicamente, pues no se producen en ella sonidos, continuándose más ó menos, según la longitud del cue- llo , y presentando curvaturas y cambios de diámetro, angostándose gradualmente hacia su extremidad inferior, la cual algunas veces se halla dividida en dos cavidades por un tabique vertical.
Cerca del punto en que se bifurca la tráquea para formar los bronquios, se halla la verdadera laringe {laringe inferior), que es el órgano del canto, á cuya formación concurren casi siempre la tráquea y los bronquios, aunque hay casos en que solo toma parte uno de estos órganos. La porción que corresponde á los dos últimos anillos de la tráquea, llamada tambor, está provista de una abertura divi- dida por una lengüeta ósea en cuyos dos extremos hay un apéndice encorvado, sobre el que se inserta á uno y otro lado un repliegue de la membrana que cubre al tambor. En las aves cantoras hay ade- más otro pliegue semilunar, que es una prolongación de dicha mem- brana. Pero no termina aquí la complicación del apai*ato: hacia la parte inferior, esto es, en los primeros semianillos bronquiales, ó entre la tráquea y los bronquios, ó en los dos últimos auillos de la
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tráquea, según las especies, aparece otro repliegue que, uniéndose con el anterior, forma una especie de glotis; j cinco ó seis pares de músculos que se extienden desde la tráquea á la lengüeta ósea, á las paredes del tambor j á los primeros anillos bronquiales, ponen en tensión las cuerdas vocales, así como otros que parten de la horqui- lla j del esternón las relajan. El número de músculos, y por lo tanto la mayor ó menor movilidad de estos órganos, pr(jducen las distintas inflexiones de la voz , haciendo el canto más ó menos agra- dable y modulado.
Los bronquios se continúan entre el tejido pulmonal, formando conductos de disposición distinta: unos son anchos y no se rami- fican, llegando hasta la superficie del pulmón, donde se ponen en co- mimicación con los sacos aéreos y con las células aéreas, que á su vez están en relación con las cavidades de los huesos; y otros se rami- fican, pero luego siguen paralelos entre sí, atraviesan los pulmones, y terminan en su superficie. Los sacos aéreos, que son dilataciones de la membrana interior de las cavidades del tronco y del abdomen, y que comunican con los pulmones y con los huesos, tienen por ob- jeto impedir la pérdida del calor, disminuir el peso del cuerpo, y completarla respiración haciéndola más general: por esto Carus dice con razón que todas las partes internas del cuerpo de las aves están contenidas en los pulmones y en los sacos aéreos.
Careciendo las aves de diafragma , ó siendo rudimentario, los fenómenos de inspiración y espiración obedecen á un mecanismo diferente que en los mamíferos: en ellas la amplitud de los pulmones y de la caja torácica depende de la acción de los músculos esterno- costaíes, que separan las costillas y empujan al esternón hacia ade- lante.
Órganos reproductores.
En las aves, como en casi todos los vertebrados, los sexos se ha- llan separados: en el masculino están formados dichos órganos por
27 dos testículos situados en la parte anterior de los ríñones, y cuyos epidldhnos se prolongan en dos conductos deferentes hinchados en su parte inferior, donde dan origen á dos vesículas seminales que terminan en la pared posterior de la cloaca. Órganos copuladores sólo se encuentran en algunas palmípedas, y verdadero pene en el aves- truz. Los órganos femeninos presentan el caso de la atrofia completa del ovario derecho y de su conducto vector; pero el izquierdo, en cam- bio, es voluminoso y en forma de racimo. El oviducto consta de tres partes: primera, un pabellón ancho, que recibe el huevo al salir del ovario, y cuya membrana interior produce la albúmina, que va depo- sitándose por capas en espiral, y después da origen á la membrana fina que la cubre; la parte segunda del oviducto es larga, flexuosa y re- plegada, y fluye de sus paredes un líquido blanco lechoso, que, soli- dificándose, forma la cascara caliza ó cascarón y las materias colo- rantes queletiñen; y la porción terminal es corta, y desemboca en la cloaca. En las especies en que los machos tienen órganos copulado - res, las hembras están provistas de un clítoris eréctil.
En ambos sexos los conductos iiriniferos se reúnen en los uré- teres, los cuales terminan en la cloaca: siendo de notar la consis- tencia semilíquida y el color blanco de la orina, que se deseca muy pronto en contacto del aire.
El huevo está formado por una gran cantidad de vitellus, y su fecundación tiene lugar en la parte superior del oviducto antes de la formación de las capas de albúmina; después empieza la segmenta- ción por la parte clara del vitellus que rodea á la vesícula germina- tiva, y que ha recibido el nombre de cicatriz ó vitellus formntivo, ó mejor, generador, que se transforma en las dos hojas del hlasto- dermis, una superior ó sensorial, y otra inferior intestino-glandular, entre las cuales se produce durante la incumbación la capa interme- dia ó germinativo-motriz . A medida que el blastodermis va crecien- do, se manifiesta en su parte media un abultamiento oval, y sobre él, y en sentido perpendicular al eje mayor del huevo, la banda primitiva y las láminas dorsales. Esta parte del bla.stodermis da origen al em- brión, el cual, una vez soldadas dichas láminas, y constituido el tubo
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medular, se va separando del vitellus y toma la forma de una barquilla invertida, cubierta por las dos membranas amnios j alnntoides.
La cubierta del huevo (cascara) está constituida por el carbonato calcico, que en cristales pequeñísimos va depositándose en agrupa- ciones numerosas, pero dejando espacios pequeños que le dan bas- tante porosidad, indispensable para el desarrollo del embrión. La for- ma V color dependen de la presión ejercida contra las paredes del ovi- ducto, la cual determina la secreción de las materias colorantes, cuya naturaleza es principalmente ferruginosa. La forma del huevo es muy variada: unos son esféricos, como en la mayor parte de las ra- paces nocturnas: casi siempre son ovalados, aunque en alg'unas espe- cies son cilindroideos, elipsoidales ó aovado-cónicos. La cascara es más ó menos resistente y brillante: en las palmípedas es casi siempre mate. Su coloración es notabilísima y muy variada, como puede ob- servarse en una mediana colección, sirviendo de carácter distintivo de las especies en unión del tamaño y forma. Acerca de las causas que determinan la coloración, no se poseen nociones exactas: solo se sabe que es debida á las materias excretadas por la parte inferior del oviducto, formándose las manchas por la presión ejercida por el huevo contra las paredes de dicho órgano. Antiguamente se creía que estas manchas eran superficiales, pero después se ha observado que muchas de ellas están contenidas entre dos capas de la materia caliza de la cascara. Unos huevos tienen la coloración uniforme, y son blancos, verde-azulados ó de color turquesa, rojizos, rosa- dos, etc.; en otros, sobre un fondo uniforme, hay manchas, rayas ó puntos, grises, rojos, violados ó negros, que imitan algunas veces mármoles y jaspes; siendo de notar la frecuencia con que se dispo- nen las manchas en forma de corona hacia el extremo más grueso. Como queda dicho, el color del huevo proporciona caracteres muy im- portantes para la clasificación, pues es muy raro que aves de distinta especie pongan huevos parecidos, ó que en una misma la coloración sea muy diferente: el primer caso se observa sin embargo en el cuco real (o. glandarius) y en \^ pica caudata, y el segundo en la c. me- Innopagon, en la c. schamxcola y en alguna otra.
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Nidirtcacióii é incubación.
Difícil es asignar la parte que en la construccióu del nido toma la inteligencia, y la que toma el instinto, aunque este parece el do- minante: de todos modos, en algunas especies es admirable el arte con que le forman, y siempre tienen en cuenta las aves las condi- ciones más favorables para el fin que debe realizar. Al empezar la primavera, las aves monógamas, que son la mayoría, se reúnen por parejas y emprenden la fabricación del nido, cnyo trabajo compar- ten los dos individuos, aunque siempre la hembra es la encargada de la dirección: unas se contentan con abrir un hoyo en la tierra; otras le rellenan de hojas ó hierbas secas; y muchísimas suspenden los nidos de las ramas de los árboles, y los forman con raicitas y tallos flexi- bles en tejidos complicados, tapizando el interior con pelos, plumas, lanas ó materias algodonosas : algunas especies le dan la forma de bolsa, como el parus pendidinii.s y la e. schrenicola , colgándolo como una hamaca en la extremidad de las ramas de los árboles de las riberas, ó entre los tallos de juncos y otras plantas acuáticas, á ma- nera de cestas; y las golondrinas y cypselidas le construyen con ar- cilla, amasada muchas veces con su saliva.
Las parejas forman sus nidos independientes unas de otras, aunque más ó menos próximos: solo el ploceus socius, pequeña ave africana llamada vulgarmente republicano, construye sobre la copa del árbol un edificio general en forma de paraguas, con muchos nidos y departamentos especiales para los machos. Muy pocas son las especies que dejan de hacer nido y de incubar: algunas aprove- chan (cucos) los abandonados por otras aves.
Terminada la nidificación, empieza la puesta, cuya época, así como el número de huevos, es muy variable según las especies; pero comunmente tiene lugar en la primavera y principio del verano, habiendo algunas, como el gorrión, que hacen varias crías en las estaciones citadas.
30 Los nidos de las aves son también de gran importancia en la clasificación, y actualmente las colecciones de nidos y huevos son el complemento necesario de las ornitológicas: en Inglaterra y Ale- mania, particularmente, se forman con gran esmero y se distribuyen en los establecimientos científicos y en las escuelas rurales, á fin de impedir la destrucción de especies útiles: sin perjuicio de que ade- más de estos medios de protección, señales de la civilizaciim de un país, se colocan en los bosques, parques y jardines, nidos artificiales para facilitar la multiplicación de las aves insectívoras.
La incubación empieza en cuanto ha terminado la puesta, siendo la hembra la que desempeña el primer papel, limitándose el macho á buscar los alimentos: en algunas especies los dos individuos alter- nan, aunque siempre la mayor parte del tiempo, y sobre todo du- rante la noche, la hembra es la que ocupa el nido.
El tiempo que dura la incubación es fijo para cada especie, y depende del desarrollo más ó menos rjpido del embrión, estando en razón directa del tamaño del huevo, pues mientras en las aves peque- ñas es de once días, en el avestruz llega á siete semanas. Durante este' período, el macho en las aves cantoras procura hacer más lle- vadero el trabajo de su compañera, y colocado cerca del nido agota las piezas mis armo:iiosas de su repertorio: lenguaje divino, no aprendido, con el que expresa todos los afectos de su corazón.
Algunos autores, como Dupont de Nemours y Bechstein, han he- cho observaciones curiosísimas en este punto, y han tratado de tra- ducir las inimitables estrofas de las aves. Las personas que en la primavera hayan tenido la dicha de visitar los magníficos bosques de la Alhambra de Granada comprenderán el encanto que causan durante aquellas noches apacibles, y al pálido resplandor de la luna, los gorgeos del ruiseñor, interrumpido solamente por el murmullo del agua que corre oculta entre las flores.
Durante la incubación, el embrión, en los huevos fecundados ',
' Excepcionalmente se ha dado el caso de verificarse la incubaciim en el oviducto.
31 pasa por una serie de evoluciones que pueden referirse á tres perío- dos distintos. El primero comprende la formación de la sangre j del primer sistema circulatorio. El segundo, desde que la alantuides se aplica contra la membrana que rodea á las capas de albúmina, y se forma otro sistema circulatorio que reemplaza al primero: durante este periodo aparecen distintamente los ojos y el pico, toma el cora- zón su forma definitiva, se desarrollan los intestinos, aparecen los primeros rudimentos de pulmones, y quedan delineados todos los órganos. Y, en el tercero, se desarrollan los órganos ya formados, ter- minando por la salida del pullo, el cual rompe la cascara á beneficio de un diente córneo que posee en la extremidad del pico, y que desaparece poco después del nacimiento. Para la salida del huevo el pollo es ayudado por la madre.
El estado en que nacen y el desarrollo ulterior de los polluelos es muy variable, según las especies: salen generalmente cubiertos de una pelusa ílna, término medio entre el plamún y las filopliimas, que muy rara vez falta; pero mientras unos siguen inmediatamente ú la madre, y pueden por sí mismos proporcionarse los alimentos, como pasa en las gallinas, cuya circunstancia facilita mucho la cría artifi- cial de estas aves, otros tienen que permanecer en el nido más ó me- nos tiempo, á donde los padres les llevan la comida: esto se observa en las palomas y en casi todas las aves que son buenas voladoras. En la primera edad los padres, y más especialmente la hembra, cuidan de su alimentación, les defienden, les prestan abrigo, y les protejen; y, cuando pueden por sí mismos trasladarse de un punto á otro, los educan y adiestran en el vuelo, en la caza, y en el canto, siendo curiosísimas las observaciones á que se prestan las águilas y halco- nes cuando dan á sus hijos lecciones de vuelo y de caza.
La nidificación y la incubación no dejan de verificarse más que en algunas especies de cu^o'^, cuyas hembras, á fin de evitarse tal vez las molestias que llevan consigo estas operaciones, ó por causas que nos son completamente desconocidas, colocan los huevos en los nidos de otras aves que los pongan muy parecidos por el tamaño y color: tal ocurre con el o. glandanus, que deposita los huevos en los nidos de
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pica caudata, la cual, engañada por la semejanza de aquellos, los incuba: durante este período, j mientras los cucos permanecen en el nido, la verdadera madre se establece en un árbol próximo, atraída sin duda por el amor maternal.
3íoiistriiosi(la(les.
Bien conocidos son los huevos de dos jemas j los pollos de cua- tro patas ó de dos cabezas que suelen producir las gallinas domésti- cas: monstruosidades que se explican por la reunión accidental de dos óvulos al salir del ovario, los cuales se rodean de una envuelta co- mún, j que, habiendo sido fecundados, engendran dos cuerpos más ó menos íntimamente unidos. G. de Saint Hilaire designó á estos in- dividuos con el nombre de pijgornelos ó de miembros suplementarios, y suelen presentarse tanto en las aves domésticas como en las que viven en libertad. En el gabinete de la Universidad de Valencia se conservan dos ejemplares monstruosos: uno de aquila pennata , con un par suplementario de patas; y otro notabilísimo de pinzón [fñn- gilla coelebs), macho adulto que lleva además otra cabeza de hembra adulta al lado izquierdo del cuello. Este ejemplar fué cogido hace pocos años en el pueblo de la provincia de Valencia, Tabernes de Valldigna, y presentaba la circunstancia curiosa de funcionar las dos cabezas, terminando la duplicidad de los órganos en el esófago. En las gallinas domésticas es muy frecuente la monstruosidad consis- tente en pares suplementarios de patas, ó por lo menos en el aumen- to del número de dedos.
Otros casos más raros, é inexplicables muchos de ellos, pueden presentarse: tales son, por ejemplo, el desarrollo anormal del pico y de los espolones, de los cuales se conservan ejemplares en el gabi- nete antes citado: del primer caso una alondra, y del segundo un faisán plateado; pero sobre todo ha llamado mi atención un huevo de
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gallina remitido hace poco tiempo de una finca de los alrededores de Valencia, por ser de mayores dimensiones que los ordinarios, y en el cual, habiéndole vaciado, encontré dentro otro huevo mucho más pequeño, con su cascara caliza perfectamente formada, y tanto éste como el exterior provistos de todas sus partes esenciales.
Inteligencia é instinto.
Aunque en la clase de los mamíferos se hallan los animales más inteligentes, también las aves son notables bajo el punto de vista del desarrollo de estas facultades, y aun aventajan á muchos de aque- llos. El gran desarrollo de los sentidos es cau.sa de que puedan cul- tivarlas con provecho, influyendo también la educación que reciben de sus padres y la que el hombre les proporciona. El instinto de imi- tación, muy desarrollado en algunas, así como el de sociabilidad, son medios poderosos que contribuyen á su educación, dando pruebas continuas, en los distintos períodos de la vida, de memoria, compara- ción, deducción y demás funciones intelectuales: especialmente las aves domésticas, y las que viven aprisionadas, son muy inteligentes y aprovechan mejor que las demás las lecciones de la experiencia: los loros, cotorras y otras psittacidas , .son las más notables; pues viven amigablemente en compañía del hombre; abren y cierran con precisión las puertas de las jaulas, empleando á veces procedimientos compli- cados; y hasta usan con oportunidad de las palabras aprendidas. Las gallinas j las palomas, nacidas bajo la protección del hombre, ofrecen asimismo fenómenos extraordinarios de inteligencia y manifestacio- nes de cariño hacia sus dueños; y lo mismo ocurre con algunos cana- rios y otras aves enjauladas , las cuales demuestran su alegría ante las personas que las cuidan , y hasta parece que llega á serles grata la cautividad.
Los canarios, jilgueros, mirlos, cardenales, etc., aprenden á
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cantar de otras especies, y modifican su canto propio: el jilguero j los cardenales aprenden del canario; éste, del ruiseñor; j los mirlos de instrumeutos músicos, sobre todo de la flauta, siendo muy común oirlos repetir los aires del himno de Riego, de la marcha real, ó de la raarsellesa. Mr. Dureau de la Malle cita el caso de liaber apren- dido unos mirlos libres que vivían en su jardín este último himno, de un mirlo enjaulado que lo repetía con frecuencia, llegando aque- llos á retenerlo en la memoria durante la emigración, pues á la pri- mavera siguiente, que volvieron á establecerse en el mismo jardín, lo cantaban.
Bien conocidas son las habilidades de algunos pájaros, con los que se proporcionan la subsistencia las personas que los educan, exhibiéndolos por calles y plazas; pero yo no recuerdo caso más notable de este género que el que pude observar en Granada hace muchos años, donde un extranjero enseñaba al público algunos ca- narios que hacían con precisión admirable ejercicios militares con pequeñas piezas de artillería.
Las aves que viven en libertad revelan también gran inteligen- cia , especialmente aquellas que se establecen en los parajes habita- dos por el hombre: sólo citaré dos casos auténticos relativos á los go- rriones. En los jardines de la Florida (Madrid), un dependiente de la Escuela de Agricultura cubría con cucuruchos de papel los racimos de las parras para evitar su destrucción por dichas aves; pero era inútil esta precaución, porque mojaban el pico en el agua de las fuentes y ablandaban y taladraban fácilmente el papel. El otro caso consiste en las pruebas de reconocimiento y cariño que daba á un empleado de la Administración de Correos del Barrio de Pozas una banda de gorrio- nes por las migajas de pan que aqiiel empleado les echaba durante el invierno: la pequeña banda se situaba todas las mañanas en el pri- mer árbol del paseo, y en cuanto divisaba á su protector le acompa- ñaba hasta la oficina, y algunos individuos más atrevidos se le para- ban en los hombros. Estos hechos he tenido ocasión de observarlos repetidas veces.
En los jardines y parques de algunas ciudades del extranjero, son
35 muy conuiues estos casos, y hasta en Tetiiáu y en Tánger vi, en 1879. que los gon-iones entraban en las casas y eran respetados. Contraste doloroso con la persecución de que son objeto eu nuestro país.
Sociables por naturaleza, las aves se reúnen en bandadas de gran número de individuos, no sólo de la misma sino de distintas especies: así es muy frecuente ver en las de gorriones comunes al p. hispa- niolensis y al p. petronia; y eu las de verderones, ó de jilgueros, á individuos de estas dos especies, del serinus meridionalis, etc. Es- tas asociaciones tienen por objeto la protección mutua para buscar los alimentos durante el día y el reposo durante la noche, y se disuel- ven en la época de la reproducción.
Las aves aman con pasión la luz del sol, viéndoselas tristes y mudas los días en que aquel astro está oculto por nubes oscuras. En domesticidad y eu cautiverio se acomodan á la luz artificial muy vi- va y cantan delante de ella. Los individuos, privados de la vista por algunas personas crueles, para que canten más, viven muy poco y mueren cantando : ¡quizás su canto lo es de desesperación, que les aniquila y les mata!
El reflejo de la luz solar sobre superficies pulimentadas las fasci- na, de tal modo que el hombre suele emplear estos medios para ca- zar muy fácilmente algunas especies.
Casi todas las aves son alegres y vivas en sus movimientos, va- lientes y atrevidas: .sólo las rapaces nocturnas tienen aspecto triste y son silenciosas, siendo su presencia repulsiva á las demás especies diurnas, las cuales se vengan y burlan de aquellas cuando acciden- talmente salen durante el día.
Las facultades psíquicas de las aves adquieren un desenvolvi- miento extraordinario en la época de la reproducción. A la colora- ción brillante de las plumas, que constituye su traje de boda, se añade una actividad y una energía especiales: el cauto es más ar- monioso y más fuerte, sobre todo eu los machos; y en algunas espe- cies, como el ruiseñor, alcanza una extensión y melodía extraordi- narias. Al mismo tiempo sus instintos pendencieros se exaltan, y
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luchau con encarnizamiento por las hembras ' , terminando este pe- ríodo de excitación por la formación de parejas en la mayoría de las aves. Entonces la hembra que había desempeñado un papel pasivo, adquiere una actividad superior á la del macho, despertada por el instinto de la maternidad.
Emigraciones.
Una vez terminada la educación de los hijos y adelantada la es- tación del verano, muchas aves, sin duda, por un presentimiento de los cambios de temperatura que pronto han de sobrevenir, tal vez por la necesidad de buscar nuevos alimentos, y, sobre todo, por un impulso inexplicable, pero que obedece á las leyes admirables de la armonía universal, se preparan á cambiar de residencia y á empren- der para ello largos viajes. Aun en las aves sedentarias de una re- gión tienen lugar estos cambios de domicilio, viéndose á las especies que durante el verano han habitado los bosques de las montañas, descender en otoño á los valles abrigados y á las vegas. Las emigra- ciones á paí.ses lejanos van precedidas de la reunión de gran número de individuos de la misma especie y de especies afines, que eligen si- tios de descanso , donde aguardan días favorables para emprender la marcha. En España la Albufera, y algunas lagunas y marismas del Mediodía, son los puntos de cita de bandadas inmensas de casi todas las zancudas y palmípedas del Norte y centro de Europa , muchas de
' Estos instintos suelen explotarse por desgracia en nuestro país, para pro- porcionar el espectáculo sangriento y salvaje de las riñas de gallos, que terminan casi siempre por la muerte, por lo menos de uno délos combatientes. Por el decoro de una capital, no cito ni su nombre ni el de un establecimiento de reclusión don- de hace algún tiempo se fomentaba'esta diversión bárbara: supongo que tan grave abuso habrá desaparecido; pero ignoro si en ese establecimiento se pondrían en práctica medios de moralizar á los desgraciados que en él viven.
37 las cuales encuentran la muerte en aquellos lugares, sirviendo al hombre de utilidad y recreo con las batidas ó tiradas que organiza '.
En algunas especies, el macho y la hembra que no se separan después de la cría emigran juntos; pero lo más general es que, ter- minadas las incubación y la cría, se disuelva la sociedad conyugal, y los individuos se reúnan después en bandadas, pero no apareados. Muchas especies eligen machos robustos que les sirvan de guía, ó que, como en las bandadas de grullas, ocupen el vértice de un gran trián- gulo formado por los demás individuos. El África es la parte del mundo á que .se dirigen casi todas las aves europeas, á pasar el invierno, ha- ciendo la travesía por el E-strecho de Gibraltar, y puntos inmediatos de las costas de España; algunas e.species del norte se quedan en la Europa central, ó bajan á las regiones templadas solamente los in- viernos muy crudos; y, por último, algunos individuos de especies emigrantes no .se trasladan al África, sino que se establecen en las regiones meridionales de nuestra península y de la italiana.
A la primavera inmediata, y á veces en días fijos todos los años ciertas especies, vuelven las aves á emprender el camino de Europa y se fijan en las mismas localidades que habían habitado; y hasta algunas buscan sus antiguos nidos, como se observa en las golondri- nas y cigüeñas.
Distribución geográfica.
Indicamos en el prólogo que los poderosos medios de locomoción de las aves son causa de que no sea tan fácil como en otros anima- les marcar su distribución geográfica : sin embargo , es preciso reco- nocer que cada región tiene especies características, de la misma manera que cada época geológica posee sus formas propias. La apa- rición de las aves en el globo se remonta al periodo jurásico, siendo
Esta época de las emigraciones se llama el paso.
38 el primer representante auténtico la archceopteryx lithographica, hallada eu Solenhofen (Baviera) hace pocos años ; en el terreno cre- táceo se encuentran restos de zancudas, y la estraüa forma ichfhtjor- nis, de vértebras bicóncavas y dientes cónicos; y en el terciario au- mentan considerablemente los géneros; hasta que, al empezar el pe- ríodo cuatemaHo, puede decirse que están ya representados todos los grupos. Al terminar éste y principio de la tpoca actual, y aún dentro de la historia, han desaparecido algunas especies corredoras de gran tamaño, sin duda por no haber podido resistir á la persecu- ción de que han sido objeto: tales son la?, palceopteryx , aptenornis, notornis j dinornis de Nueva Zelanda , y la gigantesca epyornis de Madagascar. En nuestros días sólo queda el apteryx austraíis, lla- mada á desaparecer muy pronto; y, tal vez. alguna especie de di- 7iornis.
Si consideramos las aves actuales, y echamos una ojeada rápida sobre su distribución, veremos, eu primer lugar, que la Europa no posee ningún género exclusivo, á causa sin duda de la situación in- termedia de esta parte del mundo, entre el Asia y la América, y a la comunicación directa con ellas; en el Asia se hallan, como formas propias, el pavo real, los faisanes y otras gallinas de colores brillan- tes; en África la notable ave de rapiña el serpe7itario; en América el candor, los pdjaro-rnoscas, los tucanes, t dn garas , etc.; en Oceanía las aves del paraíso; y en Australia, particularmente, la lira y el apteryx: siendo, por último, también notable la fauna orni- tológica especial de Madagascar, por el gran número de formas pro- pias, y por ser éstas más parecidas á las asiáticas que á las de Áfri- ca, apesar de la proximidad de la isla á este continente.
Si observamos el área de distritjución de algunos grupos, notare- mos que las ^5«/¿flc?(?a5 {loros, cotorras, etc.,) se hallan esparcidas por todas las partes del mundo excepto en Europa, dominando en América; las rapaces, los iñcos y cucos, las golondrinas, los cuervos, los mar- tin pescadores, las alaudas y las grullas tienen representantes en todo el globo y en todas las regiones; los abejarrucos son propios de Europa y África; las palmípedas puede decirse que son cosmopolitas;
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y, por último, de las palomas, aun cuando también lo son, el maj'Oi" número de especies v las de más agradable plumaje, pertenecen á la Üceanía.
Esta breve reseña pone de manifiesto que, apesar de que la mayo- ría de los órdenes y grupos inferiores están repartidos por toda la superficie de la tierra, hay, sin embargo, algunas partes de ella que pueden considerarse como centros de creación: tales son América, de las psittacidas; Oceanía, de las palomas; y Asia, de las gallinas: y es digno de notarse que, de más de 8000 especies conocidas, corres- ponden sólo á América 2560.
Atendiendo á las condiciones físicas de las distintas regiones, y procurando descubrir las relaciones que existen entre aquellas y la abundancia de aves, podremos reconocer con el Dr. Clienú, que el número de especies está en razón inversa de la población huma- na, y en ra/juí directa de las superficies ocupadas por bosques y lagos.
Concretándonos ahora á España, veremos que su situación geo- gráfica respecto al resto de Europa y al África , que establece el lazo de unión entre las regiones frías y húmedas del Norte, y las cálidas y secas del Mediodía, y la extensión de sus costas, son causas pode- rosísimas que determinan la presencia del gran número de aves que se encuentran ya sedentarias, ya temporalmente ó durante las épo- cas del paso, pudiendo decirse que la fauna ornitológica española comprende casi todas las especies europeas y algunas exclusivas de la Península y del África.
Un estudio algo detenido de nuestro país nos permite conocer que, en armonía con las condiciones del clima, el número de especies .sedentarias va aumentando á medida que aquel es más benigno, ' disminuyendo considerablemente en las llanuras elevadas como la meseta de las dos Castillas, y reconcentrándose siempre en las cuen- cas de los ríos, en las vegas, en las vertientes de las montañas más resguardadas de los vientos secos, en el litoral del Cantábrico, y so- bre todo en el del Mediterráneo: parajes todos que les proporcionan repeso y alimento abundante.
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Hacieudo abstracción de los pequeños cambios de domicilio, ya indicados, que verifican las especies sedentarias según las estaciones, y de las emigraciones periódicas de las aves viajeras, al estudiar las especies propias de una región, encontraremos liecbos que con pocas excepciones tienen aplicación á todas las demás. Las altas cordilleras y los puntos más agrestes y escarpados sirven de habitación á las grandes rapaces, golondrinas, palomas, y algunas otras especies de alto vuelo ó de costumbres solitarias; las comarcas algo accidentadas y las llanuras cultivadas son frecuentadas, principalmente en pri- mavera y verano, por las alaudidas, fñngillas y otras granívoras; las vegas y jardines por el gran grupo de las sylvias; los terrenos pantanosos y los ríos por las zancudas; y las playas y lagunas, por las palmípedas.
Si además de la situación de España en el continente europeo, se tiene en cuenta su orogmfía, su abundancia de manantiales y corrientes naturales, las diversas alturas de los lugares sobre el ni- vel del mar, y como consecuencia de todas estas causas, la variedad de los climas, se reconocerán fácilmente las buenas condiciones para la vida de las aves: condiciones que, por desgracia, .se ven perjudi- cadas por causas diversas, que tienden á la destrucción rápida de los seres más beneficiosos á la humanidad. La desecación de lagunas, el saneamiento de terrenos húmedos, y la introducción de nuevos culti- vos han ocasionado la merma ó desaparición de algunas especies que en épocas no muy lejanas formaban el principal encanto de ciertas comarcas; y, si estas causas están perfectamente justificadas, no ocu- rre lo mismo con otras que envuelven más gravedad, cuales son la per- secución conístante de que son objeto todas las aves en general, para saciar la sed de destrucción que suele despertar la inmoderada afición á la caza, y el exterminio de muchas de ellas y de los nidos para sa- tisfacer la codicia de pobres é ignorantes gentes del campo, alimen- tada por negociantes extranjeros, que después de aprovecharse de los productos patrios, suelen escarnecer al país que explotan.
Yo, que desgraciadamente he podido apreciar de cerca estos he- chos y sus fatales consecuencias, me creo en el deber de levantar mi
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débil voz, á fui de que el Gobierno y las Corporaciones científicas, aprovecliando los medios de que pueden disponer, y que se emplean con éxito en otras naciones , pong-an remedio á estos males que cada día revisten mayor gravedad. Causa pena considerar las cifras que arroja la estadística incompleta que he podido formar de los destro- zos causados en un año en algunas localidades: cifras que anuncian no esté quizás lejano el día en que aquellas regiones presenten el triste aspecto de los desiertos africanos, donde no se deja oir en nin- guna estación el alegre canto de las aves; y, lo que es mucho peor, que el calor y la humedad que, como es sabido, favorecen el desarro- llo de plantas é insectos perjudiciales á los cultivos , á los ani«iales domésticos, y á la salubridad de las poblaciones, dejarán sentir, sin remedio ni paliativo natural, su fatal influjo; y entonces se deplora- rá en vano el mal que hubiera podido evitarse en su origen.
Clasificación.
Aun cuando la clase de las aves está perfectamente limitada , su división en grupos de inferior categoría y la determinación misma de las especies son muy difíciles: tránsitos insensibles de unas for- mas á otras producen un encadenamiento tal, que no es posible tra- zar líneas divisorias entre grupos que, considerados en conjunto, parecen bien limitados.
La especie, base fundamental de la clasificación, es en las aves poco determinada en muchos casos, tanto en lo que se refiere á las domésticas, como á las que viven en libertad; pues las influencias del clima, la alimentación y otras causas desconocidas imprimen modi- ficaciones de tal naturaleza, que algunas veces no se pueden distin- guir las razas y variedades de las especies ', ni por lo tanto fijar el
' Es decir, determinar con exactitud si ciertas formas son puramente varieda- des de una especie, ó si constituyen por sí tipos específicos distintos.
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valor de estos grupos, ni reunirlos para constituir otros superiores bien definidos. Buena prueba de ello es la sinonimia, y aun la con- fusión que reina respecto á muchas especies y variedades: elstiovuis unicolor, por ejemplo, es especie para Lamarmora y sólo variedad del s. vidgaris para otros autores; el gryps hispaniolensis ha sido creada por Irby separándola del g. falvus; y la fratercula árctica y el niormon glacinlis , tenidos hasta hace poco por especies distintas, parece que no sean sino variaciones de individuos de una misma, se- gún la edad. Por otra parte, el cypsellus pallidus, propia de las costas meridionales de España, ¿será solamente variedad del c. apus, ó especie diferente? Los híbridos fecundos del tinnunculus alauda- rius y del t. cenchris, ¿dónde se colocan? El passer hispaniolensis ¿será variedad del gorrión común (p. domesticus ]? ¿De qué fuentes proceden las distintas razas de gallinas? Estas mismas dudas sugi- rieron tal vez al ilustre Buffón las siguientes ideas: «¿quién sabe todo lo que en asuntos de amor pasa en el fondo de los bosques? ¿quién podrá señalar todos los cruzamientos entre especies distintas? ¿quién podrá separar jamis las ramas bastardas de los troncos legiti- timos, señalar su origen, determinar, en una palabra, los efectos del poder de la naturaleza , y los recursos que sabe emplear para au- mentar el número de especies, y llenar los espacios que las se- paran?»
Podrá parecer una inmodestia, pero mi afición grandísima al es- tudio de las aves, mis observaciones propias sobre sus costumbres, y el número extraordinario de ejemplares que he manejado, han llevado á mi ánimo al convencimiento profundo de la dificultad de resolver por hoy estas cuestiones , que sólo un estudio continuo de la vida de las aves podrá aclarar algún día, así como de la imposibilidad de esta- blecer grupos bien limitados. El orden de los pájaros , por ejemplo, que, más bien que grupo, es un almacén ó depósito donde entran to- das las aves que no tienen cabida en los demás, se relaciona íntima- mente con todos estos: unas formas con el de las rapaces, otras con las trepadoras, y algunas hasta con las gallinas y saneadas, ha- biendo géneros que parece quieren escaparse hacia estos grupos: y
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otro tanto podría decirse respecto á ciertas formas de corredoras, ga- llhuis y zancudas.
Desde Liuneo hasta nuestros días los proyectos de clasificación de las aves han sido numerosos: aquel ilustre naturalista las dividió en seis óixlenes: accipitres, picos, anseres, gralke, gallince j pos- seres. Después, gracias á los trabajos de Cuvier, Temminck, Gray y de otros muchos ornitólogos, se han formado órdenes independien- tes para las trepadoras, palomas y corredoras; y, más recientemen- te, las tórtolas y las grullas y cigüeñas han venido á aumentar su niünero : y el orden de los pájaros ha sido dividido en dos grandes grupos, cantores y gritadores, separándose algunas familias que han pasado á las trepadoras.
Por último, el ilustre naturalista Huxley, tomando por guia la disposición del esqueleto y los medios de locomoción, ha reducido á tres el número de los órdenes, ó más bien sub-clases. La 1.^. Orni- thosaurii, está representada únicamente por la archoeopteryx litho- graphica, que establece la unión de las aves y los reptiles, y cuyo rasgo característico, es la presencia de una región caudal larga pro- vista de plumas; la 2/, Ratites, la forman las aves corredoras, en las que el esternón carece de quilla, y las plumas de la cola y alas no son rígidas, ni por lo tanto propias para el vuelo: y la 3.', Carina- tes, por las que tienen el esternón provisto de quilla y verdaderas plumas remeras y timoneras para el vuelo.
Teniendo presente la índole de este trabajo, adoptaré los órdenes más comúnmente admitidos, descartando como es consiguiente los grupos que carecen de representantes en nuestra fauna.
BIBLIOGRAFÍA.
Además de las obras generales de Ornitología de G. R. Gray, Temminck, Degland y Gerbe, Chenú, Sharpe y Dresser, y las de Anatomía Comparada de Cuvier, Carus y Gegenbaijr, Le consulta- do los catálogos, listas y memorias siguientes:
Catálogo de las Aves observadas en las cercanías de Santiago y otros puntos de Galicia, por D. Francisco de los Ríos Nace y - Ro, 1850.
Catálogo metódico de las Aves observadas Imsta el día, por el Vocal de la Sección zoológica, D. Mariano de la Paz Graells, en el área de la Fátina matritense, 1852.
Catálogo de las Aves observadas en algunas provincias de An- dalucía, por D. Antonio Machado, 1854.
Catálogo de las Aves de la Albufera (Valencia), por D. Ignacio Vidal, 1856.
Catálogo metódico de las Aves observadas en una gran parte de la provincia de Murcia, por D. Ángel Guirao, 1859.
Catálogo de las Aves observadas en Andalucía, por D. Víctor López Seoane, 1860.
Catálogo de las Aves observadas en las Islas Baleares, por U. F. Barceló y Coméis, 1867.
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A List of the Birds of soiithem Spain, by Howakd Saundeks, 1871. • .
Colección de la Revista inglesa «Tlie Ibis.» ^t
The Ornithology of the Straits of Gibraltar , by Lieut-Colonel L. HowARD L. Irbv, 1875.
Estudio ornitológico del Real sitio de San Ildefonso y de sus alrededores, por D. Joaquín I\Iaría de Castellarnau y de Lleopart, 1877.
Catálogo de las Aves de Portugal, por Albino Giraldes, 1879.
Fauna ornitológica de la provincia de Gerona, por ü. Estanis- lao Vayueda y Vila, 1883 *.
' Esta obra vio la luz pública después de haber sido presentada mi Memoria á la Real Academia de Ciencias; pero, cumpliendo lo acordado por esta ilustre Cor- poración, utilizaré también los datos interesantes que encierra.
DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES.
Las aves son vertebrados de sangre caliente, con los ventrículos del corazón completamente separados uno de otro: un solo cóndilo occipital: oviparos: cuerpo cubierto de plumas, j las extremidades torácicas transformadas en alas.
Orden. — Accipitres. — Aves de rapiña.
Rapaces. — Aves de presa. — Raptores.
Aves de gran tamaño, generalmente: pico fuerte y ganchudo: mandíbula superior cubierta por la membrana llamada cera: tarsos cubiertos de escudetes : tres dedos anteriores , que suelen estar uni- dos en su base por una membrana, y uno posterior: uñas aceradas. Carnívoras.
Por la forma del cuerpo, situación de los ojos, estructura de las plumas, y costumbres, se dividen las aves comprendidas en este or- den, en dos secciones muy naturales.
Sección 1.^ — Accipitres Diurni. — Aves de rapiña diurnas.
Ojos situados á los lados de la 'cabeza: dedos desnudos: plumas rígidas: costumbres diurnas.
Familia. — Vulturidse. — Viltúridas.
Pico largo, encorvado solamente en la punta: cabeza y cuello en parte desnudos y con un collar de plumas: alas grandes, anchas y
48 redondeadas: pies muy fuertes: dedos cortos: uñas gruesas poco apro- pósito para coger las presas: buche saliente.
Son de gran tamaño, monógamas, y vuelan lentamente, pero á grandes alturas j por muclio tiempo. Se alimentan de carnes en des- composición, aunque alg-unas veces atacan á animales vivos.
SuB-FAMiLiA. — Vulturinae.
Collar de plumas flojas ó algodonosas: bordes de la mandíbula superior ondulados.
GÉNERO. — Neoprhon. — Savigny.
Pico largo, delg-ado, comprimido, con el lomo redondeado y gan- chudo en la punta: cera blanda, que cubre más de la mitad del pico: cola cuneiforme, compuesta de catorce timoneras: tarsos desnudos y reticulados: parte de la cabeza y el cuello desnudos.
Especie. — N. percnopterus. — Savig.
Sinonimia. — Vultur percnopterus , Lineo. — V. fuscus, Gme- lin. — V. meleagris, Pallas. — Cathartes percnopterus, Temminck.
Alimoche (Castellano) '. — Abanto (Sierra-Nevada). — Reguero (Se- villa).— Quebrantahuesos chico, Gragillo blanco (Málaga) '. — Abutre do Egipto (Portugal). — Aufrany (Cataluña). — Milopa (Valencia).
' Los nombres vulgares castellanos incluidos en el Diccionario de la lengua, llevarán esta indicación ¡'Cast.'-¡ y los portugueses (Porí.).
■^ Los nombres vulgares, asignados á las especies, he procurado comprobarlos en las localidades donde se emplean, y sólo en el caso de que esto no me lia sido posible, cito el apellido del autor que los adopta. Los que no llevan indicación alguna son los usados en todas las regiones de España.
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Caracteueí^.— Cara y gargaiita desnudas: región occipital con plumas filias, largas y levantadas: color general blanco, mamullado de rosado y pardo: las grandes remeras negras: piel de la cara ama- rilla: pies de color rojo pálido.
Los individuos jóvenes tienen el color pardo blanquecino man- chado.
Costumbres. '—Es muy abundante esta especie en España, espe- cialmente en Andalucía. Anida en las cavernas y grietas más inacce- sibles de las sierras, presentándose en los primeros días de Abril, después de haber pasado el invierno en África.
La puesta tiene lugar en dicho mes y en el de ^layo, conte- niendo cada nido dos huevos (aunque he visto uno con tres, pero uno de estos muy pequeño), con manchas de color vinoso sucio, más in- tenso hacia el extremo más grueso, y que se decoloran algo por el frote, después de haberlos humedecido: son mates, resistentes y algo ásperos al tacto. Las gradaciones de coloración son numerosísimas, desde el color de chocolate oscuro hasta el blanco^ de los cuales po- seo ejemplares en mi colección. - Los pollos y huevos tienen un olor almizclado muy desagradable.
En los parajes frecuentados por esta especie es raro hallar indi- viduos jóvenes; sin embargo, suelen verse algunos, y se conservan ejemplares en los gabinetes de la Universidad de Valencia y de la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales de Málaga.
Régimen alimenticio. — Esta especie prefiere las carnes muertas de mamíferos; pero en otoño y primavera suelen bajar muchos indi- viduos á las playas, á buscar peces arrojados por el mar é insectos. Es, por tanto, útil al hombre. "
' Bajo este epígrafe reúno las noticias relativas á las épocas en que se encuen- tran las especies en nuestro país, á los parajes que frecuentan, á las emigracio- nes y nidificaciou.
« Cuando los ejemplares pertenecen á mis colecciones particulares, llevarán la siguiente indicación {Col. A.].
' Debe sobreentenderse que son útiles aquellas especies de las que nada se diga en contrario.
50 Localidades '. — Sierra del Guadarrama: Graells, Castellaruaii , Arévalo. — Sierra Nevada: López Seoane, Arévalo. — Marismas de Sevilla: Irby, Lilford, Machado, Arévalo. — Tajos del Gaitán en el cauce del Üuadalhorce (Málaga): Arévalo. — Albaida, Jalón, Alcacer (Valencia): Arévalo.— Murcia: Guirao. — Parroquia de Arines (San- tiag-o): Ríos. — Gibraltar: Irby. — Pirineos orientales: Vajreda.
GÉNERO. — Vultur. — L.
Pico grueso con el lomo redondeado y muy ganchudo en la punta: cabeza cubierta de una pelusa corta: collar de plumas muy flojas: cola redondeada: tarsos gruesos cubiertos de plumas en su mitad superior: dedo externo unido al medio por una membrana ancha.
Especie. — V. monachius.— L.
Sinonimia. — F. cinereus, Gme]. —^Egypins niger^ Savig. — Gyps cinereus, Bouaparte.
Buitre negro. — Pica-osso. — (Port. )
Caracteres. — Cabeza gruesa ensanchada á los lados y posterior- mente: protuberancia occipital saliente: cara externa de la pierna cubierta de pluma: dedo interno, la mitad de largo que el medio; color pardo negruzco uniforme: sólo las alas suelen presentar algunas manchitas blancas.
Costumbres. — Se encuentra, aunque no muy abundante, en las altas sierras de España, en alguna de las cuales es .sedentaria, como ocurre en los Pirineos y Sierra Nevada. Cada nido contiene uno ó
• Apesar de que procuraré hacer constar en cada especie los autores de donde haya tomado algunas noticias, así como indicar con claridad mis propias observa- ciones, me parece justo consignar los apellidos de ellos á continuación de las lo- calidades.
51 dos huevos muy gruesos, ásperos al tacto, de color blanco agrisado, con algunas manchas pardo -rojizas hacia el extremo más grueso. {Col. A.)
Régimen alimenticio. — Carnes muertas de mamíferos.
Localidades. — Sierra Nevada: López Seoaue, Aróvalo. — ^Guada- rrama: Graells, Castellarnau, Arévalo. — Sevilla: Machado, Irby, H. Sauuders. — Albufera (Valencia): Arévalo. — Cauce del Guadalhorce (Málaga): Arévalo. — Pirineos: Vayreda, Arévalo. — Murcia: Guirao, H. Saunders.
Observaciones. — Según el Sr. H. Saunders, anida en los pinares y florestas del Segura, y cerca de Utrera: opinión confirmada por Lord Lilford.
En la provincia de Málaga, donde no se había indicado esta es- pecie, pude reconocerla en mi última excursión á los Tajos del Gai- tán, viendo una pareja sobre las montañas llamadas Mesas de Villa- verde.
GÉNERO. — Gyps.— Savig.
Pico grueso algo hinchado hacia los lados: collar de plumas lar- gas, estrechas y flotantes, dispuestas en .series curvilíneas: cola es- calonada con catorce timoneras: uñas del pulgar y del dedo interno iguales á la del medio.
Especie.— G. fulvus.— G. R. Gray.
Sinonimia. — Vultur leucocephalus, Mey y Wolf. — l^ pérsicas, Pall. — V. fulvus, Briss. — Gyps vulgaris, Savig. — G. occidentalis, Bp. — G. hispaniolensis, Sharp.
Buitre. — Buitre franciscano {Málaga}.— Buire (varios pueblos de Andalucía y de (Jalida).— Buitre leonado {Cast.)—Grif fo (Port.)
Caracteres. ^Color canela más ó menos parduzco: remeras par- do-negras: plumas de las partes inferiores del cuerpo, estrechas y
m
largas: casi todas las plumas tienen la costilla de coloi- muelio más claro que las barbas : tarsos cubiertos de plumas casi hasta la
mitad.
Costumbres. — Es sedentaria en todas las altas cordilleras, abun- dando más en las de las regiones templadas; y, aun cuando no puede considerarse como escasa, no se ven muchas parejas. La puesta tiene lugar próximamente entre el 10 de Febrero y 15 de ]\Iarzo, según he podido comprobar varios años: cada nido contiene un huevo blanco mate con algunas manchas pardas muy claras: la cascara es resistente, áspera, con algunas rugosidades, hacia el extremo más
grueso '. {Col. A.)
Observaciones.— Las variaciones en la coloración de las plumas y tal vez otras dependientes del clima, han hecho que algunos auto- res hayan considerado como especies distintas razas locales como el G. occidentalis, Bp., y el G. hispaniolensis, Sharpe. En estas ra- zas el color general de las plumas es isabela, más ó menos in- tenso.
Los individuos jóvenes de esta especie y de otras del orden, son conocidos por los habitantes de la Sierra de la Juma y otros parajes déla provincia de Málaga, con el nombre Aa pataletes .
Los huevos y pollos tienen un olor parecido á los de la especie N. percnoptervs.
Según los datos que he adquirido, confirmados recientemente por mi ilustrado amigo Sr. García Márquez , vecino de la villa de Alora (Málaga) , muchos individuos de esta especie trasladan su residencia todos los verano? á una laguna sulfurosa, situada á cinco kilómetros
' Esla parte del huevo suele ser designada por algunos ornitólogos con el nombre de hnxe: esto es impropio y sólo puede disculparlo el deseo de evitar pa- labras. Considerando en el huevo un eje mayor, y teniendo en cuenta la diferen- cia de grosor de los dos extremos de aquel, tal vez pudiera la parle mus gruesa llamarse térlicc inferior: pues, colocado el huevo de manera que el eje principal sea vertical, parece natural que aquella parte esté hacia abajo. Yo me atrevo á proponerlas denominaciones de rértice snpcrior y rérlice inferior , á falta de otras que pudieran expresar con más exactitud los extremos del huevo.
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de dicha villa, (ni la Sierra de Aguas. ¿Será este cambio de residencia sólo por buscar uu sitio más fresco que las cumbres de la Sierra de la Juma , y las del Torcal de Antequera , ó podrá tener alguna rela- ción con las enfermedades cutáneas que se desarrollan en estos ani- males por su alimentación especial? Son dudas que no lie podido aclarar.
Rkgimen at.imextiCio. — Análogo al de la especie anterior.
Localidades. — Sierra Nevada y de Alfacár (Granada) : López Seoaue, Arévalo. — Sierra de la Juma, Tajos del Gaitán y Torcal de Antequera (Málaga): Arévalo. — El Pardo (^Madrid), Guadarrama: Graells, C'astellarnau, Arévalo.— Chiva (Valencia): Arévalo. — -Sevilla: Machado. — Gibraltar: Irbv. — Murcia; Guirao. — Santiae-o: Rios. — Serra de Suajo (Portugal): Giraldes. — Almodovar del Pinar, Motilla del Palancár, Solera (Serranía de Cuenca): Arévalo.
La especie Otogyps auricularis, G. R. Gray, perteneciente á esta familia, es propia del África (S. E. de ^larruecos), y no tengo noticia de que se haya presentado en España. El Sr. Vayreda, sólo por referencia á la obra titulada Histoire Naturelle du département des Pyrenées Orientales del Sr. Companyo, la cita como muy rara en esta región.
Familia— Gypaetidse. — Gipaetidas.
Ojos al nivel de la cabeza: ésta y el cuello cubiertos de plumas: cera oculta por cerdas rígidas dirigidas hacia adelante: tarsos cu- biertos de plumas casi hasta los dedos: las alas no llegan al extremo de la cola.
La especie comprendida en esta familia es de gran talla, mono- gama y se alimenta de presas vivas.
Sub-familia. — Gypaetinae.
Cara y frente con algunas plumas sueltas y cerdas: cuello con plumas algo flojas, pero que no forman collar.
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GÉNERO. — Gypaetus. — Storr.
Pico largo, hincliado en la puuta y encorvado en forma de gan- cho: aberturas nasales j cera cubiertas por cerdas largas negras: mandíbula inferior cubierta desde la base por un mechón ó pincel de cerdas: alas grandes: cola de doce timoneras: tarsos cortos y muy gruesos.
Especie.— G. barbatus. — Temu.
Sinonimia. — Vultur barbatus, L. — V. niger et aiireus, Briss. — Falco magnus, Gmel. — Gypaetus granáis, Storr.
Quebranta-huesos grande. — Águila barbuda. — Trenca I' os (Cataluña). ^IVewca osos (Valencia).
Caracteres. — Base del pico rodeada de cerdas: tarsos con plumas hasta los dedos: color general de la parte superior del cuerpo pardo- agri.sado lustroso: una lista blanca ó rosada en la parte central de mu- chas plumas, y la costilla de color blanco de marfil: cabeza blanco- rojiza : pincel de la mandíbula inferior negro: una banda del mismo color .se extiende desde el pico á uno y otro lado, y, dividiéndose en dos arcos, abraza al ojo, yendo á perderse en la frente y á los lados del cuello: parte inferior de éste, pecho y abdomen de color rojo leo- nado ú ocráceo: remeras y timoneras pardo-ceniza: párpado rojo-vivo. La hembra tiene el cuello negruzco.
En cautividad quedan los individuos de esta especie, al cabo de algún tiempo, .solo con colores blanco y negro.
Costumbres. — En todas las altas cordilleras de España se ven constantemente algunas parejas que anidan á principio de Febrero. Cada nido contiene un huevo de color amarillo sucio algo rojizo, con manchas desvanecidas de color canela: es de cá.scara resi.stente, ma- te, áspera y con algunas rugosidades muy pequeñas. Por trasparen-
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c¡a presenta un color amarillo de oro, en Iq que se distingue de los de casi todas las especies de este orden en que es verde. {Col. A.)
Régimen alimenticio. — Corderillos y cabritos, por lo que es muy perseguida esta especie, que puede considerarse como perjudicial á los rebaños de las sierras.
Localidades. — ■ Pirineos : Vayreda , Arévalo. — Guadarrama: Gi-aells, Castellarnau, Arévalo. — Sierra Nevada: López Seoane, Aré- valo.— Sierra de la Juma y Tajos del Gaitán (]\Iálaga): Arévalo. — Murviedro, Requena (Valencia): Arévalo. — Gibraltar: L'by. — Mur- cia: Guirao.
Observaciones.— En elJardín Zoológico de Londres .se conservaba hace muy pocos ailos un individuo procedente de los Tajos del Gai- tán: fué cazado en el año 1871, en unión de otro individuo también joven y de la madre |de ambos. Es digno de mencionarse el hecho referido por cazadores y labradores del país (muchos de los cuales me merecen entero crédito), de haber desaparecido por algunos días el macho, de.spués de haber perdido á la hembra y á los hijos, volvien- do con otra más joven, que tal vez fuera á buscar á Sierra Nevada, donde es más abundante la especie.
Algunos autores ingleses incluyen ésta en la siguiente familia, y otros en la de las Vultúridas .
Familia. —Palconidse. —Falcónidas.
Pico corto con relación al tamaño del cuerpo y encorvado: cabe- za y cuello cubiertos de plumas: dedos con uñas fuertes, aceradas y encorvadas: alas largas.
Viven en parajes solitarios, como las especies anteriores, por pa- rejas; tienen el vuelo rápido y sostenido; y se alimentan de presas vivas, en especial de animales de sangre caliente, aunque también destruyen grandes cantidades de reptiles, insectos y gusanos.
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Subfamilia . — AquilinSD .
Rapaces de gran talla: pico encorvado en la extremidad, y casi siempre con una escotadura en la mandíbula infei'ioi- que correspon- de á un diente ' de la superior.
GÉNERO.— Aquila. — Briss.
Pico recto en la base y encorvado en la extremidad: sin escota- dura: plumas hasta el nacimiento de los dedos: alas obtusas que no llegan al extremo de la cola: dedos unidos por una pequeña membra- na, mayor la que se extiende entre los dedos externo y medio: cer- das rígidas en la base del pico, las cuales llegan hasta las comi- sums.
Especies.— A. fulva.— Savig.
Sinonimia. — Falco fulims, L. — Aquila nohilis, Pall. — A. regia, Less. — A. chrysaetos, Brehm.
Águila Real. — Agiiia Real. — (Fort.)
Caracteres. — Pico hendido casi hasta la mitad de los ojos: timo- neras con extensas manchas blancas : plumas de la parte inferior de las alas de color pardo-ocráceo: las tibiales pardo-negruzco: cuatro escamas grandes sobre la última falange del dedo medio.
C0.STUMBRES. — Es algo común en las sierras altas. La puesta está comprendida desde mediados de Febrero á fin de Marzo. Cada nido contiene dos huevos, aunque he hallado uno con tres: son mates, de color variable, presentando unos sobre fondo blanco, manchas vino- sas más abundantes hacia uno de los extremos del eje mayor; otros
' Se llama dien/e una pequeña parle saliente más ó menos aguda del borde del pico.
57 suelen teuer niaiiclias miiv claras del color citado, y algunos, [xn- úl- timo, son completamente blancos: la cascara es delgada, resistente y áspera. {Col. A.)
RÉCHMEN ALIMENTICIO. — Los iudivlduos dc esta especie son san- guinarios; se alimentan de corderos y cabritos por lo que son muj perseguidos. Son por tanto perjudiciales.
Loc.A.LiD.\DEs. — Guadarrama; Graells, Castellarnau. — Sierra Ne- vada; López Seoane, Arévalo. — Tajos del Gaitáu (Málaga); Aréva- lo. — Jalón, Requena (Valencia); Arévalo. — Murcia; Guirao. — Gibral- tar; Irby. — Pirineos Orientales; Vayreda.
Observación. — Algunos naturalistas lian considerado como espe- cie distinta el .4. chri/mefos, la cual presenta muy pequeñas dife- rencias del A. fulva: así es que sólo puede tenerse como variedad.
A. imperialis' — Keyserung v Blassius.
Sinonimia. — A. heliaca, Savig. — A. chrysaetos, Pall. — A. Aclal- berti, Brehm. — Falco imperialis, Bechst.
Águila Imperial. — Águila Real.
Caracteres. — Cola cuadrada con bandas transversales grises: escapulares blancas ó manchadas de este color: las comisuras del pico pasan más allá de los ojos: cinco escamas en la última falanje del dedo medio.
Les individuos jóvenes son de color café con lecbe, y los adultos negros con una manclia blanca en las escapulares.
Costumbres. — Anida por la primavera (Abril) en los pinares. Ca- da nido contiene dos huevos de color blanco mate, algo .sucio, con manchas irregulares vinoso-pálidas; de cascara áspera, delgada y resistente; algunas veces son rugosidades en la superficie. {Col. A.)
Régimen alimenticio. — Conejos, perdices y otros animales de sangre caliente, por cuya razón puede tenerse como perjudicial.
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Localidades. — -Cotos llamados del Rey y de Doñana (Sevilla); Machado, Irby, Arévalo. — Montes de Irnalloz (Granada); López Seoane. — Requena (Valencia); Arévalo. — Guadarrama; Graells.
Observación. — Algunos ornitólogos lian clasificado individuos de esta especie como pertenecientes á \a A. nevioides, Kaup, por haber observado individuos jóvenes en sus diferentes cambios de colora- ción: el Sr. H. Sauuders que padeció esta equivocación la ha recono- cido después.
A. noevia. — Briss.
Sinonimia. — Falco ncevius, Gmel. — Aquilamelanaetos, Savig. — A. planga, Vieillot.
Águila.
Caracteres. — -Cola redondeada; plumaje pardo-negruzco unifor- me ó con manchas redondeadas: las alas llegan casi al extremo de la cola: cinco ó seis, algunas veces cuatro grandes escamas en la últi- ma falanje del dedo medio y tres ó cuatro en los otros.
Costumbres. — Anida en los montes provistos de arbolado en las hendiduras de las rocas, consistiendo la puesta en dos huevos blan- cos ó agrisados con manchas y pintas pardo rojizas principalmente hacia la parte inferior. [Col. A.) En Valencia se ven bastantes in- dividuos en los terrenos destinados al cultivo del arroz.
Régimen alimenticio. — Pequeños mamíferos, aves j' reptiles.
Localidades.— Sierra Nevada (Granada); López Seoane. — Desem- bocadura del Guadalhorce (Málaga); Arévalo. — Sueca y demás pue- blos de la ribera (Valencia); Arévalo. — Foja (Portugal); Giraldes.— Guadarrama; Graells.
A. fasciata. — Vieillot.
Sinonimia. — A. intermedia, 'Qoiiavá.. — Falco Bonellii, Temm. — ■ F. ducalis, Licht.—Psendaetus (Aquila) Bonellii, Bp.
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Águila perdicera.
Cahactekks. — Parte inferior del cuerpo blanca ó rojiza con man- chas pardas alargadas: cinco ó siete escamas en la última falanje del dedo medio y cuatro en el externo é interno: cerdas rígidas en toda la base del pico.
Los individuos jóvenes de uno y de dos años tienen el plumaje de color de canela, más claro en las partes inferiores; mientras que los adultos presentan el cuello y peclio blancos con rayas longitudi- nales negras.
Costumbres. — Habita en todas las altas cordilleras, bajando á las playas y sitios pantanosos en invierno. En la región meridional de España es sedentaria y muy común. Anida á mediados de Febrero, y la hembra pone dos huevos blancos algo suaves al tacto, con man- chas desvanecidas de color amarillo-vinoso, de las que carecen algu- nos por completo. La cascara es resistente con rugosidades, algunas de ellas vermiformes. El interior del nido está casi siempre revestido de esparto. {Col. A.)
Régimen alimenticio. — Conejos, y probablemente perdices y pa- lomas. Puede considerarse perjudicial esta especie.
Localidades. — La Valí, Penaguila, Turis (Valencia): Arévalo. — Tajos del Caitán (Málaga): Arévalo. — Murcia: Guirao. — Gibraltar: Irby. — Guadarrama: Castellarnau . — Gerona: Vayreda.
Observaciones. — En el Gabinete de la Universidad de Valencia se conserva un individuo procedente de Turis, el cual tiene un par de patas suplementario, incompletamente desarrollado.
A. pennata. — Brehm.
Sinonimia. — Falco pennatus , Gmel. — Hieraetits pennatiis,
Kaup .
Águila calzada (Castellarnau.) — Aguilucho.
Caracteres. — Pico grueso en la base, corto y encorvado desde ella: maudílnilas provistas de algunas cerdas: un grupo de plumas
60 blancas eii la iusercióu de las alas: tarsos cubiertos enteramente de plumas: tres escamas en la última falanje del dedo medio.
El Sr. H. Saunders hace observar que los pollos de esta especie tienen los individuos femeninos el mismo color de cafó oscuro que la hembra adulta, y los masculinos color de café claro.
Oo.3TüMBREs. — Auida en los bosques del mediodía de España, donde es sedentaria. La puesta tiene lugar en Abril y Mayo, y casi siempre se hallan en el mismo pino dos ó tres nidos del p. hispanio- lensis: hecho que no he podido explicarme satisfactoriamante. Con- siste la puesta en dos huevos de color blanco sucio, mates, con un viso azulado casi imperceptible: la superficie es porosa, y parece que haya sido picada con agujas muy fi ms; áspera, delgada y resistente, con muy pocas rug-osidades. (Col. A.)
Réihmen' alimenticio. — Pequeños mamíferos , reptiles é in- sectos.
Localidades. — Sierra Nevada: López Seoane, Arévalo. — Valen- cia: Arévalo. — Cotos del Rey y deDoñana ' (Sevilla): Machado, Aré- valo, Irby, H. Saunders. — Málaga (de paso por el otoño): Arévalo.— Murcia: Guirao. — Guadarrama: Castellaruau.
GÉNERO. — Haliaetus.— Savig.
Pico muy grueso, con algunas cerdas debajo de la mandíbula in- ferior: alas puntiagudas que llegan al extremo déla cola, y ésta lige- ramente escotada: tarsos en parte desnudos: dedos sin membranas.
Especie. — H. albicilla.— Leach.
Sinonimia. — Vultiü- albicilla, L. — Falco aUAcilla, Gmel.- — Ha- liaetus nisHS, Savig.
' Llamado as! este coto por corrupción, pues el verdadero nombre debería ser Doña Ana.
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Águila. — Águila pigargo ó Nebli (Cast.)
Caracterks.— Ave de gi'au tamaño: cuerpo grueso: plumaje leo- nado: sub-caudales y cola blancas: seis escamas en la última falanje del dedo medio.
CúsTUMBiíEá. — Es accidental en España: haliita el Norte de Eu- ropa y de Asia, presentándose en invierno en los países templados: en el nuestro prefiere las regiones meridionales y orientales. El Sr. Vayreda asegura que es rara y de paso, por otoño y primavera, en las costas de Gerona.
Réltimen alimenticio. ^Pequeños mamíferos, aves acuáticas, rep- tiles y peces.
Localidades. — Madrid: Graells. — Mar Menor (Murcia): Guirao. — Cádiz: H. Saun.— Valencia: Aré valo.— Bosque de Ríofrío (Guada- rrama): Castellaruau. — Gerona: Vayreda.
Nota. — El Sr. Vayreda en su Fauna ornitológica de la provin- cia de Gerona afirma terminantemente que la especie Halicetus leucocephalus, Less. , se ve algunas veces en los grandes bosques de la Cerdaña j bosques pirenaicos superiores; pero dudo mucho que esto sea así, pues dicha especie es propia de la América del Norte, y sólo se ha presentado rara vez algún individuo en Suiza, Alemania y Rusia. Sería de desear que el Sr. Vayreda hubiera cazado un ejem- plar al menos, pues así desaparecerían las dudas que existen para considerar como europea á esta especie, y que han dado origen á que Temminck y el Príncipe Bonaparte la hayan eliminado de fe Fauna de Europa.
GÉNERO.— Pandion. — Savig.
Pico corto, encorvado casi desde la base, deprimido y con la punta ganchuda. Alas muy agudas, que pasan desde la extremidad de la cola; ésta cuadrada: dedos sin membranas: los exteriores ver- sátiles hacia atrás.
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Especie. — P. haliaetus.— Guv.
Sinonimia. — Falco haliaetus, L. — Aquila marina. Briss. — A. haliaetus, Mey y Wolf . — Accipiter ichthyaetas, Pall. — Pandion haliaetos, Keys y Blas.
Águila marina. — Águila pescadora. — Águila lisera (Málaga.) — Águila peixcadora (\alenc\ií.)—Agma 2)esqueira , Aurifrisio (Port.)
Caracteres. — Una banda ancha de color pardo oscuro á los lados de la cabeza y cuello, la cual se extiende desde los ojos basta la es- palda: cola con manchas transversales pardas claras: las alas pasan del extremo de la cola: tarsos desnudos casi en toda su extensión, con escudetes pequeños redondos, empizarrados: dedos muy ru- gosos.
CosTüiMBRES. — Se halla sedentaria en las regiones meridional y oriental de España. La puesta consiste en tres huevos de color blanco sucio, algo azulado, con manchas pardas irregulares, más fuertes y numerosas en la parte inferior, y algunas veces con cierto tinte vio- lado ó rojizo. {Col. A.)
Régimen alimenticio — Principalmente peces, aunque también persigue á algunas aves acuáticas.
Localidades. — Desembocadura del Guadalhorce (Málaga): Aré- valo. — Albufera (Valencia): Vidal, Arévalo. — Gibraltar: Irby. — Foja (Port.): Guirao.
Süb-familia . — Mil vine .
Pico pequeño muy ganchudo, encorvado desde la base y sin es- cotadura: alas largas y puntiagudas: cola larga y ahorquillada.
En el año actual el paso de las aves de esta sub-familia y de las siguientes, ha sido extraordinario: durante la primera semana de Octubre, las costas de Levante, y principalmente la Albufera de Va- lencia, han sido inundadas de enormes bandadas de individuos de
63 diferentes especies de esta familia, los cuales luiían sin duda del brusco descenso de temperatura que se notó en los países septentrio- nales.
GÉNKRo.— Milvus.— Cuv.
Pico corto, anguloso por encima: tarsos cortos, reticulados y con escudetes: dedo externo unido al medio por un repliegue membranoso en su base.
Especies. — M. regalis. — Briss.
Sinonimia. — Falco milvus, L. — F. austriacus, Gmel. — Milvus icthius, Sav. — M. ruber, l¿i-'d\\m.—AGcipiter regalis, Pall.
Milano real. — Aguililla horquillada (Granada). — Mioto rabo de bacalhao, Milhafre, Milhano (Port.) — Mild (Cataluña).
Caracteres. — Borde de la mandíbula superior festoneado: tarsos cubiertos de plumas en su mitad superior: dedo externo casi de la longitud del medio: color leonado rojizo.
Costumbres. — Es abundante y sedentaria en España, sobre todo en la región mediterránea. Anida en los grandes pinares, y la pues- ta tiene lugar por Abril y Mayo, consistiendo en dos huevos blancos con manchas de color de vino sucio, suaves al tacto, algo brillantes, y de cascara delgada y resistente. {Col. A.) Forma el nido de sus- tancias muy heterogéneas, como ramas secas, huesos, trapos, trozos de nidos de otras aves, etc.
Régimen .alimenticio. — Pequeños mamíferos y carnes en descom- posición.
Localidades. — Cotos del Rey y de Doñana (Sevilla): Machado, Ir- by, Arévalo. — CJórdoba: Arévalo. — Málaga: Arévalo.— Granada: Ló- pez Seoane, Arévalo. — Jaén: Arévalo. — Madrid: Graells, Arévalo. — Santiago: Ríos. — Murcia: Guirao. — Gibraltar: Irby. — Foja, Portu- gal: Giraldes. — Guadarrama: Castellarnau. — Montañas de Gerona: Vayreda. — Puig (Valencia): Arévalo. — Hospitalet, Cambrils, Salón
64 y otros puutos de las costas de Castellón y Tarragona: Arévalo. — Alinodovar (Cuenca): Arévalo.
M. ater.— Daud.
Sinonimia. — M. niger, Briss. — M. /"ií^cíw, Brehin. — Falco ater, Gmel. — Accipiter milvus, Pall.
Milano negro.
Caracteres. — Pico negro: tercio superior de los tarsos cubierto de plumas: dedo externo algo mayor que la mitad del medio: cola poco ahorquillada: color pardo-oscuro por encima y algo rojizo por debajo.
Co.-?TüMBRES. — Es casi tan abundante como la especie anterior y anida en los mismos parajes que ella: pone la hembra dos huevos con manchas de color vinoso sucio. He visto un nido procedente de los Cotos de Sevilla en el que uno de los huevos era mucho más pequeño que de ordinario (Col. A.)
Régimen ALIMENTICIO. — Como cu la especie anterior.
El Sr. Guirao dice que ha encontrado en los estómagos de algu- nos individuos de esta especie acrídidos y langostas.
Localidades.— Málaga: Arévalo. — Granada: López Seoane, Aré ■ valo.— Madrid: Graells, Arévalo. — -Valencia: Arévalo. — Marisma de Murcia: Guirao. — Marismas y Cotos de Sevilla: Machado, H. Saun- ders, Irby, Arévalo. — Islas de Sigarga (Coruña): Ríos. — Guadarra- ma: Castellarnau. — Gerona: Vayreda.
GÉNERO. -Elanus. — Savig.
Pico corto, encorvado desde la base, festoneado en el borde de la mandíbula superior: las alas pasan del extremo de la cola: ésta poco ahorquillada: tarsos más cortos que el dedo medio: dedos separados.
C5
Especie.— E. coeruleus.— Br.
Sinonimia. — Falco crerideas, Desfoiitaines. — F. aielanopterus, Latli. — Elanus melanopterus, Leacli.
("auacteres. — Color gris ceniza por las partes superiores y blan- co por los inferiores: tarsos con plumas en sus dos tercios superiores: dedo externo mucho más corto que el interno.
CosTUMBUEs. — Esta especie es propia del África, presentándose accidentalmente en Europa. Su talla es próximamente O™, 33: mitad de la del m. regalis.
RÉGLMEN ALIMENTICIO. — Pequcüos i'oedores, saltamontes, y espe- cialmente moscas.
Localidades. — -El Sr. H. Saunders asegura que es rara en Anda- lucía; V el Sr. López Seoane dice que sólo vio un individuo proce- dente de los Cerros de Senes (Granada) por el mes de Majo. Lord Lilford obtuvo un ejemplar procedente de Sevilla.
SuB-FAMiLiA. — Buteoninae
Cuerpo grueso y cabeza abultada: pico encorvado y comprimido, sin diente y con muchas cerdas en su base dirigidas hacia adelante: cola recta y truncada.
Son aves poco ligeras en sus movimientos.
GÉNERO. — Buteo. — Cuv.
Pico hendido hasta debajo de los ojo.s, muy comprimido, corto y grueso en la base: su parte superior redondeada y con pelos rígidos en las aberturas nasales y á los lados de la base del pico: las alas lleo^n casi al extremo de la cola: tarsos cortos y robustos, con plu- mas en su principio y provistos de escamas: uñas ganchudas: cola corta .
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Especie.— B. vulgaris. — Bechstein.
SixoxniiA. — Falco vulgaris, L. — F. varié gatus y ciñere us,
ümel. — Bateo alhvs, Daud.
Pella (Sevilla). — Argelia (Valencia). — Mioto cl'aza redonda, Mi- Ihano (Port.) — Aligat (Cataluña).
Caracteres. — Color general pardo con manchas más claras por encima, y blanco-amarillento-rojizo por debajo, con manchas pardas: timoneras de este último color con doce ó catorce bandas transversa- les, de ceniza desvanecido.
Costumbres. — Es sedentaria en Sevilla, anidando en los Cotos: pone la hembra dos huevos de color blanco sucio, desde mediados de Abril á mediados de Majo. (Col. A.) Según el Sr. Vayreda, es tam- bién sedentaria en Gerona.
RéctImex ALiMEXTicio. — Pcqueilos mamíferos, pájaros, reptiles y saltamontes.
Localidades. — Cotos del Rey y de Doñana (Sevilla) : Machado, Irby, Arévalo. — Granada: López Seoane. — Málaga: Arévalo. — To- rrente, Dehesa de la Albufera (Valencia): Vidal, Arévalo. — Murcia: Guirao. — Gibraltar: Irby. — Foja, Portugal: Giraldes. — Guadarra- ma: Castellarnau. — Gerona: Vayreda.
B. desertorum. — Daid.
Sinonimia. — Falco cirtetisis. Le Vaill. — Buteo Tachardus, Hardy.
Caracteres. — Plumaje pardo con manchas de color rojo-ocráceo por encima, y blanco rojizo estriado de pardo por debajo: cobertoras inferiores de las alas con manchas pardas, ocráceas y blancas: timo- neras con bandas transversales pardas y una terminal rojiza.
Costumbres. — Esta especie, propia del África, se presenta acci-
67 deutalmeute en la región meridional de España. En el gabinete del Instituto de Málaga se conserva una hembra adulta cazada en 5 de Febrero de 1873 en la vega inmediata á aquella población: dicho ejemplar lo determiné en Agosto de 1875.
RÉGIMEN ALIMENTICIO. — Pequcños rocdorcs, reptiles é insectos.
Nota. — El Sr. Machado cita la especie BiUeo lagopus , V'ieillot, como sedentaria y común en Sevilla, donde dice que habita los campos poblados de árboles. Yo entiendo que esto es una equivoca- ción, pues el b. lagopus es propio de las regiones frías de Europa y Asia, y aun en el centro de Europa es de paso irregular. Igual equi- vocación ha padecido el Sr. Vayreda al asegurar que es frecuente en nuestro país, aunque sin citar localidad alguna donde la haya observado.
Muy bien pudiera ser que dichos señores hubiesen tomado por individuos de la especie b. lagopus á algunos pertenecientes á la b. vulgañs; pues las variaciones de coloración y tamaño suelen ser tan grandes en ésta, que algunos naturalistas han fundado especies que después ha sido necesario suprimir.
GÉNERO.— Pernis.—Cuv.
Pico largo, comprimido, con la punta muy encorvada y el lomo saliente: cera desnuda: cara con plumas muy pequeñas, apretadas y escamosas: cola y alas largas: tarsos cortos, y lo mismo los dedos; el externo y el medio unidos en la base por un repliegue.
Especie.— P. apivorus.— Bp.
Sinonimia. — Falco apivorus, L. — Buteo apivorus. Briu. — Acci- piter lacertañus, Pall.
Gavilán. — Águila denioros (Málaga). ^ífr/?có/? abejero
(Valencia).
Caracteres. — Frente y carrillos pardo-azulados: remeras .secun- darias rayadas de ceniza y de pardo-negro: cola con tres bandas de este último color: plumaje general ferruginoso-ocráceo.
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Costumbres. — Son poco abundantes los individuos de esta espe- cie, sobre todo los adultos: sin embargo, en Valencia, á fines de Se- tiembre, suelen pasar bastantes, y en especial los años en que reinan los vientos del Oeste. Según el Sr. Vavreda llegan en Marzo á la provincia de Gerona en grandes bandadas, y .se extienden por los grandes bosques. Anida en los árboles altos, y pone la hembra dos huevos amarillentos con manchas rojizas, algunas veces muy nume- ro.sas, hacia la parte inferior. (Cul. A.)
RéctImex alimenticio. — Insectívoro, y con especialidad avispas: también ataca á pequeños reptiles.
En cautividad se acomoda al régñmen frugívoro, y aun llega á preferirle al suyo natural.
Localidades. — Granada: López Seoane, Arévalo. — Málaga: Aré- valo. — Dehesa de la Albufera (Valencia): Vidal. Arévalo. — Campos de Murcia y Cartagena: Guirao. — -Gerona: Vayreda.
GÉNERO. — Circaetus. — ViEiLL.
Pico grueso en la base, comprimido, y muy encorvado en la punta: aberturas nasales cubiertas de cerdas largas dirigidas hacia adelante: tarsos largos, desnudos desde el talón y reticulados: dedos externo y medios unidos en la base por un repliegue membranoso: en el inter- no existe otro repliegue más pequeño: la uña del dedo med o es hueca por debajo.
Especie. — C. Gallicus. — Vieill.
Sinonimia. — Aquila pygargus, Briss. — A. drac/u/dacti/la, Mey y Wolf. — Accipiter hypoleucos, Pall. — Circaetus leucopsis, Brehm.
Melion. — Culebrera. —Águila parda. — Guincho da tuinha {Povt.)—Marsench, Aucell de mars (Cataluña): Vayreda.
Caracteres.- — Color blanco ceniciento por encima, blanco por de- bajo con manchas pardo-ocráceas alargadas: cola blanca con tres bandas ceniza muv desvanecidas.
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CoáTUMuuES. — Hállase eu la región mediterráuea en las altas eur- dilleras, aunque baja con frecuencia á los bosques v sitios pantano- sos. En la provincia de Gerona también es abundante, según el Sr. Vaj-reda. En la de Valencia es muy rara. El nido contiene uno ó dos huevos de color blanco sucio, suaves al tacto, casi mates, de cascara delgada y resistente, porosa y poco pesada. {Col. A.)
RÉoiMEN ALiMEXTicio. — Aves de corral, reptiles é insectos.
Localidades. — Málaga (Tajos del Gaitán): Arévalo. — Sevilla: Machado, H. Saunders, Arévalo. — Granada: López Seoane. — Mur- cia: Guirao. — Foja, Portugal: Giraldes. — Gibraltar: Irby. — Gerona: Vayi'eda. — Albufera (Valencia): Arévalo.
Observacióx. — Eu algunas localidades suelen confundir los la- liradores y cazadores á esta especie con el AquUa fasciata.
SuB- FAMILIA . — Áccipitr inse .
Pico corto, encorvado desde la base, y de bordes festoneados: tarsos largos y delgados.
GÉNERO. — Astur. — Lacépede.
Pico muy comprimido y arqueado: las alas llegan hasta la mitad de la cola: ésta ancha y redondeada: tarsos cubiertos de escudetes: dedos y uñas largos y robustos.
Especie. — A. palumbarius.— Bechst.
SiN-o.viMiA. — Falco palumbarius, L. — F. gallinarius, Gmel. — Doídaliün palumbarius, Savig — Accipiter gallinarum, Bremli.
Esmerejón (Casi.)— Azor.— Aguilucho (Sevilla.)— i^a^co (Valen- cia).— Gavilán (Málaga).
Caracteres.— Color pardo por la parte superior del cuerpo y blanco-ceniza por la inferior, con manchas onduladas estrechas y
70 pardas en el peclio : el dedo interno llega hasta el extremo de la se- gunda falanje del medio: base de la mandíbula superior con cerdas finas dirigidas Lacia arriba.
Costumbres.— No es muy abundante en España; sin embargo en Sevilla lo es algo y sedentaria: en Granada y centro de la Penínsu- la aparece por la primavera, quedándose hasta fin de otoño. En Ge- rona, según el Sr. Vayreda, habita de preferencia eu las altas mon- tañas. En Valencia es muy rara. Anida en los árboles altos, poniendo la hembra cuatro huevos de color g-ris azulado, sin manchas por lo común: rara vez con algunas de color vinoso pálido. {Col. A.)
Régimen alimenticio. — Conejos, palomas, perdices y gallinas. Es una de las aves verdaderamente perjudiciales eu las casas de labor.
Localidades. — Dehesa de Alfacár (Granada): López Seoane. — Llanuras y colinas de vSevilla: Machado. — Gibraltar: Irby. — Valen- cia: Arévalo. — Guadarrama: Castellarnau.— Málaga: Arévalo. — Al- tas montañas de Gerona: Vayreda.
GÉNERO. — Accipiter. — Brin.
Pico corto, encorvado desde la base, ganchudo y festoneado en los bordes: aberturas nasales casi cubiertas por plumas sedosas que bajan de la frente, encorvándose después hacia arriba: cola larg-a: tarsos delgados y mucho más largos que el dedo medio.
Especie. — A. nisus. — Pallas.
Sinonimia. — F'alco nisus, L. Dcedalion fringillarius, Savig.— Spanñus nisus, Vieill. — Astur nisus, Keys y Blas.
Gavilán (Cast.) — Cernícalo. — Gavilá, Esparver (Valencia). — Azor (Galicia). — Gaviao (Port.) — Gavilán (Málaga y Sevilla). — Esparvé
(Cataluña).
Caracteres. — Parte superior del cuerpo de color gris pizarra; las regiones inferiores blancas rayadas de pardo rojizo en fajas ondula- das: cinco bandas pardas eu las timoneras externas.
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Eutrc el macho y la hembi-a existen gi-audes diferencias de ta- maño j coloración: la segunda es bastante mayor que el macho: el color pizarra es muy claro y algo rojizo, y las partes inferiores son blanco-cenicientas, con manchas onduladas pardo-rojizas en el cue- llo, pecho, abdomen y piernas. En el macho las ondulaciones de las partes inferiores son casi de color rojo vivo.
Costumbres. — Es abundante en España, pero mucho mds en An- dalucía, y anida en los árboles de los montes inmediatos á Granada: en Gerona es sedentaria también, según dice el Sr. Vayreda: en Má- laga, Valencia y regiones algo cálidas se presenta en otoño. La pues- ta consiste en tres á seis huevos blancos algo azulados ó amarillen- tos, con manchas pardas irregulares y puntitos muy finos: algunos carecen de manchas. [Col. A.)
RÉGIMEN ALIMENTICIO Pájai'OS é iuSCCtOS.
Localidades. — Madrid: Graells. — Guadarrama: Castellarnau. — Granada: López Seoane, Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Chiva y De- hesa de la Albufera (Valencia): Vidal, Arévalo. — Santiago: Ríos. — Murcia: Guirao. — Gibraltar: Irby. — Aragón: Arévalo. — Gerona: Vayreda.
Nota. — El Sr. Vayreda cita como de paso accidental en otoño y primavera en la provincia de Gerona la especie dudosa A. nia~ jor? Degl., asegurando además que anida en el Norte de Europa. La primera afirmación es muy aventurada, si no posee otros datos que los citados hasta hoy por algunos autores; y la segunda mucho más, pues los ejemplares conocidos han sido hallados únicamente en Fran- cia y en Suiza.
SuB-FAiíiLiA. — Palconinse .
Pico corto muy encorvado y con un diente muy marcado en la mandíbula superior.
Las aves comprendidas en esta sub-familia son las mejores vola- doras y cazadoras de todas las del orden.
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GÉNERO. — Falco. — L.
Pico fuerte con uu diente á cada lado de la mandíbula superior : alas acudas que llegan j aun pasan del extremo de la cola: ésta algo redondeada: tarsos cortos y robustos, cubiertos de plumas en el pri- mer tercio: dedos libres: el medio tanto ó más largo que el tarso.
Especies. — F. lanarius. — Schlegel.
Sinonimia. — Lanarms cinereiis, Brin. — Falco Feldegii, Schl. — Gennaja lanarius, Bp.
Parte superior del cuerpo de color ceniza, y la inferior blanca, manchada de pardo: nuca rojiza: timoneras con bandas transversa- les: dos listas estrechas en forma de bigotes: tar.sos amarillentos.
Costumbres. — Se halla en Sevilla, y anida en el Coto de Doñana, aprovechando, según el Sr. H. Saunders, los nidos viejos de milano. El Sr. Guirao asegura que suele verse en las llanuras inmediatas á Murcia, y el Sr. Vayreda dice que es rara en los bosques de las lla- nuras de Gerona, pero que anida en los árboles más elevados y en los escarpados peñascos. Los huevos son muy parecidos á los de la especie F. communis.
RÉGIMEN alimenticio. — Pequeños mamíferos y aves.
Localidades. — Sevilla: H. Saunders, Arévalo. — Murcia: Gui- rao.— Gerona: Vayreda.
Observación. — El Sr. López Seoane dice que se conservaba un ejemplar de esta especie en el Gabinete de la Universidad de Gra- nada con el nombre de F. Feldegii: pero yo no le he hallado en las numerosas visitas que tengo hechas á dicho Establecimiento.
F. communis.— Gmel.
Sinonimia. — F. peregrinas, Briss. — F. cornicum, Brehm.
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Halcón común. — Halcón real (Granada). — Falcao (Port.) — Falcó (Valencia y Cataluña).
Caracteres. — Partes superiores de color ceniza plomizo, con bandas transversales en la espalda: pecho de color de carne, con bandas transversales pardas en el abdomen, en las plumas tibiales y en las subcaudales: bigotes pardos, anchos y largos: pies amari- llentos.
CosToiBRES. — Es muy abundante en Granada, Sevilla, Castellón, Valencia y Málaga, y sedentaria, excepto en esta última pro^-iucia, donde sólo es de paso. Constantemente se ven individuos en la torre de la catedral de Granada. Anida en los cotos del Rey y de üoñaua Sevilla), en los alrededores de Valencia y en las islas Columbretes (Castellón). La puesta consiste en tres ó cuatro huevos manchados de rojizo y de pardo. {Col. A.)
Réctimex ALIMENTICIO. — Palomas y tórtoks. Puede tenerse esta es- pecie por perjudicial.
Localidades. — Sevilla: Machado, Irby, Arévalo. — Granada: Ló- pez Seoane, Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Chiva, Jalón, üenia y demás pueblos de la Marina (Valencia): Arévalo. — Islas Columbre- tes (Castellón): Arévalo. — Sierra de Espuña (Murcia): Guirao. — Gi- braltar: Irby. — Foja (Portugal): Giraldes. — Gerona: Vayreda.
Nota. — P. barbaras — L.
Sinonimia. — F. tunetanus, Ray. — F. puniceus, Le Vaill.
Caracteres. — Partes superiores ceniza azuladas: frente y nuca rojizas: partes inferiores amarillentas, con manchas longitudinales pardas: timoneras con bandas oblicuas de este color.
Esta especie, muy parecida á la anterior, se ha hallado, según el Sr. H. Saunders, en Granada: lo que no sería extraño, pues, aunque propia de Berbería, se presenta accidentalmente en la Europa meri- dional.
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P. subbuteo. — L.
Sinonimia . —Hypotriorchis subbuteo, Boie . —Dendrofaleo subbu- teo, Bp.
Alcotáfi (Madrid y Málaga). — Bigotudo (Granada). — Gavilán (Mur- cia.)— Fcdcao tagarote. (Port.) — Falcó (Valencia y Cataluña).
Caracteres. — Color de las partes superiores parecido al de la especie anterior, aunque más oscuro j con dos manchas rojizas en la nuca: pecho y abdomen con manchas longitudinales pardas: plumas de las piernas de color rojo vivo con listas pardas: las de la cola con manchas alargadas transversales de color rojo de ladrillo: bigotes grandes caídos.
Costumbres. — No es muy abundante en España, aunque suele ha- llarse en varias regiones. En Valencia es común en toda la provin- cia. Anida en los parajes frescos, y emigra en invierno á países tem- plados: en Granada, sin embargo, es sedentaria. Lord Lilford y H. Sauuders dicen que cría en los pinares de Coria: en Málaga apa- rece por el otoño.
Establece el nido en los árboles ó en las rocas de las montañas, poniendo tres ó cuatro huevos blanquecinos, algo rojizos, con puntos irregulares pardo-rojizos. [Col. A.)
RéctImen alimenticio. — Pájaros pequeños é insectos; pero la gran cantidad de los primeros que destruye hace que sea perjudicial.
Localidades. — Sevilla: Machado, Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Sierra de Cogollos (Granada): López Seoane. — Chiva, Burriana y otros pueblos (Valencia): Arévalo. — Coruña: Ríos. — Murcia: Gui- rao. — Guadarrama: Castellarnau . — Madrid: Arévalo. — Coimbra (Por- tugal): Giraldes. — Gerona: Vayreda.
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P. Eleonorse. — Gene.
Sinonimia. — F. arcadicus, Lindermayer. — F. concolor., Y on- der Mülile. — Dendro falco Eleonorce, Bp.
Caracteres. — Color general ahumado por encima, agrisado por debajo: barbas internas de las timoneras con doce ó catorce bandas transversales más claras: pies amarillos: base de la mandíbula infe- rior amarillenta.
Costumbres. — Es muy rara en España: el Sr. Castellarnau dice que lia visto algunos ejemplares de esta especie por el mes de Octu- bre en los prados de los pueblecillos de la Sien-a de Guadarrama. El Sr. Vavreda la cita como rara y de paso en Gerona. Algunos auto- res ingleses indican que hace cerca de un siglo anidaba en las rocas del Peñón de Gibraltar. Actualmente habita el Norte de África.
P. vespertinus. — L.
Sinonimia.' — F. rufipes , Beseke. — Erythropus vespertinus, Braehm. — Pamiychistes rufípes, Kaup.
Caracteres. — Color gris azulado: partes inferiores rojo-ocráceas: región orbitaria y pies rojos.
CosTUsiBREs. — Esta especie, propia del Asia y del África, suele presentarse accidentalmente en el Mediodía de España.
Régimen alimenticio. — Insectívoro: prefiere las langostas, pero ataca también á pájaros pequeños.
Localidades. — Sevilla: Aróvalo. — Gibraltar: Irby. — Gerona: Vayreda.
P. lithofalco. — Gmelin.
Sinonimia. — Falco regulus, Pall. — B\ ccesius, Mey y Wolf. — ^E salón lithofalco, Kaup.
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Halcón de cetrería. — Esmerejón.
Caracteres.— Plumaje pardo, con algunas manchas de color de ladrillo por encima: partes inferiores pardo-amarillentas, con man- chas alargadas pardas: cola con manchas transversales de color blanco-rosado: bigotes pequeños.
Costumbres. — Es accidental en España, pero suelen hallarse al- gunos individuos por el invierno. En Málag-a se mató uno en Enero de 1872, y en Valencia y en Madrid también se han obtenido. (Aré- valo, Castellarnau, Irby.) Los Sres. Guirao y Vayreda aseguran que es bastante común en las provincias de Murcia y de Gerona, respec- tivamente.
P. tinnunculus. — L.
Sinonimia. — Accipiter alaudariiís, Briss. — Falco brimneus, Bechst. — Cerchneis tinnimcula, Boie. — Tinnunculus alaudarius, G. R. Gray.
Primita. Primilla (Sevilla, Málaga). — Cernícalo (Granada).— £"5- parver (Valencia). — Gavilán (Murcia). — Lagarteiro y Peneiriño (Galicia). — Milhafre, Francelho, Peneireiro (Portugal). — Muxet, Xuriquer (Cataluña).
Caracteres. — Partes superiores de color rojo de ladrillo oscuro, manchado de negro: cabeza plomiza: partes inferiores rojizas claras con listas neg-ras en el pecho y manchas redondeadas á los lados: uñas negras.
Costumbres. — Es abundantísima y sedentaria en España, pero muy especialmente en las regiones meridional y oriental: anida en los altos edificios, como las torres de las catedrales de Granada y Málaga, torreones de la Alhambra, Alcázar de Segovia, etc., en unión de la especie siguiente. La puesta tiene lugar á principios de Mavo, V es de cuatro ó cinco huevos manchados de color de canela.
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Bastantes parejas pasan al África por el otoño.
RÉGiMEX ALIMENTICIO. — Muv variaclo, pues consiste eu ratones, musarañas, aves pequeñas é insectos.
Localidades. — Madrid: Graells, Arévalo. — Segovia: Castellar- uau. — Sevilla: Machado. — Granada: López Seoane, Arévalo. — Má- laga: Arévalo. — Jávea, Jalón y demás pueblos de la ^larina (Valen- cia): Arévalo. — Galicia: Ríos. — Murcia: Guirao. — Gibraltar: Irby. — Gerona: Vajreda. ^Portugal: Giraldes.
F. cenchris — Naumann.
Sinonimia. — Falco tinnuiícularius, Vieill. — F. tinnimculoides , Xatterer. — Cerchneis cenchris, Bp.
Cernicnlo. — Primita (^lálaga y Sevilla).
Caracteres. — Partes superiores de color pardo-rojizo, uniforme en el macho, manchadas de pardo en la hembra: las inferiores roji- zas en el primero y rosadas en la segunda, con manchas en el abdo- men y costados: uñas blanco-amarillentas. Estos caracteres y la talla, algo menor, distinguen á esta especie de la anterior, con la cual tiene bastante semejanza.
CosTUJíBUEs. — Es también abundante , aunque no tanto como ésta: anida en las torres de la catedral de Sevilla y de la colegiata de Jerez, y en el palacio del Coto del Rey, en cuyo último punto se pudo lograr una hembra viva, el 27 de Mayo do 1876, la cu^l puso un huevo en el canasto donde se la colocó para trasportarla. La puesta tiene lugar á fines de dicho mes, y durante el de Junio: los huevos .son muy parecidos á los de la especie anterior, pero de color más vivo. (Col. A.)
El Sr. Castellaruau dice que esta especie cría, mezclada con el passer petronia , en los agujeros de las rocas del escarpe que hay detrás del .santuario de Ntra. Señora de la Fuencisla, en Se- govia.
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Üurante el invierno quedan muchos individuos en la región me- ridional de España.
RÉGIMEN ALIMENTICIO. — Reptiles, coleópteros j ortópteros.
Localidades. — Madrid: Graells, Arévalo. — Segovia: Castellar- nau. — -Sevilla, H. Saunders, Machado, Arévalo. — Córdoba, Málaga, Valencia: Arévalo. — Gibraltar; Irby.
Observación. — El Sr. H. Saunders sospecha la existencia de una variedad híbrida debida al cruzamiento de esta especie con la ante- rior, lo cual no sería extraño dadas las analogías de organización y costumbres de ambas.
SuB-FAMiLiA . — Circinse .
Pico corto, encorvado desde la base j festoneado en los bordes: cuello rodeado de un. collar de plumas más ó menos marcado: alas largas: tarsos largos y delgados: dedos delgados y cortos.
Es fácil distinguir estas aves de las demás del orden, pues la forma del pico y de la cabeza les da un aspecto que recuerda algo el de las rapaces nocturnas.
GÉNERO.— Circus. — Lacépede.
Pico fuerte comprimido, muy ganchudo y ligeramente festonea- do, provisto de cerdas rígidas en las dos mandíbulas, las de la supe- rior largas y encorvadas hacia arriba: tarsos largos y delgados, cu- biertos de pluma en la articulación del talón: dedo externo unido al medio por una pequeña membrana: uñas muy agudas y aceradas.
Especies.— C. seruginosus.— Savig.
Sinonimia. — Falco oeruginosus, L. — F. rufus, Gmel.— i*', arun- dinaceus, Bechst. — Circus rufus. Schleg,
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Arpella iCast.) — Aguililla de laguna (Granada). — Carita (Mála- ga).— Aligat deis petits {Catviluñ-A): Vayroda.
Caracteres. — Color general, en el macho, pardo-negruzco, con algunas manchas rojizas claras por debajo: cabeza con un moño de color amarillento de hueso j manchas de igual color que forman un collar. La hembra tiene el color más claro y blanquecino-ferruginoso en la cabeza, cuello y pecho.
Costumbres. — Se halla en bastante abundancia en los sitios pan- tanosos, en muchos de los cuales es sedentaria. Anida en tierra, ocul- tando los huevos con ramas y hojas de árboles: pone la hembra tres ó cuatro, blancos algo azulados, por lo común sin manchas, aunque algunos suelen tenerlas pardas muy desvanecidas. (Col. A.) A. fines de Marzo del ano actual se han visto en Valencia muchísimos indi- viduos de esta especie.
Régimex alimenticio. — Mamíferos pequeños, aves acuáticas y huevos de estas. Algunos cazadores afirman haber visto individuos de esta especie cogiendo anguilas.
Localidades. — Desembocadura del Guadalhorce (Málaga): Aré- valo. — Laguna del Pozuelo (Granada): López Seoane. — Albufera, Almenara y demás terrenos pantanosos (Valencia): Vidal, Arévalo.— Murcia: Guirao. — Segovia: Castellarnau. — Los Alfaques, Daimiel: Arévalo. — Gibraltar: Irby. — Foja (Port.): Giraldes. — Golfo de Ro- sas, Desembocadura del Ter, Bañólas (Gerona): Vayreda.
Observación. — He conseguido pollos de esta especie procedentes de la Albufera.
C. cyaneus.— BoiE.
Sinonimia. — Falco cyaneus, L. — F. bohemicus, albieatts, gri- seus et montaus, Gmel. — Circus gallinarius, Savig. — Strigiceps nygargus, Bp.
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Halcón (Sevilla).— Cemí'O (Málaga).— Jírrj^na (Galicia).— .Ire de San Martín (Cast.)— Pí7oí'í?ro (Valencia).— £'.9Íor/, Martinef (Ca- taluña).
Caracteres. — Pico muy comprimido y cou muclias cerdas: co- llar muy prominente: el macho es de color ceniza por la parte supe- rior, blanco en el abdomen y sub-caudales: remeras pardo-negruz- cas: cola blanco-cenicienta con bandas estrechas de color de plomo: las plumas que rodean los ojos son sedosas.
La hembra tiene el color pardo, manchado de amarillento ocr;í- ceo por encima. Estos mi.smos colores más claros por debajo: cola con bandas pardas sobre fondo ceniza en el par del centro; pero en los restantes el fondo es amarillento-ocráceo. En uno y otro sexo las cejas son sedosas y salientes.
CosTUMBREri. — Es meuos abundante en España que la especie an- terior, aunque en algunas regiones sedentaria: en Málaga y Valen- cia sólo se presenta de paso por el otoño. Anida en Sevilla en tierra, entre la hierba, y pone la hembra cuatro ó cinco huevos de color blanco agrisado sin manchas [Col. A.)
RÉGIMEN" ALIMENTICIO. — Pequcüos rocdores, pájaros y reptiles; pe- ro en el invierno se acerca á las casas de campo á buscar los desper- dicios.
Localidades. — Sevilla: Machado, Arévalo. — Lagunas del Pozuelo y del Marqués (Granada): López .Seoaue, Arévalo. — Guadalhorce (Má- laga): Arévalo. — Albufera (Valencia): Arévalo. — Santiago: Ríos. — Gibraltar: Irby, — Portugal: Giraldes. — Gerona: Vayreda.
C. cineraceus. — Naum.
Sinonimia. — Falco cineraceus, Montagu. — Strigiceps cinera- ceus, Bp.
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Cenizo (Málaga y Sevilla).
Caracteres. — Macho de color de plomo uniforme por encima, ceniza-blanquecino por debajc», desvaneciendo hacia el abdomen y cola: remeras pardo -negras: cobertoras inferiores de las alas blancas con algunas manchas pardas: cola con cinco bandas ceniza por deba- jo: collar poco aparente.
La hembra es pardo-ferruginosa por encima, y rojo-ocrácea por debajo: casi todas las plumas festoneadas de este color: cola con ban- das pardas más intensas en la parte superior: en la inferior el fondo es rosado : cobertoras inferiores de las alas de color ferrugino- so vivo.
Costumbres. — Es escasa en España, y en la región meridional sólo se ven individuos jóvenes, bien caracterizados por la coloración castaña de las plumas: en la oriental se presentan por primavera y otoño.
Anida en tierra, y pone cuatro ó cinco huevos de color blanco puro ó agrisado, sin manchas casi siempre: algunas veces las tienen vi- nosas claras.
Rélumen allmenticio. — Pequeños mamíferos, pájaros, reptiles é insectos.
Localidades. — Laguna de Alfacar (Granada): López Seoane.- Guadalhorce (Málaga): Arévalo. — Albufera (Valencia): Arévalo. — • Gibraltar: Irby. — Gerona: Vayreda.
C. Swainssonii. — S-MmT.
Sinonimia. — C. al'jescens, Less. — C. pallidiis, Sykes. — Falco dalmaticus, Rupp. — Stñgiceps Swainssonii, Bp.
Esta especie es sumamente rara y accidental en España, á pesar de la opinión de los Sres. Degland y Gerbe, que aseguran ser común en nuestro país.
El Sr. H. Saunders dice que adquirió un ejemplar de España,
82 pevo ignorando la localidad de donde procedía. El Sr. López Seoaue cree qne es rara en la vega de Granada ; y el Sr. Vajreda la lia ob- servado en las llanuras pedregosas de Gerona.
Yo he hallado sólo un individuo macho en Málaga, el cual se conserva en el gabinete del Instituto. Al determinarle hice la des- cripción que trascribo, á fin de aclarar cualquier duda. «Pico hen- dido, cuyas comisuras llegan casi hasta debajo de los ojos; neg-ro, excepto la mandíbula inferior, la cual presenta cerca de la base dos manchas blancas triangulares, que insensiblemente se continúan al- go en el borde de la mandíbula superior; y está encorvado desde la terminación anterior de las aberturas nasales, las que son triangula- res alargadas y cubiertas por cerdas rígidas encorvadas hacia arriba: mandíl)ala inferior mucho más corta que la superior, abarquillada en su extremo y ensanchada hacia la base. Cabeza algo deprimida: párpados provistos de pestañas rígidas pardo-oscuras: cuello grueso: éste y la cabeza de color de ceniza mezclado de canela irregular- mente, pero por debajo iloraina el ceniza claro, que continúa desva- neciéndose hasta las plumas anales, las que, así como las ventrales, son de color blanco sucio: las del pecho algo acaneladas. Coberteras de las alas de igual coloración que la parte superior del cuello, pero más oscura: las segundas cobertoras algo festoneadas de color café con leche: las de la parte inferior de los costados y de las alas, blan- cas, lo que da lugar á que aparezcan en las de la base de la cola dos bandas blancas no muy bien marcadas: remeras pardas en su parte superior, pero que aclaran hasta casi el blanco en su último tercio, y en las barbas internas, sobre todo de la primera. Las alas llegan hasta el extremo de la cola: é.sta es truncada y alg-o redimdeada: el par central de color de café con leche oscuro uniforme, algo pardo; pero los restantes tienen seis manchas, la más próxima á aquel, sólo en la costilla, y las demls en las barbas blancas: manchas que son más oscuras que el color general y se hallan dispuestas en bandas trans- versales hasta el primer par, en que el color dominante es el blanco y el de las manchas ceniza-azulado, mezclado con canela: la costilla del par central es de color café con leche claro. Las plumas de la
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piorna son blancas y cubren la articulación del talón, sobre todo por delante: tarsos fuertes, delgados, con placas hexagonales alargadas en la dirección de aquellos, j situadas lateralmente: dedos fuertes, el pulgar casi tan largo como el externo. Iris amarillento.»
Notas. — 1.'' El Sr. D. Ángel Gxiirao, en su Catálogo metó- dico de las Aves observadas en wm gran parte de la provincia de Murcia, da la descripción de una especie Falco (Circits) faligi- nosus, dudando si será nueva ó si será el F. mauric^. Es sensible que el Sr. Guirao no dé indicación alguna sobre la abundancia ó es- casez de esta especie en la reg-ión que estudia, ni sobre las circuns- tancias que le condujeron al conocimiento de aquella. La descripción es la siguiente: «Todo negro fuliginoso, con la parte superior de la cabeza más oscura. Las plumas de las alas j de la cola marginadas con una pestaña blanquecina muj estrecha: las timoneras fuliginoso- apizarradas superiormente, blanco-cenicientas iuferiormente, cou un tinte fuliginoso v con tres fajas distintas de cerca de una pulgada de latitud, de un color bastante más oscuro y una superior menos marcada. El color de las remeras por su cara inferior es blanqueci- no, disminuyendo gradualmente desde la primera hasta la décima, en que ya es color de ceniza, liallándose sembradas con fajas v man- chas negras. La base del pico y la cara son verde-amarillentas, v las patas de amarillo puro. El iris amarillo-rojizo. Longitud total desde el pico hasta la extremidad de la cola: 45 á 46 centímetros. Envergadura, ó .sea longitud desde una extremidad de ala á otra, ha- llándose extendidas, aproximadamente calculada por no haberse po- dido medir exactamente: 72 centímetros. Longitud del pico: '22 á 24 milímetros. Longitud de los tarsos, 6 centímetros. Longitud del dedo medio: 3 centímetros.»
2.* El Sr. Irby cita la especie Circus macrurus, Gmel., propia de África, la cual ha aparecido alguna vez en la parte meridional de España, y de la que Lord Lifford obtuvo un ejemplar en 1872.
84 Sección 2/ — Accipitres nocturni — Aves de rapiña nocturnas.
Ojos colocados en la parte anterior de la cabeza: dedos cubiertos de plumas ó pelos: plumas, por lo general flojas, algodonosas ó se- dosas. Costumbres nocturnas.
Familia. — Strigidae, — Strígidas.
Pico corto, comprimido y gancliudo: cara blanda, cubierta de plumas descompuestas que salen de la cara: ojos grandes colocados enmedio de discos formados por plumas radiantes: cabeza gruesa, adornada algunas veces de penachos laterales de plumas.
Son aves cazadoras que se alimentan de pequeños animales; pero útiles por el gran número de roedores é insectos que destruyen.
SuB-FAMi Li A . — Ululinse .
El disco facial presenta debajo del pico una escotadura profunda: dedos cubiertos de plumas: carecen de peuaclios en la cabeza.
GÉNERO. — Surnia. — Dumeril.
Pico muy arqueado: aberturas nasales ocultas por plumas sedo- sas que se extienden basta el pico y le cubren lateralmente casi por completo: pabellón de la oreja poco marcado: alas largas: cola igual- mente larga y escalonada, lo que se nota perfectamente por la parte inferior: tarsos cortos: dedos cubiertos de plumas.
Especie.— S. passerina. — Keyserling y Blasius.
Sinonimia. — Strix piisilla , Daud. — S. acaríica, Temm. — S. pig- mcea, Bechst. — Glaucidium passerinum, Boie. — Strix passeri- na, L.
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Cakacteres.— Color ceniza parduzco con manchas y pintas blan- cas en la parte snperior: pecho y costados con rayas transversales blancas-ceniza: vientre y subcandales blancos.
Costumbres. — Aunque propia del Centro y Norte de Europa, sue- le presentarse en España, pero no puede considerarse de nuestra fauna .
RÉciiMEN ALIMENTICIO. — Rocdores, pájaros é insectos.
Localidades. — Granada: López Seoane. — -Madrid: Arévalo. (Sólo he visto un ejemplar obtenido en esta localidad).
Observación. — Los Sres. Graells y Gnirao citan esta especie co- mo sedentaria, pero sin duda se refieren á la siguiente: Noctua mi- ñor, Briss. {Strix passerino, Bechst.)
GÉNERO. —Noctua. — Savig.
Pico comprimido: aberturas nasales ocultas por plumas sedosas que parten de la base del pico: pabellón de la oreja pequeño y ova- lado: disco facial estrecho: alas redondeadas: cola corta: tarsos y de- dos cubiertos de plumas sedo.sas.
Especies. — N. minor. — Briss.
Sinonimia. — Strix noctua, Retzius. — S. passerina, Bechst. — - S. nudipes, Nilss. — Athene noctua, Boie. — Noctua passerino, Jeuyns. — N. veterum, Licht.
Mochuelo. — Mocho (Port.). — Musol, Xot petit , Baheca (Cataluña): Vayreda.
Caracteres. — Color pardo por encima, manchado de blanco ama- rillento: partes inferiores de color blanco sucio con manchas pardas longitudinales en el pecho, costados y vientre: sub-caudales y las de la parte posterior de los tarsos blancas: en los dedos muy pocas plumas.
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Costumbres. — Es muv común en España, y sedentaria eu tudas las regiones. Anida principalmente en los olivos, j entre las piedras de los terrenos incultos, y aun en los viñedos. La puesta tiene lugar eu el mes de Majo j principios de Junio, consistiendo en cuatro ó cinco huevos de color blanco puro casi esféricos. (Col. A.)
Régimex alimenticio. — Ratones, musarañas é insectos.
Localidades. — Madrid (La Florida): Arévalo. — Guadarrama: Cas- tellarnau. — Sevilla: Machado, H. Saunders, Arévalo. — -Granada: Ló- pez Seoane, Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Valencia: Arévalo. — Mur- cia: Guirao. — Galicia: Ríos. — -Coimbra (Port.): Giraldes. — Gerona: Vayreda.
N. minor. var. meridionalis.— Schleg.
Sinonimia. — SirLv per.ñca Vie'úl.-^ .Vortif.'y pérsica, üegl. y Gerb.
Costumbres. — Color general pardo rojizo, con manchas blancas en las partes superiores, y blanco -rojizo pálido en las inferiores, con manchas pardas en el pecho, abdomen y co.stados: sab-caudales y plumas de los tarsos rojizas: dedos con plumas abundantes.
Costumbres. — Habita el Egipto y la xlrgelia, y se presenta fre- cuentemente en las i-egiones templadas de España.
Localidades. — Málaga, Valencia: Arévalo. — Guadarrama: Cas- tellarnau.
GÉNERO -Syrnium. — Savig.
Discos faciales perfectamente marcados: concha auditiva provista de un opérenlo: alas largas, obtusas, que llegan casi al extremo de la cola: ésta redondeada: tarsos fuertes, cubiertos de plumas sedosas, lo mismo que los dedos.
Especie.— S. aluco— Bkehu.
Sinonimia. — Sfrí.v aluco, L. — Ulula al acó, Keys v Blas.
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CdraOo.
C'.vRACTEUEs. — ("olor pui'do iiyrisadu ó rojizo por encima, con al- gunas manchas blancas y cenicientas: partes inferiores blancg- rosadas ó agrisadas con manchas extensas blancas: remeras y tir^- neras con rayas alternadas, pardas y rojo-ceniza: pico cubierto de abundantes plumas muy finas y sedosas, procedentes de la fre;ite y de la base del pico.
Costumbre:'.. — Es poco común en España, aunque en algunas re- giones sedentaria. Verifica la puesta en los nidos abandonados de al- crunas especies del género Oateo y de otras aves, y en los troncos de los árboles, consistiendo en cuatro ó cinco huevos de color blanco puro.
Régimen alimenticio — Parecido al de la especie anterior.
LocAiiDADES. — San Ildefonso: Castellarnau. — Dehesa de Alfa- car: López Seoane. — Lorca (Murcia): Arévalo. — Santiago (Coruña): Ríos. — Gerona: Vayreda.
SuB-FAMiLiA . — St riginse .
Discos faciales reunidos, formando debajo del pico un collar completo: dedos cubiertos .sólo de pelos claros: sin pinceles en la concha auditiva.
GÉNERO.— Strix. — L.
Pico recto en la base: discos faciales completos y anchos: concha auditiva ancha y provista de opérenlos: las alas pasan del extremo de la cola: tarsos con plumas algodonosas.
Especie.— S. flammea. — L. Sinonimia. — S. guttata, Brehm.
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Lechuza. — Curuxa (Galicia). — Coruja das torres Port.). — Xura (Cataluña.)
Caracteres. — Partes superiores de color amarillo ocráceo pálido y algo mezclado de ceniza, con pintas negras y blancas: partes in- feriores de color I)lanco de nieve nacarado, algunas veces con pintas pardas muy pequeñas: plumas de la cara sedosas, con las barbas separadas.
Costumbres. — Es abundantísima en toda España, y .sedentaria. Anida en las torres de las iglesias y castillos antiguos. Los huevos son de color blanco poco limpio, suaves, brillantes y de cá.scara muy delgada y frágil. (Col. A.) En Málaga obtuve uno puesto por una hembra cautiva.
RÉciiMEN ALiMEi^iTiGio. — Ratoues Ó iussctos.
Localidades. — En toda España. — Coimbra (Port.): Giraldes.
SuB-FAMiLiA. — Asioninse.
Cabeza adornada de dos penachos de plumas situados sobre la concha auditiva.
GÉNERO. — Asió.— Bkiss.
Pico encorvado desde la base: discos faciales completos: conchas auditivas grandes y dispuestas en semicírculo sobre la cabeza, pro- vistas de opéreulos membranosos: alas largas que pasan del extremo de la cola: tarsos con plumas sedosas, así como en los dedos, hasta el nacimiento de la última falange.
Especie. — A. brachyotus. -Boie.
Sinonimia. — Strix hrachyotus, Gmel. — 6'. cegolius et ulula, Pall. — S. palustris, Schinz. — uEgoUus brachyotus Keys y Blas.
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Lechuza campestre. Lechuza de las peñas (Andalucía). — Bulto (Cast.): Castellarnau. — .l/(*cAííí'/fo (Murcia): Guirao. — Musol niari. Cap gros (Valencia). — Musol g>vs (Cataluña).
Caracteres. — Color general leonado con manchas alargadas pardas por encima: las del pecho v abdomen con rayas finas: barbas internas de las rectrices cortadas por cuatro bandas irregulares transversales pardas.
Costumbres. — Hállase abundante en los bosques j edificio.s solita- rios. En Valencia frecuenta con preferencia las huertas, siendo mu- cho mas común en otoño. Anida en el suelo, y pone cuatro huevos blancos alargados.
Régimen alimenticio. — Pequeños mamíferos roedores.
Localidades. — -Madrid: Graells, Arévalo. — San Ildefonso: Caste- llarnau.— Sevilla: Machado, — Granada: López Seoane, Arévalo. — Mílag-a: Arévalo. — Dshesa de la Albufera (Valencia): Vidal, Aré- valo.— Murcia: Guirao. — Santiago: Ríos. — Coimbra (Port.): Gi- raldes. — Gerona: Vajreda.
A. vulgaris.— Flem.
Sinonimia. — Strix otus, L. — Buba otus, S&vig.—Otus conunu- nis, Less. — Otus otus, Kejs y Blas. — ¿Egolius otus, Schleg.
Buho (Cast.) — Buho pequeño. — Mocho (Port.). — Uochuelo (Valen- cia).— Musol banyat (Cataluña): Vayreda.
Caracteres. — Partes superiores de color rojo-amarillento, con manchas g-rises y pardas onduladas, y otras longitudinales y trans- versales: partes inferiores con manchas alargadas pardas, y algunas transversales más claras: barbas internas de las timoneras con oclio bandas angostas transversales pardas: los penachos de plumas de la cabeza son grandes.
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Costumbres. — Es bastante común en España en las regiones meridional j oriental, y aun en la central: anida en los bosques, en las grietas de las rocas y oquedades de los árboles, y aun aprove- chando nidos abandonados de otras aves: pone la hembra cuatro ó cinco huevos de color blanco puro, algo alargados. El Sr. Ríos dice que en la región del N. O. es poco común en invierno. En Málaga es escasa. En Valencia es más abundante, aunque no tanto como la e.specie anterior, y se la ve en los mismos sitios.
RÉGIMEN ALIMENTICIO. — Couio eu la especie anterior.
Localidades. — Dehesa de Alfacar (Granada): López Seoane.— Cotos de Sevilla: Machado, H. Saunders. — Dehesa de la Albufera (Valencia): Arévalo. — Málaga: Arévalo. — -San Ildefonso: Castellar- nau. — La Florida (Madrid): Arévalo. — Santiago: Ríos. — Murcia: Guirao. — Gerona: Vayreda. — Portugal: Giraldes.
Observación. — En el gabinete de la Universidad de Valencia se conservan varios ejemplares, y entre ellos de individuos jóvenes. Nota. — A. capensis, Smith. (Strix brachyotus, Licht.)
Esta especie, propia de África y muy parecida á la anterior, de la cual se distingue por su coloración más oscura, ha sido hallada por accidente en el Mediodía de España. El Sr. H. Saunders dice que obtuvo un individuo, cerca de Utrera, en Noviembre de 1867, y posteriormente el Sr. L. H. Irby también ha conseguido algunos en Casavieja, cerca de Marbella (Málaga), de los cuales conservó varios vivos Lord Lilford , según me ha asegurado recientemente este ilus- tre ornitólog'o.
GÉNERO. — Bubo. — Cuv.
Pico fuerte y grueso: discos faciales irregulares y poco extensos sobre los ojos: concha auditiva pequeña y ovalada, con pinceles de plumas largas: cola corta y redonda: tarsos cortos, robustos, cubier- tos de plumas: dedos igualmente cubiertos hasta las uñas.
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Especie.— B. maximus.— Flem.
Sinonimia. — Strix buba, L.—Bubo italicus, Briss. — B. eiiro- pceus, Len. — Otns bubo, Schleg.
Buho grande. — Buho real. — Bufo, Corujao {Povt. ) . — Bnifof (Sueca, CuUei-a j otros pueblos déla ribera delJúcar. Valencia.)— Soriguer, Gamarús (Cataluña).
Caracteres. — Color general ondulado de amarillo-rojizo v negro por encima: amarillo pálido por debajo, con manchas longitudinales pardo-negruzcas y rajas finas transversales en el abdomen j costa- dos: primera rémige corta: la tercera es la major.
Costumbres.— Es bastante común en España, v anida en las ro- cas, en las grietas y oquedades que aquellas presentan, y en los edificios ruinosos y abandonados. El nido contiene tres huevos blan- cos y redondos. El Sr. Castellaruau dice que es muy rara en San Ildefonso, pero que alguna vez ha criado en los sitios más apartados del Pinar. En Málaga, Granada, Sevilla y Valencia es bastante fre- cuente, y de esta última provincia he obtenido muchos individuos de diferentes edades. {Col. A.) En Valencia cría en el mes de Mayo, y se le ve hasta á las puertas mi.smas de la ciudad.
Régimen alimenticio. — Conejos, perdices, reptiles é insectos.
Yo no la considero perjudicial, pues aunque pueda destruir algu- nos animales útiles, el número de insectos que devora es conside- rable.
L0CALIDAUE.S. — Madrid: Graells. — Sevilla: Machado. — Granada: López Seoane, H. Saunders. — Málaga: Arévalo. — San Ildefonso: Castellaruau. — Sueca, CuUera, Torrente, etc. (Valencia): Arévalo. — Montañas de Galicia: Ríos. — Murcia: Guirao. — Bussaco (Port.): Giraldes. — Despeñaderos de Ribas, Ciuret, Finestras, Far, Roca- corba, etc. (Gerona): Vayreda.
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GÉNEKO.— SCOPS. — SaVIG.
Pico muy incliuado desde la base: discos faciales completos: orejas pequeñas colocadas á flor de la cabeza y desprovistas de opérculos: pinceles muy salientes: las alas pasan del extremo de la cola: ésta corta y cuadrada: tarsos cubiertos de plumas por la parte anterior y de escamas por la posterior: dedos desnudos.
Especie. — S. Aldrovaadi. — Willughbi.
SixoxmíA. — Strix scops, L. — S. gui, Scop. — S. zorca, Gmel. — Scops ephialtes, Savig. — Ephinltes Scops, Keys y Blas.
Corneja (Cast.). — Cornichuela (Murcia). — Corneta (Málaga y Se- villa).— CiígmVto (Granada). — Mocho pequeño (Port.). — Cuerneta (Valencia). — Musol, Xof (Cataluña).
Caracteres. — ^Color general gris oscuro rojizo, con manchas pardas muy finas: la tercera rémige es la más larga: la segunda mayor que la cuarta, y la primei'a igual á la quinta: tarsos con plu- mas cortas, así como los dedos basta la segunda falange.
Costumbres. — Es muy frecuente en España, y anida en los oli- vos y otros árboles viejos, y en los edificios ruinosos del campo: pone cuatro ó cinco huevos algo menores que los de la noctua niinu)', redondos y blancos. {Col. A.)
Régimen alimenticio. — Pequeños mamíferos, pero especialmente es insectívoro.
Localidades. — Sevilla: Machado, H. Saunders, Ivhy. — Granada: López Seoane, Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Valencia: Arévalo. — Murcia: Guirao. — Foja, Cegonheira (Port.): Giraldes. — Gerona: Vavreda.
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Orden. ^Picariae. — Trepadoras.
Scansores. — Clnnmtores, Zigoddctilas, Sinddctilas, Anomodádilas y parte de Ins Aiiisodáctilas. — Cypselomorfos y Coccygomorfus.
Aves gritadoras, desprovistas casi siempre de aparato vocal para el canto: extremidades dispuestas para trepar ó para agarrarse á las hendiduras y grietas de los árboles y de los edificios: los dos dedos externos suelen unas veces estar soldados en mayor ó menor exten- sión; otras el exterior es versátil, ó dirigido hacia atrás; y, por últi- mo, los cuatro pueden estarlo hacia adelante.
Observación. — En e.stc orden he incluido , siguiendo á los auto- res moderno.?, no sólo las familias que formaban el antiguo de las Trepadoras, sino otras que han venido figurando en el de los Pá- jaros, de los cuales se separan por muchas consideraciones, y sobre todo por la disposición de ^las extremidades y falta del aparato can- tor: sin embargo, como este último carácter negativo no bastaría para dividir en dos grupos naturales todos los pájaros, se ha atendi- do más especialmente al primero; y así la familia eerthidos, con los géneros certhia y tichodroma, que alguuos autores conservan entre las aves cantoras, la hemos unido á las Trepadoras, á conti- nuación de los jjicos, con los que tienen muchas analogías por la dis- posición de las extremidades y co.stumbres.
Familia. — Caprimulgidse. — Caphimulgidas.
Aves gritadoras nocturnas, con las plumas flojas, semejantes á las de las aves de presa nocturnas: pico corto, triangular, aplastado
94 en la base, hendido hasta la mitad de los ojos y guarnecido ea su base de cerdas rígidas: la punta ganchuda: ojos gi-andes.
SuB- FAMILIA. —CaprimuIginsB.
Aberturas nasales descubiertas y tubulosas: tarsos cubiertos de plumas: pulgar corto y uña del dedo medio larga y dentada.
GÉNERO.— Caprimulgus. — L.
Pico débil, corto y deprimido: mandíbula superior más larga que la inferior: alas largas: cola cuadrada: dedos anteriores unidos por una membrana hasta la primera articulación; el dedo medio con su uña mayor que el tarso.
Especies.— C. eiiropaeus.— L.
Sinonimia. — C. punctatus, Meyy Wolf. — C. vnlgaris, Vieill. — C. maculatus, Brehm. — Nyctichelidon eiiropceus, Rennie.
Chotacabras . — Engañapastores (Murcia) . — Denoiteira ((.lalicia) . — Núitivó [Povt. ).-~Siboch (Cataluña), Vayreda. — Safjoc (Pueblos de la huerta de Valencia).
Caracteres. — Color general gris-pardo con manchas transversales y rayas longitudinales negras en la cabeza, cuello y espalda: alas manchadas de rojizo: una banda blanquecina á los lados del cuello, y que se dirige desde el pico al occipucio: primera y tercera rémijes próximamente igniales.
Co-sTUMBRES. — Se halla en España en regular abundancia, presen- tándose en las regiones templadas por la primavera y el otoño. En Valencia se ven bastantes individuos, por los alrededores de la ciu- dad, los días lluviosos del mes de x\bril. Habita de preferencia las ori- llas de los ríos v los sitios sombríos cubiertos de arbolado, v anida
95 en tierra entre las raíces de los árboles ó entre las piedras. La pues- ta consiste en dos huevos blanco-agrisados con manchas desvaneci- das pardas, cenicientas y violadas.
RÉtiiMEX ALIMENTICIO. — Principalmente caza insectos coleópteros, según he tenido ocasión de apreciar en varias mollejas de individuos de esta especie.
Localidades. — Madrid; Graells. — San Ildefonso, Castellarnau. — Sevilla: Machado, H. Sauuders. — Granada: López Seoane, Arévalo.^ Valencia: Arévalo. — Santiago: Ríos. — Murcia: Guirao. — Coimbra (Port.): Giraldes:— Gerona: Vayreda.
C. ruficollis.— Temm.
SiNONi.MiA. — C. riifitorquatus, Vieill.
Chotacabras. — E^igañopastoves (Murcia). — Zumaya (Málaga y Granada). — Saboc (Valencia).
Caracteres. — Partes superiores de color gris claro cou manchas rojizas y rayas longitudinales negras en la cabeza, nuca, espalda y rabadilla: collar rojizo-ocráceo : primera rémije más corta que la tercera y cuarta: partes inferiores de color amarillo negruzco: dos manchas blancas en el cuello.
Costumbres. — Es más abundante que la especie anterior, perma- neciendo en Andalucía y Murcia , desde la primavera hasta el otoño. En Valencia es escasa, y frecuenta de preferencia los campos más inmediatos al mar. Anida, por los meses de Junio y Julio, en agu- jeros abiertos en la tierra, no siendo por lo tanto exacto lo que ase- guran los Sres. üegland y Gerbe, de «presentarse esta especie acci- dentalmente, aunque con frecuencia, en el Mediodía de España».
El color de los huevos es blanco-agrisado con manchas de coloi- de chocolate más ó menos intenso, y otras grises, ya desvanecidas, ya cortadas: la superficie del huevo es muy brillante, y tiene el as- pecto de algunos mármoles en brecha pulimentados. (Col. A.)
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RÉGIMEN ALIMENTICIO. — Aiiálogo al de hi especie anterior.
Localidades. — Madrid: Graells. — San Ildefonso: Castellarnau. — Sevilla: Machado, H. Saunders.— Córdoba: Arévalo, Irbj. — Málaga: Arévalo.— Valencia: Arévalo.— Murcia: Guirao.— Gerona: Vayreda.
Familia.— Cypselidse.—CYPSELiDAS.
Aves g-ritadoras, de pico ganchudo j muy hendido: alas muy largas y encorvadas en forma de sable, con diez remeras primarias y siete ú ocho secundarias: tarsos cortos cubiertos de plumas: cuatro dedos anteriores con uñas ganchudas.
Son aves de vuelo alto, rápido y sostenido: sus extremidades no les permiten la progresión, así es que hacen con-stantemente la vida aérea, y sólo se agarran á las grietas de los altos edificios.
Construyen el nido con arcilla amasada con su saliva, y lo colo- can en los parajes más altos de los edificios.
Cazan al vuelo los insectos , destruj'endo asi enormes cantidades de seres nocivos.
SuB-FAMiLiA. — Cypselinse.
Pico pequeño y comprimido en la punta: aberturas nasales an- chas y rodeadas de pequeñas plumas: cola ahorquillada: tarsos con plumas hasta los dedos: los anteriores separados: el pulgar articula- do en la cara interna del tarso y dirigido también adelante.
GÉNERO. — Cypselus. — Illig.
Pico deprimido y triangular en la base: la mandíbula superior u-anchuda: cola con diez timoneras.
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Esi'ECiEs. — C. melba. — III.
Sinonimia. — Hirundo melba, L. — //. alpina, Scop. — Micropus alpinus, Mey y Wolf.— M. melba, Boie. — Cypselus alpinus, Temm.
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Avión real (Malaya).— 6rHí'a de aviones ((Jrauada).— Ai'íon de pe- cho blanco (Murcia). — Gttión de vencejo {Gast.)—BaUesté, Mar- tinet (Cataluña).— i^(7/.s"¿o de la pancha blanca (Valencia).— .U'^ci?^ (Aragóu y Cuenca).
CARACTERES. — Color pardo por encima j blanco por debajo, con una banda parda en el pecbo.
Costumbres. — Es abundante en España, donde permanece desde la primavera hasta el otoño. Para anidar se tra.slada á las sierras. (Sierra Nevada, Granada; Tajos del Gaitán, Málaga; Guadarrama, Pirineos, etc.). En Valencia y Castellón abunda durante los meses de Abril y Mayo en las poblaciones de la costa , tales como Sagun- to, Almenara, Cliilclies, Nules, Bnrriana y Villarreal. En el verano desaparece para volver en Setiembre. El vuelo de los individuos de esta especie es muy alto, tanto que no suelen ponerse á tiro: sólo en los días de tormenta ó cuando reinan vientos fuertes de Poniente vuelan tocando la tierra. Pone la hembra tres ó cuatro huevos blan- CO.S, brillantes, algo alargados. (Col. A.).
RÉGIMEN ALIMENTICIO. — InSeCtíVOl'O.
Localidades. — Sevilla: Machado, H. Saunders, Arévalo. — Gra- nada: López Seoane, Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Valencia y Cas- tellón: Arévalo. — Murcia: Guirao. — Guadarrama: Castellarnau. — Pi- rineos: \'ayreda.
C. apus.- III.
Sinonimia. — Hirimdo apus, L. — Micropus mararius, Mey y Wolf. — Ciipselus murarius, Temm. — C. niger, Leach. — Micropus apHS, Boie.
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Avión {Málaga). — Vencejo (Madrid, Murcia y otras provincias).— Veficexo {íifi\icia).—Andorínhao, Gaivao, Ferreiro, Pedreiro, Guincho, Zirro [Vo\-t.)— Falsía (Valeucia). — Ballesté, Falsiot, Mngay (Oataluüa).
Caracteres. — Color negro con reflejos verdosos, excepto en la garganta, que es blanquecino.
Costumbres. — Es abundantísima en España, anidando por Abril y Mayo en los tejados de los edificios de las poblaciones. La hembra pone cuatro ó cinco huevos de color blanco mate.
Según observaciones que he hecho durante algunos años, en Má- laga casi siempre se presentan los primeros individuos de vuelta del África el día 19 de Marzo, y algún año se han adelantado al 16.
El Sr. Castellarnau dice que en Segovia aparecen del 26 al 27 de Abril.
Régimen alimenticio. — Insectívoro.
Localidades. — Sevilla: Machado, H. Saunders, Arévalo. — C ra- nada: López Seoane, Arévalo. — Múlaga: Arévalo. — Córdoba: Aréva- lo.— Jaén: Arévalo. — Valeucia: Vidal, Arévalo. — Madrid: Graells. — SeR-ovia: Castellarnau. — Provincias del N. O.: Ríos. — Murcia: — Guirao. — Gerona: Vayreda. — Coimbra (Port.): Giraldes.
C. pallidus. — Shelley.
Avión (Málaga).
Esta especie, que hasta ahora sólo se ha hallado en Andalucía, abunda en esta región aún más que la auterior: hasta hace muy poco no ha sido descubierta, pues se venía confundiendo con el C . api's.
No existiendo en España ninguna descripción, transcribo la si- guiente, hecha por mí ante un individuo macho adulto, obtenido en Málaga en 22 de julio de 1881, y que conservo en mi colección.
9í) «Pico corto, muy ensanchado en la base, lleg-ando las comisuras hasta algo más atrás que la línea que partiendo del vértice anterior del ojo pasa tangeiu'ialniente por el borde snpero-anterior del ala: mandíbula superior igual ó un milímetro escaso más corta que la in- ferior: aquella con el lomo redondeado, más marcado y estrecho en la base, dejando á cada lado un surco estrecho encorvado hacia los lados y atrás: en dichos surcos están las aberturas nas:iles aovado- alargadas, estrechas y situadas en el extremo anterior de los surcos: en el bor;le externo de estos, y siguiendo su dirección y la del bor- de de la mandíbula superior, hay plumitas muy cortas que ensan- chando gradualmente se confunden con las plumas de la cabeza: ésta es gruesa y algo achatada por la frente. Ojos con párpados bien marcados, provistos de cejas salientes que arrancan desde cerca de la mandíbula superior, y se desvanecen en el último tercio de los ojos: en el espacio profundo que dejan las cejas en su parte anterior, na- cen numerosas cerdillas finas y rígidas, de color pardo-negruzco, que se dirigen desde el fondo hacia afuera en dos series bien marca- das, y de las que la interna toca el vértice anterior del ojo: el pico es de color negro de cuerno algo brillante. Coloración general parfa de humo brillante, que va aclarando desde debajo de los ojos hacia la garganta, donde es ceniza, ocupando este color desde las primeras plumas que nacen cerca de la punta de la mandíbula inferior hasta la terminación del cuello, donde forma uñar mancha que se desvanece en el color de humo del pecho y lados del cuello, formando ondas más claras hacia estas partes: las plumas del pecho tieuen un festón casi imperceptible ceniciento, notándose más en las del vientre, cos- tados y anales, y muy poco en las de la espalda y cobertoras de las alas: las Cobertoras inferiores de estas son ceniza perla brillante: las segundas cobertoras (superiores) son algo más claras que las prima- rias, especialmente en los extremos de las barbas: los tres pares cen- trales de dichas segundas cobertoras, tienen ondulados sus bordes externos, esto es, los bordes de las barbas externas: los restantes re- dondeados. Remeras agudas en su extremidad: el primer par más corto que el segando, pero mayor que el tercero y siguientes, de
100 modo que el segundo es el mayor; todas las remeras j algunas co- berteras próximas tienen reflejos metálicos verdosos, sobre todo en las barbas internas, pero no en todo su ancho, pues la parte cubierta por la pluma que está encima carece de dichos reflejos, j sólo pre- senta el color de humo, que aquí es más claro que en las demás partes: este mismo reflejo se nota en las plumas del lomo, cobertoras de la cola y timoneras, por la parte superior: cada ala tiene diez re- meras: el borde externo de aquella forma desde el encuentro una lí- nea ondulada, que ensancha en la parte correspondiente al vientre. Remeras y timoneras rígidas, sobre todo los primeros pares de aque- llas. Cola ahorquillada: las timoneras de color gris perla oscuro por debajo: los tres primeros pares agnidos: los dos centrales aovado- langeolados: las plumas anales llegan al extremo de las timoneras centrales. Tarsos con plumas hasta los dedos: el pulgar llega hasta la mitad del interno: éste y el externo iguales: el medio es un milí- metro y medio mayor que aquellos.
Dimensiones principales.
Pico: desde la comisura á la punta, 17 milímetros.
Cabeza: desde el nacimiento de lamandíbula superior bástala nuca, medida en la línea que pasa tangente al párpado superior, 25 id.
Cuerpo: desde la frente al nacimiento de la cola, en la línea que pasa tangente al borde externo del ala, 91 id.
Ala: desde el borde superior al extremo del segundo par de re- meras, 175 id.
Cola: longitud del primer par de timoneras, 80 id.
Costumbres. — Hállase en las mismas localidades de Andalucía que la especie anterior, y anida en los mismos parajes. Los huevos son en número y caracteres iguales á los de dicha especie, aunque tienen un lig-ero tinte verdoso.
Por la primavera, verano y otoño se ve constantemente un nú- mero extraordinario de individuos de esta especie y de la anterior sobre la ciudad de Málaga y más particularmente en el puerto y en las inmediaciones de la catedral y de las iglesias de Santiago y de los Mártires.
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Régimen alimenticio. — Insectívoro.
LocALiDADKs. — Costiis ineridioiíales de España, y especialmente la provincia de Málag-a; Irbj, Lord Lilford, Arévalo.
Familia. — Coracidae.— Corácidas '.
Aves gritadoras de bastante tamaño, con el pico hendido, de bor- des cortantes j encorvado en la punta: dedos anteriores libres.
SuB-FAMiLiA. — Coracínae.
Pico igual ó mas corto que la cabeza: alas agudas: tarsos cortos: plumaje de colores vivos.
GÉNERO. — Coracias. — L.
Pico tan largo como la cabeza, comprimido, redondeado en la parte superior: punta gancluida: cola de doce timoneras: tarsos me- nores que el dedo medio.
Especie. — C. gárrula. — L.
Sinonimia. — Galgulus garrulus, Vieill.
Carraca, Carlanco. — Carranca (Málaga.) — Caballet (Valencia).
Caracteres. — Color general verde azulado: las pequeñas cobertu- ras de las alas azul violadas: grandes remeras pardas: cola cuadrada; la timonera externa algo mayor que las demás. La liembra tiene los colores pálidos agrisados.
• Esta familia y las dos siguientes corresponden á lus pájaros sindáctilos de los antiguos autores.
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CoáTUMBRES. — Es abundante en España: sin embargo, en las cos- tas de Alicante, Valencia y Castellón se ven pocos individuos, y éstos por el mes de Mayo en los huertos y arboledas próximos al mar. Anida en las oquedades de los árboles y en agujeros á orillas de los ríos: los huevos son muy parecidos á los de paloma. (Col. A.)
RéctImex alijiexticio. — Insectívoro.
Localidades. — ^Aranjuez: Graells, Arévalo. — Jaén, Córdoba, Se- villa: Machado, H. Saunders. — Granada: López tíeoaue, Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Valencia: Arévalo. — Murcia: Guirao. — Gibraltar: Irby. — San Ildefonso: Castellarnau. — Pirineos: Vayreda. — Portu- gal: Giraldes.
Familia.— Meropidae. — MusopiDAs.
Pico largo y comprimido, algo encorvado por debajo: táreos muy débiles. Cazan los insectos al vuelo como las cypselidas.
SuB-FAMiLiA. — Meropinae.
Pico tan larg-o ó más que la cabeza, agudo y algn encorvado en la punta: colores vivos.
GÉNERO. — Merops. — L.
Pico algo encorvado y grueso en la ba.se: aberturas nasales en parte ocultas por plumas de la frente: primera rémije corta y estre- cha: las timoneras centrales más largas que las otras.
Especie. — M. apiaster — L.
Sinonimia. — 1/. chrysocephalus, Gmel.
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Ahejamco.—Abejorao {'ShivÚ2).—A/jelharuco, Mel/iaruco (Port.)— Abellarola (Cataluña). — Abellarol (^'alellcia).
Caracteres.— Garganta y rabadilla amarillas: cabeza y cuello rojo castaña, con uu seinicoUar negro: frente, pecho y abdomen verde azulados. La hembra tiene los colores más pálidos.
Costumbres. — Es abundantísima en España por la primayera y verano, anidando en las orillas de los ríos, donde practica una espe- cie de mina. La puesta tiene lugar desde mediados de Mayo á fines de Junio, consistiendo en cinco ó seis huevos de color blanco puro, brillantes j de aspecto de marfil. (Col. A.)
Régimen alimenticio. — Abejas, avispas y otros insectos. Paralas colmenas es un verdadero enemigo, y bajo este concepto puede con- siderarse como perjudicial; pero hay que tener presente que destruye también grandes cantidades de avispas y de otros insectos dañinos.
Localidades. — Madrid: Graells. — Aranjuez; Arávalo. — San llde- fon.so: Castellarnau. — Córdoba: Arévalo. — Sevilla: Machado — Gra- nada: López Seoane, Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Requena, Utiel, Buñol (Valencia): Arévalo. — Murcia: Guirao.—Louza (Portugal) Gi- raldes.— Gibraltar: Irby.
Familia. — Halcyonidae— Halcyonidas.
Cabeza gruesa: pico largo y anguloso: alas cortas: cola también corta: tar.sos cortos con escudos por delante: los dos dedos externos soldados hasta la mitad de su long-itud.
Son aves de vuelo rápido: zambullen con facilidad para coger los peces. Gritadoras.
Subfamilia.— Alcedininae. Pico grueso triangular ó cuadraugular: tarsos débiles.
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GÉNEKo. — Alcedo. — L.
Pico recto , más alto que ancho y comprimido : aberturas nasales desnudas, largas y oblicuas: alas cortas y redoudeadas.
Especie. — A ispida. — L.
Sinonimia. — Graciila atthis, Gmel.
Marthi-pesc.ri(loi'-—PoliUero (Murcia). — Martinico, Mmiinet (Va- lencia).— Blavet. (Pueblos de la ribera del Jücar, Valencia). — Guarda-ríos, Picn-peixe (Port.). — Butigué, Blavet, Amé (Cata- luña): Vayreda.
Caracteres. — Color g-eneral de las partes superiores verde azu- lado, pero la espalda y rabadilla azules : cabeza y alas maucliadas de azul vivo: una banda café ó castaña á los lados de la cabeza, y una mauclia negra entre el ojo y el pico: garganta y cuello blanco.s: abdomen y sub-caudales rojos. La hembra tiene los colores verdosos.
Costumbres. — Es sedentaria j muy abundante en España: habita las orillas de los ríos, lagunas y estanques, y anida en agujeros practicados en las orillas de los ríos, y pone la hembra cinco ó seis huevos casi redondos, de color blanco y brillantes. (Col. A.)
RÉGIMEN ALiMUNTicio. — Pcccs pcqucños é iuscctos. Eu ks casas de campo, jardines y huertas donde hay estanques, es una verdade- ra calamidad, pues agota los peces de colores: pero estos destrozos están compensados con el gran número de insectos que destruyen los individuos de esta especie.
Localidades, — Aranjuez: Graells, Arévalo. — Córdoba: Arévalo, — Sevilla: Machado. — Granada: López Seoane, Arévalo. — Malaga: Aré- valo,— Albufera, ribera del Jücar y huerta de Valencia: Vidal, Aré- valo.— Santiago: Ríos.— Murcia: Guirao. — Río Valsain: Castellar-
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iiau. — Gerona; Vayreda. — Gibraltur: Irl)y. — Coimbra (Port.). — Gi-
i-aldes. — Gerona: Vayreda.
Nota. — Ceryle rudis- Honj. (Alcedo radis L.)
Esta especie, propia del África y del Asia, lia sido alguna vez
observada en España según los Sres. Deglaud y Gerbe; pero yo no
tengo noticia de su aparición en provincia alguna.
Familia. — Cuculidae. — Cucúlidas ' .
Pico largo hendido y algo encorvado: alas largas y puntiagudas: cola triangular: el dedo externo versátil.
Las especies europeas no construyen nido ni incuban: las hem- bras depositan los huevos en nidos de otras aves.
SuB-FAMiLiA.— Cuculinae.
Pico menos alto que ancho en la base: aberturas nasales descu- biertas.
GÉNERO.— Cuculus. — L.
Pico comprimido, de punta ag^ida: cola escalonada: tarsos anilla- dos y cubiertos de plumas en la articulación del talón.
Especie.— C. canorus.— L.
Sinonimia. — C. rafus, Bechst. — C. hepaticiis, Laih. — C. borea^ lis, Pall.
Cuco. — Cuclillo. — Cuquillo (Valencia).
Caracteres. — Partes superiores de color ceniza azulado: pecho y abdomen con rayitas transversales pardas y ceniza claro: cola neo-ra con manchas blancas: párpados y pies amarillos: alas pardas.
• Esta familia y la siguiente formaban el grupo de las zigodtktilas.
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Costumbres. — No es muy abundante en España. En la región central y en Granada, Sevilla, Valencia, Murcia, Galicia y Pirineos, se la ve por la primavera y verano en las arboledas. En Málaga sólo la he observado por primavera y otoño, pero individuos jóvenes. Hasta ahora no he podido obtener huevos.
Régimen alimenticio.- — Insectívoro.
Localidades. — Madrid: Graells. — San Ildefonso: Castellarnau, Arévalo. — Granada: López Seoane, Arévalo. — Sevilla: Machado. — Valencia: Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Santiago: Ríos. — Murcia: Guirao. — Montes de Cerdaña: Vayreda. — Portugal: Giraldez.
GÉNERO. OxylophUS. — SWAINS.
Pico convexo y comprimido hacíala punta: ésta ganchuda: aber- turas nasales casi descubiertas: cola muy larga, redondeada y esca- lonada: tarsos cortos y gruesos, con plumas sólo en su origen: cabe- za adornada de un penacho de plumas.
Especie. — O glandarius. — Bp
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Sinonimia. — Cítenlas glandarius, L. — P. Andalusiae, Briss.— C. pisanas, Gmel. — Coccyziis pisanus, Vieill. — Coccyst es glanda- rius, Keis y Blas.
Ctico. — Cuco real. — Cuco moñón (Andalucía). — Cuco rabilongo, (Port.). — Cuquillo real (Valencia).
Caracteres. — Coberteras de las alas y remeras, terminadas de blanco: garganta y pecho rojizo claro desvaneciendo en blanco en el abdomen: cabeza con un moño de color ceniza, caído hacia atrás.
Costumbres. — Es bastante abundante en Andalucía y sedentaria en la provincia de Sevilla. En Valencia es escasa, presentándose por el mes de Mayo. La hembra deposita los huevos en los nidos de pica caudata. El huevo es de color verde mar ó turquesa, más pálido que
107 en los de la especie citada: así como las pintas y manchas pardas de que está salpicado: el vértice superior es más redondeado, más suave al tacto, brillante, y opone resistencia á ser taladrado: á pesar de estas diferencias, son muj parecidos, j por lo tanto se explica que la pica caudata no los rechace. (Col. A.)
Vm Málaga y Granada es de paso, viéndose algunos individuos por la primavera y otoño. En Murcia, según el Sr. Guirao, es de paso por el verano. En Gerona so presenta accidentalmente según el Sr. Vayreda.
RéctImen alimenticio. — Insectívoro.
Localidades. — Cotos del Rey y de Dofiana (Sevilla): H. Saun- ders, Arévalo. — Dehesa de la Albufera (Valencia): Arévalo. — Albo- raya, Marclialenes y otros puntos de esta última provincia : Aré- valo.— Granada: López Seoane Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Ma- drid: Graells. — ^Lorca (Murcia): Guirao.- — Gibraltar: Irby. — Portugal: Giraldes. — Gerona: Vayreda.
Familia. — Picidae. — Pícidas.
Pico fuerte, recto y cónico: tarsos con escudos dispuestos trans- versalmeute: uñas fuertes ygancluidas: cola de doce timoneras; plu- mas rígidas: lengua aplanada, larga, córnea, protractil y provista de ganchos dirigidos hacia atrás.
.Son aves sociables, que trepan con facilidad con el auxilio de lu cola, cuyas plumas son muy rígidas y escamosas. Se alimentan de larvas de insectos xilófagos, á los cuales buscan y sacan del tronco de los árboles.
SuB-FAMiLiA. — Picinae.
Pico con surcos longitudinales á los lados: plumas déla cola muy fuertes.
GÉNERO. — Dryopicus. — Boie.
Pico largo: aberturas nasales cubiertas por un pincel de plumas; tarsos con plumas hasta los dedos.
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Especie.— D. martius. — Boie.
Color general negro: parte superior de la cabeza roja: pico negro por encima j en la punta, y blanco agrisado el resto.
Costumbres. — Esta especie, que es propia de las altas montañas del Norte j centro de Europa, se ha presentado accidentalmente en España, habiéndose hallado algunos individuos en Madrid, Valencia y Pirineos. (Graells, Vayreda, Arévalo.)
GÉNERO. — Picus. — L.
Pico mediano con surcos bien marcados y próximos hacia los bordes: aberturas nasales cubiei'tas por un pincel de plumas: tarsos cubiertos en parte de plumas.
Especies. — P. major.— L.
Sinonimia. — P. cissa, Pall. — Dendrocopus major, Koch. — Dryobates major, Boie.
Pico, Picamaderos, Picapinos. — Pito real (Málaga). — Peto negro (Galicia).— Peíío malhado, Picapao malhado (Port.)
Caracteres. — Color neg-ro manchado de blanco, formando un co- llar incompleto: subcaudales rojas: las costales de color blanco sucio.
CosTLMBRES. — Es abundante en España, y sedentaria en varias regiones, tales como la central y la provincia de Granada: en las del N. O. y de Levante y ^lediodía más templadas, no es tan frecuen- te. Habita en los bosques, y anida en los agujeros de los troncos de los árboles, especialmente de los pinos: la hembra pone cuatro ó cin- co huevos blancos, sin manchas 3' brillantes.
El .Sr. Castellarnau considera á esta especie como característica de la región á.e\ pino silvestre en Guadarrama.
■I O!) RÉGIMEN ALIMHNTICIO. — lusectívoro.
LocALiD.vDEs . — Madrid : üraells. — • Aranj uez : Aré valo . — G nada - rraina: Castellaniau. — Granada: I.ópez Seoane, Arévalo. — Santiago: Ríos. — Valencia: Arévalo. — Gibraltar: Irby. — Gerona: Vayreda.
P. medius. — L.
Sinonimia. — P. varins, Briss. — P. cimedus, Pall.
Picapuerco, PicorelincJio (Cast.) — Caballico (Murcia). — Picapoo inalhadü (Port.)
Caracteres.— Partes superiores de color negro brillante con las escapulares blancas y las remeras manchadas de este color: parte superior de la cabaza roja: partes inferiores blancas agrisadas, pero el abdomen y sub-caudales rojos.
Co.sTUMBREs. — Es algo común en España y sedentaria en Grana- da, Murcia y Madrid: habita en los bosques, y anida en las oqueda- des de los árboles viejos: la puesta consiste en cuatro ó cinco huevos muy parecidos á los de la especie anterior, aunque algo menores.
RÉGIMEN ALIMENTICIO. — Como en la anterior especie.
Localidades. — Madrid: Graells. — Granada: López Seoane, Aré- valo.— Sierras de España y de la Pila (Murcia): Guirao. — Gerona: Vayreda. — Portiigdl: Giraldes.
P. minor. — L.
Sinonimia. — P. varms 7ninor, Briss. — P. pipra, Pall. — Dryo- hates minor, Boie.
Pipo (Madrid), Graells.
Caracteres. — Color general negro manchado de blanco. Es la especie más pequeña del género.
Costumbres. — Se halla, aunque poco abundante, en Madrid, Cor-
lio
(loba, Granada y Valencia. Según el Sr. López Seoaue, se presenta en la vega de Granada, por Febrero, rara y accidentalmente. En los Pirineos es algo más frecuente.
No tengo noticia de su uidificacióu en nuestro país: sólo be visto algunos individuos en Aranjuez y en Valencia.
Localidades. — Madrid: Graells — Córdoba, Granada: López Seoa- ue.— Aranjuez: Lord Lilford, Arévalo. — Valencia: Arévalo. — Ce- gonbeira (Port.): (üraldes. — Pirineos: Va^'reda.
GÉNERO.— Gecinus. — Bote.
Pico más corto que la cabeza, con los surcos muy próximos en el vértice de la mandíbula superior: aberturas nasales cubiertas con un pincel de plumas: tarsos cortos y cubiertos en parte por plumas.
Especies.— G. viridis.— Boie.
Sinonimia. — Picus viridis, L. — Bi'ockylophus viridis, Swains. — Chloropicus viridis, Malh. — -Gecinus Sharpi, Saunders.
Picoverde, Pifo real. Pico carpintero. — Picapinos (Murcia). — Peto real (Galicia). —Peío real, Picapao verde. C avallo rinchao (Port.). —Pi'coí vert (Cataluña). — Pica carrasques (Valencia).
Car.ícteres. — -Parte superior de la cabeza adornada de plumitas de color rojo de coral, cuyo color se extiende hasta el cuello: debajo de los ojos corre á cada lado una barbilla también roja: partes supe- riores del cuerpo y cobertoras de las alas verdosas, excepto la raba- dilla, que es amarilla verdosa fuerte: el resto del cuerpo pardo, cuyo color se mezcla v desvanece en el anterior: cola parda con ravas transversales verdosas: el dedo externo muy corto.
Observación. — -He dado la descripción de esta especie algo lata á fin de rectificar la opinión del Sr. Irby, el cual supone al G. Sharpi ó Picoverde de la España meridional como una especie distinta, aun-
III (jiie afilie, del (}. Hridi.f. En mi concepto sólo puede considerarse á aquella como una raza local: opinión qne me ha confirmado reciente- mente mi ilustre amigo Lord Lilford.
CosTUMBuiís. — Es muy abundante en España, sobre todo en las regiones templadas, y sedentaria. Habita en los bosques, j anida en agujeros que practica en los árboles viejos, á principios de Mayo. Pone la hembra cinco ó seis huevos alargados blancos y brillantes. (Col. A.) Durante todo el año se ven muchos individuos de e.sta es- pecie en los pinares del Maestrazgo, Teruel y Castellón; y por el otoño é invierno bajan algunos á los pinares próximos á la ciudad de Valencia, tales como los de Godella, Paterna y Dehesa de la Albufera.
RÉIÍIMEN ALI.MENTICIO. In.SCCtíVOrO.
Localidades. — San Ildefonso: Castellarnau, Arévalo. — Madrid: Graells. — Aranjuez: Arévalo. — Córdoba, Granada: López Seoane, H. Saunders, Arévalo. — Sevilla: Machado. — Chapas de Marbella (Mála- ga): Arévalo. — Valencia, Castellón y Teruel: Arévalo. — Sierras de Espuña y de la Pila (Murciaj:. Guirao. — Santiago: Ríos. — Gibraltar: Irby. — Coimbra (Port.): Giraldes. — Gerona: Vayreda.
G. canus. — Boei.
Sinonimia. — Picus vindis norwegicus, Briss. — P. canus. Gmel. — P. Chlorio, Pall.- -Chloropicus canus, Malh.
Caracteres — Color de las partes superiores verdoso, ceniciento y ocráceo en la cabeza: rabadilla amarilla: partes inferiores gris- verdosas, algo blanquecinas en el cuello: frente roja: cola parda con el par central con rayas grises-amarillentas.
Co-sTUMBREs. — Esta especie es propia del Norte de Europa, y rara vez se han presentado en España algunos individuos, á pesar de la opinión del Sr. H. Saunders, que dice debe ser común y habita en las mismas localidades que el G. vindis. El Sr. López Seoane ase- gura que sólo obtuvo un individuo en Mayo de 1858, procedente de Iznallós (Granada). El Sr. Irby recuerda haber visto un ejemplar que se con.serva en el Instituto de Sevilla, y Lord Lillford ha hallado
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tambiéo alguno cerca de Madrid. En Valencia he visto algunos in- dividuos. El Sr. Vajreda cita esta especie como más rara que la an- terior en la provincia de Gerona.
RÉGIMEN" ALIMENTICIO.— InseCtíVOI'O.
SuB-FAMiLiA. — Torquillinse.
Pico desprovisto de surcos longitudinales: cola redondeada y de plumas flexibles.
GÉNERO.- Yunx. — L.
Pico corto, cónico, puntiag-udo y con plumas en su base: aber- turas nasales cubiertas en parte por una membrana: lengua muy extensible, pero sin ganchos: tarsos escamosos.
Especie.— Y. torquilla. — L.
Torcecuello. — Hormiguero. — Lililó (Málaga) . — Torcicollo , Pia- deira, Papa-formigas (Port.). — Xurla, Forrnigaer{QAta\m\d). — Formiguer (Valencia).
Color general agrisado, jaspeado de pardo-rojizo: algo amari- llento el pecho: plumas de las alas con manchas cuadrangulares: cabeza adornada de un moño de plumas eréctiles.
CosTU.MBREs. — Hállase en España algo común, principalmente por la primavera y el otoño. En Valencia aparece en Octubre y no almndona las praderas y huertos hasta Abril, en cuya época se tra-s- lada á las altas montañas. Anida en los agujeros de los árboles fru- tales, y pone la hembra cinco ó seis huevos blancos. Los individuos de esta especie se hallan casi siempre sobre la tierra: muy rara vez se les ve en las ramas de los árboles.
Régimen alimenticio. — Hormigas y otros insectos.
Localidades. — Madrid: Graells. — Araujuez: Arévalo. — San Ilde- fonso: Castellarnau, Arévalo. — Granada: López Seoane, .\rávalo. —
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Málaga: Ai'évalo. — Valencia: Arévalo. — Galicia: Ríos. — Murcia: Guirao. — Gibraltar: Irby. — Gerona: Vayreda.— Portugal: Giraldes,
Familia . —Upupidse.—UpÚPiDAS.
Cuerpo esbelto: pico débil, más largo que la cabeza, y arqueado: cabeza adornada de un penacho de dos series paralelas de plumas eréctiles: cuatro dedos: de los tres anteriores, los dos externos están soldados en la base.
SuB-FAMiLi.v. — Upupinse. Sus caracteres son los genéricos.
GÉNEuo. -Upupa. — L.
Pico muy largo, convexo y comprimido: alas largas: cola cua- drada, con diez timoneras: tarsos cortos: uña del pulgar recta.
Especie.— Upupa epops.— L.
Abubilla (Cast.) — Gallito de Marw (Málaga). — Bubilla (Granada.— Porputn (Murcia). — Rubela (Galicia). — Popa (Port.). — Paput, Puput, Gall fabé, But-biit (Cataluña): Vayreda. — Put-jjut (Va- lencia).
Penadlo de la cabeza de color rojizo de ladrillo, terminando cada pluma con una mancha negra y otra blanca debajo: color general ceniza-rosado: alas negras manchadas de blanco y amarillo: cola con una banda blanca.
Costumbres. — Es abundante en España, presentándose á princi- pios de la primavera: en Valencia se ven ya algunos individuos á fin de Febrero, y aun algunas parejas quedan todo el año. Habita de preferencia las grandes alamedas de los parques y jardines; anida á últimos de Abril y principios de Mayo en los troncos carcomidos de
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los árboles; y pone la hembra cuatro ó ciuco huevos agrisados, ver- dosos ó rojizos sin manclias. (Col. A.)
El Sr. Castellarnau cita el Lecho de haberse encontrado indivi- duos de esta especie adormecidos durante el invierno en algunos pueblos de la llanura (San Ildefonso).
La abubilla es un ave arisca que no puede acostumbrarse á la cautividad: yo he procurado tener algunos individuos enjaulados; pero, á pesar de haberles proporcionado insectos análogos á los que cazan en estado de libertad, se han negado á tomar alimento, y han muerto á los pocos días.
Régimen alimenticio. — Insectívoro.
Localidades. — Madrid: Graells. — La Florida (Madrid), A.révalo. — Aranjuez: Arévalo. — San Ildefonso: Gastellarnau, Arévalo. — Córdo- ba, Sevilla: Machado, H. Saunders, Irby. — Granada: López Seoane, Arévalo. — Málaga: Arévalo. — Valencia: Arévalo. — Murcia: Gui- rao. — Galicia: Ríos. — Gerona: Vayreda. — Portugal: Giraldes.
Familia. — Certhidse — Cérthidas.
Aves cantoras, de pico largo algo encorvado: lengua córnea y puntiaguda: alas de diez remeras primarias: cola recta y ríg-ida: tarsos cubiertos de escudetes: dedo posterior largo, con una uña ganchuda y acerada. Viven solitarias en los bosques, ó por parejas. Taladran los árboles para buscar los insectos.
SuB-FAMiLiA. — Certhinse. Pico angosto, puntiagudo, algo arqueado y de bordes lisos.
GÉNERO. — Certhia.— L.
Pico delgado, tan largo como la cabeza ó mayor, y comprimido lateralmente: aberturas nasales situadas en un surco abierto á lo largo del pico, y ocultas en parte por una membrana: cola de plu- mas rígidas escalonadas.
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Especie. — C. brachydactyla.— Brehu. Si>fONiMiA. — C. familiaris, Temm.
Trepatroncos (Cast.). — Arañero, Trepatorres (Granada y ^Idla.- ga).— Esquilo (Santander).— Pícíü folla (Galicia).— Trepadeira (Port.). — Raspinell, Pica socas (Cataluña): Vajreda.
C.vRACTEREs. — Garganta y pecho blancos: abdomen y subcauda- les rojizos: costados pardo-rojizos claros: coberturas inferiores de las alas blanquecinas manchadas de pardo- rojizo: la segunda remera mayor que la octava: uña del pulgar más corta que este dedo.
Observación. — La mayor parte de los autores citan esta especie bajo el nombre de C. familiaris, L.: ignoro si será efecto de una ligera equivocación respecto al nombre, ó si realmente se referirán á la C. familiaris de Linneo y no á C. familiaris de Temminck. Sólo los Sres. Castellarnau y Giraldes emplean la denominación de C. hrachydactyla, Brehm., que es la que corresponde á la especie de nuestra fauna.
CosTUMBRE.s. — Es muy común y sedentaria en casi todas las re- giones, especialmente en la central, meridional, del N. y del N. O. Habita los bosques, arboledas y jardines, y yo la he visto muy fre- cuentemente en las alamedas de la Alhambra (Granada). Anida en los troncos de los árboles, y pone cuatro ó seis huevos blancos con man- chas pardas y rojizas reunidas en forma de corona hacia la parte in- ferior. [Col. A.)
Régimen alimenticio. — Insectívoro.
Localidades. — Santander: Arévalo. — Madrid: Graells. — Aran- juez: Arévalo. — San lldefon.so: Castellarnau, Arévalo. — Córdoba: Arévalo. — Granada: López Seoane, Arévalo. — Málaga: Ai'évalo. — Galicia: Ríos. — Coimbra (Port.): Giraldes. — Algeciras: Irby.— Ge- rona: Vayreda,
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GÉNERO . — Tichodr orna . — Illig .
Pico muv largo, delgado, arqueado, triangular en la base y re- dondo en casi toda su extensión: cola compuesta de plumas flexibles: uña del pulgar delgada j encorvada.
Especie. — T. muraría. — Illig.
Sinonimia. — Certhia muraría, L. — C . muralis, Briss. — Ticho- droina phcenicoptera, Temm. — Petroclroma murarla Vieill.
Arañero. — Pela rocas (Cataluña).
Caracteres. — Color de las partes superiores ceniza negruzco: cuello y partes inferiores ceniza claro: cara y garganta negras: co- berteras de las alas y barbas externas de las remeras de color carmín fuerte: las cuatro primeras rémiges con manchas redondas blancas.
Costumbres. — Hállase, aunque escasa, en ¡todas las altas cordi- lleras, anidando en las grietas de las rocas. En Valencia suelen presentarse muy rara vez algunos individuos por el otoño. La pues- ta consiste en cinco ó seis huevos blancos con algunas pintitas ne- gras.
RÉGIMEN ALIMENTICIO. InsectíVOl'OS.
Localidades. — Guadarrama: Graells. — Pirineos: Vayreda, Aré- valo. — Sierra Nevada: López Seoane, Arévalo. — Torcal de Anteque- ra y Tajos del Gaitán (Málaga): Arévalo. — Sierra de Espuña (Mur- cia): Guirao. — Zorro (Coimbra): Giraldes. — Valencia: Arévalo.
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Orden Passeres.— Pájaros.
Oscines . — Anisodactilos . —Ambulatores .
Aves cantoras, de pequeña talla generalmente: pico desprovisto de cera: tarsos con pequeñas escamas: pies dispuestos para la mar- cha ó para el salto: tres dedos anteriores y uno posterior: poseen casi siempre un aparato vocal con músculos numerosos para el canto: son monógamas.
Observacióx. — Habiendo pasado al orden de las Trepadoras al- gunas de las familias que antes se incluían en el de los Pájaros, que- da este grupo en mi concepto mejor limitado, y resulta más natural.
Familia.— Turdidse, — Túrbidas.
Aves cantoras de cuerpo esbelto y bastante tamaño: de pico algo comprimido y ligeramente escotado en la punta: mandíbula inferior guarnecida en la base de sedas cortas: tarsos cubiertos por delante de un solo escudete: la tercera y cuarta de las diez remeras prima- rias son las más largas. Son aves insectívoras y frugívoras.
SüB-FAMiLiA. — Turdinse. Cabeza redondeada: ojos muy abiertos: tarsos largos y delgados^
GÉNERO. — Turdus. — L.
Cuerpo grueso: pico comprimido, delgado y escotado en la pun- ta: aberturas nasales ocultas en parte por una membrana: las alas
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llegan á la mitad de la cola, ó pasan muy poco: ésta ancha y redonda.
Especies. — T. musicus.--L.
Sinonimia. ^r. püaris, Pall. — T. philomela, Brelim. — Sylvia miisica, Savi.
Tordo. — Zorzal (Cast.). — MalvLs, Zorzal (Málaga). — Zorzal (Gra- nada y Murcia). — Tordo (Port.). — Tor¿ (Valencia).
Caracteres.— Color aceitunado oscuro por encima: costados ceni- cientos: pecho y abdomen con manchas que se asemejan á piuceladi- tas pardas sobre fondo blanco algo amarillento: región orbitaria ama- rilla: pico pardo.
Costumbres. — Esta especie es muy abundante en toda Anda- lucía, Valencia, Murcia y Galicia durante el invierno, retirándose en primavera á la región central ó á parajes frescos para criar. Hace la puesta en Abril, construyendo el nido entre los matorrales, y pone la hembra cinco ó seis huevos verde-azulados con manchas pardo- rojizas. El Sr. Castellarnau dice que algunos años hace dos puestas. En otoño vuelve á las regiones templadas ya citadas. Muchas pare- jas emigran al África. En Valencia se presentan los individuos de esta especie, en unión de los de la llamada T. iliacus, á fines de Oc- tubre, en cuyos días y durante el mes siguiente se cazan, tanto en esta provincia como en Mallorca, enormes cantidades que se envían á Francia y Alemania para la preparación de conservas.
Frecuentan los olivares durante todo el invierno, hasta que en Febrero, época en que termina la recolección de la aceituna, fruto que prefieren á todo otro alimento, bajan á las huertas, invadiendo los campos de habas.
Régimen alimenticio — Insectívoro y frugívoro.
Localidades — Sevilla: Machado. — Granada: López Seoane, Aré- valo.— Málaga: Arévalo.— Valencia, Mallorca: Arévalo. — Murcia: Guirao.— Galicia: Ríos. — San Ildefonso: Castellarnau, Arévalo.—
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(iibraltai-: Irbj. — Coimlira (Port.): Giraldcs. — Madrid: Graells. — Gerona: Vayreda.
T. viscivorus. — L.
Sinonimia. — T. niajor, Briss. — T. arhoreus, Brehm. — Sijlrin riscicora, Sav. — Ixocossyphits viscivorus, Kaup.
Charla (Cast.) — Guia C/iarla (Granada). — Tordo real (Galicia). — Tordeira, Tordoveia {Vovt.). —Chiva (Cataluña): Va jreda. — Tor- danclia (Valencia).
Caracteres. — Partes superiores de color pardo-aceituuado: las inferiores amarillentas con manchas pardas en forma de plumeritos invertidos en el pecho y abdomen: las tres timoneras externas man- chadas de blanco: pico pardo con la base amarillenta. Esta especie tiene mayor talla que las demás del género.
Costumbres. — Es muy abundante en España: en Andalucía v Valencia anida en los montes: en la región central, Aragón y co- marcas interiores de la provincia de Castellón, pasa el invierno.
Los individuos de esta especie se asocian siempre á los de las dos siguientes y á los del t. torquatus.
La hembra pone cuatro ó cinco huevos blanco-agrisados, con pintas y manchas pardo -rojizas, poco numerosas.
Eégimen alimenticio. — Como la especie anterior. El Sr. Caste- Uarnau dice que se ve principalmente á los individuos de esta especie eu los parajes en que el pino negral está invadido de muérdago.
Localidades. — Guadarrama: Castellarnau. — Madrid: Graells. — Dehesa de Alfacar (Granada): López Seoane. — Santiago: Ríos. — Málaga: Arévalo. — Aragón, Valencia y Castellón: Arévalo. — Gi- braltar: Irby. — Coimbra (Portugal): Giraldes. — Gerona: Vayreda.
T. pilaris, L.
Sinonimia. — T. músicas, Pall. — Sylvia 'jpUaris, Savy. — Arceu- tornis pilaris, Kaup.
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Zorzal. Tordo. — Tordo zonial i^añngííX). — Tordancha (Valen- cia).—írHm (Cataluña).
Caracteres. — Cabeza, nuca y rabadilla de culor de ceniza; par- do-castaño en la espalda: garganta, cuello y peclio rojizo-claro: par- tes laterales del pecbo y costados, con manclias lanceoladas: vientre blanco: coberteras de las alas rojizo-castaño: timonera externa man- cliada de blanco en su extremo: pico negro en la punta: amarillo en casi toda su extensión.
Costumbres. — Esta especie, propia del Norte de Europa y de Asia, no es tan abundante como la anterior en España, donde sólo se baila durante el invierno. En Aragón y regiones interiores de la provincia de Castellón permanece desde Noviembre basta Febrero, en cuya época se traslada al Norte de Europa.
Régimen alimenticio. — Como las anteriores.
Localidades. — Guadarrama: Castellarnau. — Madrid: Graells. — Sierra Nevada (Granada): López Seoaue, Arévalo — Santiago: Ríos. — ^lurcia: Guirao. — Aragón y Castellón: Arévalo. — Gerona: Vayre- da. ^Portugal: Giraldes.
T. iliaeus, L.
Sinonimia. — T. ilias, Pall. — Syliña iliaca, Savig.
Tordo.— Malviz (Castilla). — Malvis, Zorzal (Málaga). — C/icn-^rt (Murcia.) — Riiiva (Portugal.) — Tort (Valencia). — Tort ala roitj (Cataluña): Vayreda.
Caracteres. — Color aceitunado oscuro por encima: las plumas laterales del cuerpo y de debajo de las alas rojas desvanecidas: pe- cbo con maucbas alargadas pardas: pico pardo-negruzco.
Costumbres. — Esta especie también se presenta en España ei bastante abundancia por el invierno, principalmente en las pr cias meridionales y orientales en unión del t. raasicas.
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RÉGIMEN ALIMENTICIO. — Como las demás del género.
Localidades. — Madrid: Graells.— Guadarrama: Castellarnau. — Granada: López Seoane. — Málaga, Valencia y Mallorca: Arévalo. — Murcia: Guirao. — Gibraltar: Irby. — Portugal: Giraldes. — Gerona: Vayreda. — Córdoba: Arévalo.
T. merula, L.
Sinonimia. — Merula merula, Boie. — M. vulgaris, Bp. — Sylvia merula, Savig.
Mirlo. — Merla (Murcia, Valencia y Cataluña). — Melro (Galicia y Portugal).
Caracteres. — Color general negro en los individuos adultos: pico y párpados amarillos: primera rémige impropia para el vuelo: la tercera y la quinta son las más largas.
Costumbres. — Es muy común y sedentaria en muchas provincias de España. Anida en los terrenos poblados de árboles, entre los ma- torrales, y pone la hembra cuatro ó cinco huevos de color verdoso- azulado con manchas rojizas. Suele hacer dos puestas: una á princi- pio de Marzo y otra en Mayo. En Valencia y Castellón frecuenta los huertos de naranjos durante la primavera y el verano.
Los individuos de esta especie, cogidos jóvenes, se acomodan fá- cilmente á la cautividad, é imitan el canto de otras aves, así como aprenden á silbar trozos cortos de música, principalmente los que oyen de la flauta.
Régimen alimenticio. — Como las anteriores.
Localidades. — Madrid: Graells. — San Ildefonso: Castellarnau. — Aranjuez: Arévalo.— Granada: López Seoane, Arévalo. — Sevilla, Machado: H. Saimders. — Málaga: Arévalo. — Santander: Arévalo. — Valencia y Castellón: Arévalo. — Murcia: Guirao. — Galicia: Ríos. — Coimbra: Giraldes. — Gibraltar Irby. — Gerona: Vayreda.
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T. torquatus, L.
Sinonimia. — Merula 7nontana, Briss. — M. torquata, Boie. — M. collaris j alpestris, Brehm. — Copsichus torquatus, Kaup.
Cabiblanco (Castilla). — Chirlo (Málaga, Sevilla y Granada). — Tor- dancha (Valencia).
Caracteres. — Color general negro sucio, con un collar ancho ó plastón blanco: plumas de las alas y vientre con un festón blanque- cino muy estrecho: pico amarillo en parte durante el verano, y ne- gro en otoño: primera rémige rudimentaria.
Costumbres. — Es muy abundante en España en las regiones me- ridional y oriental por la primavera y otoño: en esta última esta- ción y en el invierno frecuenta los sitios bajos abrigados, reunién- dose los individuos en grandes bandadas. El Sr. Castellarnau dice que en los chaparrales de la llanura (San Ildefonso) suele verse en Octubre y Noviembre, y que en algunos pueblos designan á esta especie con el nombre de zorzala. El Sr. Vayreda asegura que ani- da en las montañas y bosques de la Cerdaña, Nuria, Setcasas, San Aniol, etc. (Gerona.)
Régimen alimenticio. — Análogo al de las anteriores.
Localidades. — Sierra Nevada (Granada): López Seoane, Arévalo — Guadarrama: Castellarnau. — Madrid: Graells. — Málaga: Arévalo. — Valencia y Castellón: Arévalo.— Murcia: Guirao. — Gibraltar: Irby. — Gerona: Vayreda.
Observación. — El Sr. López Seoane cree que, además de las es- pecies citadas de este género, puede hallarse en Andalucía el t. mi- gratorius, L.; y el Sr. Vayreda considera muy raras tanto á esta como al t. afrigularis y al t. Naumanni. Ignoro los motivos que tengan dichos señores en apoyo de su opinión.
Nota. — Ixos obscurus, Temm. — Pycnonotus obscurus, Blyth. — lícematornis lugubris, Less.
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Esta especie, rarísima en España, habita el África. En Gra- nada se presenta accidentalmente, según el Sr. López Seoane, quien dice obtuvo en Junio de 1858 un individuo procedente de Jesús del Valle. Yo he observado otro en Málaga; pero procedía de Tánger.
Los Sres. Degland y Gerbe aseguran sin embargo equivocada- mente, que dicha especie aparece con frecuencia en Andalucía.
GÉNERO. — Petrocincla, Vigous.
Pico largo j más alto que ancho en la base : aberturas nasales cubiertas en parte por una membrana: las alas pasan de la mitad de la cola: ésta cortada.
Especies.— P. cyanea, Keys y Blas.
Sinonimia. — Tiirdus cyanus, Lath. ~Petrocoss¡/phi(s cyanus. Boie. — Merula ccerulea, Briu. — Turdus solitarias, Lath.
Solitario (Madrid, Málaga y Mm'áai.)— Solitario azul (Granada.)— Pelro azul, Solitorio (Port.)
Caracteres. — Color general negro azulado de acero, excepto las alas j la cola: aquéllas negras, j ésta pardo-azulada: primera rémi- ge larga: el par central de la cola más largo que los otros. La hem- bra es pardo-azulada, manchada de ceniza y rojizo. Los individuos jóvenes tienen el plumaje pardo.
Costumbres. — Hállase, aunque escasa, en todas las cordilleras de la Península: anida en las hendiduras de las rocas más escarpadas, lo que dificulta conseguir huevos y pollos: añadiéndose á esto que cada pareja hace varios nidos para elegir después uno. La puesta tiene lugar en Mayo, siendo el máximum cinco huevos de color tur- quesa limpio, con manchitas pequeñas canela; más numerosas hacia la parte inferior. [Col. A.)
Mi amigo D. José María Benedito, ayudante de la cátedra de
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Historia Natural de la Universidad de Valencia, lia obtenido también en varias ocasiones nidos y polluelos; y ha observado que estos úl- timos lian podido criarse dándoles como alimento una papilla com- puesta de patata cocida y larvas de insectos.
Preséntase por parejas ó por individuos aislados, lo que ha. moti- vado su nombre vulgar. Muchos labradores de Andalucía creen que estas aves anuncian el mal tiempo, pues suelen presentarse en las poblaciones los días anteriores á lluvias.
Régimen alimenticio. — Insectívoro.
Localidades. — Guadarrama: Graells. — Sierra Nevada y de Alfa- car (Granada): López Seoane, Arévalo. — Tajos del Gaitán y demás cordilleras de Málaga: Arévalo. — Valencia: Benedito, Arévalo. — Murcia: Guirao.— Gibraltar: Irby. — Pirineos: Vayreda. — Portugal: Giraldes.
P. saxatilis, Vig.
Sinonimia. — T. saxatilis, L. — Merula saxatilis, Briss. — La- nius infaustus, Gmel. — Saxícola montana, Koch, — Petrocossy- phus saxatilis, Boie.
Espantadizo (Cast.).— Solitario (Málaga.)— Pintado, Solitario de las rocas (Granada.)
Cakacteres. — Cabeza y cuello azul agrisado: espalda negra, algo manchada de blanco en el medio; y este mismo color en la rabadi- lla: pecho, abdomen y subcaudales, rojo-ocráceos, así como las ti- moneras, excepto las dos del centro que son pardas y más cortas que las otras.
El macho joven es de color ceniza con manchas ocráceas, sobre todo en la cola: casi todas las plumas del cuerpo tienen un festón par- do-oscuro.
Costumbres. — Hállase bastante frecuente en Andalucía, Valen- cia, región central j del NO. de España, habitando los montes y sierras, donde anida. De los montes inmediatos á Málaga (Colme-
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nar), he adquií'ido recientemente huevos de color turquesa, algo ma- yores (jue los de la especie anterior, con mauchitas de color canela. (Gol. A.) Eu Setiembre emigra esta especie al África, aunque algu- nas parejas quedan todo el invierno eu nuestras costas orientales.
Régimen alimexticio. — Insectívoro.
LocALiD-iDEs. — Guadarrama: Graells, Castellarnau. — Valencia: Arévalo. — Islas Columbretes (Castellón): Benedito. — Málaga: Aré- valo. — Sierra de Alfacar (Granada): López Seoane. — Montaña de San Juan da Cova (Santiago): Ríos. — Gibraltar: Irbj. — Gerona: Vay reda .
GÉNERO. — Saxicola, Bechst.
Pico tan largo como la cabeza, delgado y hendido: mandíbula superior encorvada en la punta: aberturas nasales ocultas en parte por una membrana: alas largas, que llegan ó pasan de la mitad de la cola: tarsos largos y delgados.
Todas las especies de este género y del siguiente tienen un as- pecto general tan marcado que permite distinguirlas con facilidad de los otros grupos. La cabeza es algo gruesa: la extremidad de la mandíbula superior arqueada: el pico negro, y los tarsos largos y negros: los colores dominantes son el blanco, el negro y el de ante, más ó menos rojizo, formando manchas grandes cortadas.
Especies. — S. cenanthe, Bechst.
Sinonimia. — Motacilla cenanthe, L. — Vitiflora cinérea, Briss. — V. ce)ianlhe, Boie. — Sylvia cenanthe, [Lath. — (Enaíithe cinérea,
(VieiU.)
Coliblanco (Cast.). — Collalba (Guadarrama): Castellarnau. — Rabi- blanca, Ruiblanca (Murcia). — Pedreiro (Galicia). — Caiacla (Port.). — Culiblanc (Valencia). — Culblanch (Cataluña).
Caracteres. — Partes superiores gris-cenicientas en el macho, rojizas en la hembra: coberturas de las alas negras: sub-caudales de
12G color blanco puro, así como la frente y las cejas: las timoneras de enmedio blancas en su mitad posterior.
Costumbres. — Es muy abundante y de paso por la primavera y el otoño en las regiones meridional, oriental y del N. O. de España, viéndosela durante muy pocos días en los parajes próximos al mar y en las playas. El Sr. CasteUarnau dice que la ha observado desde últimos de Marzo hasta Octubre en Guadarrama, y que tiene por seguro que cría en la sierra indicada. El Sr. Vayreda asegura tam- bién que anida en los Pirineos entre las piedras y en los agujeros de las rocas; yo no he podido hasta el presente tener más noticias acer- ca de su reproducción en nuestro país.
El Sr. Uuirao dice que algunos individuos permanecen en Mur- cia durante el invierno.
Régimen alimenticio.- — Insectívoro.
Localidades. — Madrid: Graells. — Guadarrama: CasteUarnau. — Albufera y playas inmediatas (Valencia): Vidal, Arévalo.- — Málaga y Granada: Arévalo. — Murcia: Guirao. — Santiago: Ríos.- — Gibraltar: Irby.— Gerona: Vayreda. — Portugal: Giraldes.
S. aurita.— Temm.
Sinonimia. — Vitiflora rufescens, Briss. — Motacilla stapazina, variedad B. Gmel. — (Enanthe albicollis , Vieill. — Vitiflora auri- ta, Bp.
Sacristán (Cast.). — Ruiblanca (Málaga, Murcia y otras provin- cias).— Galiblanc (Valencia).
Caracteres. — Espalda blanco -rojiza: garganta blanca: una ban- da negra desde el pico al oído, pasando por el ojo: cobertoras supe- riores de las alas negras: el par central de la cola negro, y de igual color el tercio inferior de los otros y el borde externo de los dos pri- meros.
Según las estaciones, varía la distribución de los colores. A con- tinuación doy la descripción breve de un macho adulto.
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Color de la cabeza, cuello, pecho j abdomen, anteado fuerte por encima: cerca del pico, en el cuello y en el abdomen, va desvane- ciendo, casi hasta blanco: de la mandíbula superior parten dos man- chas negras estrechas, que se ensanchan al llegar á los ojos y co- rren hacia atrás hasta pasar del oído: las alas son negras: el par cen- tral de la cola negro de humo: los demás blancos, pero con un fes- tón irregular de aquel color, el cual mancha algo las costillas de las plumas.
Costumbres. — Es muy común en España, donde se presenta por la primavera: habita las sierras y parajes solitarios. Por los meses de Abril, ^layo y principios de Junio, pone la hembra cinco huevos de color de turquesa fuerte, con manchas casi imperceptibles de color canela, dispuestas en corona hacia la parte inferior. Es fácil confun- dir estos huevos con los de la especie siguiente: yo he examinado seis nidos de ésta y diez de la S. aiirita, y con atención se distin- guen perfectamente. {Col. A.)
Régimen alimenticio. — Insectívoro.
Localidades. — Madrid: Graells. — Sierra Nevada y Sierra Elvira (Granada): López Seoane, Arévalo. — Tajos del Gaitán (Málaga): Aré- valo. — Sevilla: Machado, H. Saunders. — Murcia: Guirao.— Valen- cia: Arévalo. — Gibraltar: Irby. — Gerona: Vayreda.
S. stapazina.— Temm.
SiNONuiiA. — Vitiflora rufa, Briss. — V. stapazina, Bp. — Sylvia stapazvia, Lath. — CE fiante stapazina, Vieill.
Dominica. — Oropéndola mosca (Cast.): Graells. — Ruiblanca (Mála- ga, Granada, Murcia y otras provincias). — Caiada, Queijeira, Tafíiarra (Port.). — Culiblaíic (Valencia). — Colit (Cataluña).
Caracteres. — Parte superior de la cabeza, cuello, pecho y abdo- men blancos, algo rojizo en la nuca, espalda y pecho: garganta, alas y el par central de la cola negras : rabadilla , coberteras de la cola y gran parte de las timoneras, blancas.
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Distingüese fácilmente de la .S'. aurifa en que las manchas ne- gras que cubren el oído se continúan por debajo basta la base del pico: el color del pecbo es más claro que en dicba especie, y el de la espalda algo más subido.
Costumbres. — Es bastante común en España , tanto ó más que la especie anterior: como ella, aparece por la primavera, y habita los mismos parajes , y anida también en la misma época. El Sr. Caste- llarnau dice que para criar sube á la parte más alta de la Sierra de Guadarrama, habiendo visto individuos en Peña Lara en el raes de Mavo. En Sevilla abunda esta especie mucho más que en las demás regiones. Pone la hembra cinco huevos de color turquesa algo más claro que en la especie anterior, con manchitas de color de canela dispuestas muchas veces en corona hacia la parte inferior. (Col. A.)
El Sr. Machado afirma que los individuos de esta especie anidan sobre los almibares y techos de las chozas en Sevilla, y que dura la incubación catorce días, la cual está encomendada exclusivamente á la hembra, y durante ese tiempo el macho permanece en las inme- diaciones del nido.
RÉGIMEX ALIMENTICIO. — luseCtíVOl'O.
Localidades . — Madrid : Graells . — Guadarrama : Oastellarnau . — ■ Sierras Nevada y Elvira (Granada): López Seoane, Arévalo. — Sevi- lla: Machado, H. Saunders, Arévalo. — Tajos del Gaitán (Málaga): Arévalo. — Murcia: Guirao. — Valencia: Arévalo. — Gibraltar: Irby. — Gerona: Vayi-eda. — Portugal: Giraldes.
S. leucura.— Keys y Blas.
Sinonimia. — Tiirdiis leiicwus , Gmel. — (Enanthe leucura, Vieill. — Saxícola cachinnans, Temm. — Dromolcea leucura, Bp.
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Pajaro negro (]\Iadrid), L\rA(i\\%.—Ciiliblanco, RuiMa^ico (Málaga, Granada y Sevilla).' — Rabiblanca {Murcia). — Rabo branca (Port.). — Culiblanco grande (Valencia). — Cua-blanch (Cata- luña).
Caracteue.s. — Color uniforme pardo-escuro mate, aclarando ha- cia el extremo de las alas, donde aparece castaño sucio: en las plu- mas de la cola un festón de este color, el resto blanco, así como las plumas anales: el par central de la cola pardo en la mitad de su lon- gitud: tarsos robustos: pico fuerte. Esta especie es la de mayor ta- maño del género. .
Costumbres. — Es muy abundante y sedentaria en gran parte de España, especialmente en Andalucía, Valencia y Murcia, anidando en las cortaduras y escarpas de las montañas, "y en los mechinales de los pozos abandonados del campo : algunas parejas he vi.sto que lo hacen también en los montes inmediatos á la ciudad de Málae-a, ta- les como el del Calvario y castillo de Gibralfaro. La puesta tiene lu- gar desde mediados de Mayo, y consiste en cinco huevos de color ge- neralmente verde-azulado débil con manchitas vinosas dispuestas en corona hacia la parte inferior: algunos, aunque rara vez, tienen el fondo blanco con manchas del color y en la disposición indicados. (Col. A.)
En la fabricación del nido emplea plumas, cerda, lana y fibras secas de chatmerops humilis (palmito).
RÉGIMEN' ALIMENTICIO. ^Como las autcriores especics.
Localidades. — Madrid: Graells. — Sevilla: Machado, H. Saun- ders. — Granada y Málaga: Arévalo.— Murcia: Guirao. — Valencia: Arévalo.— Douro, Regoa (Port.) Giraldes.— Gibraltar: Irby.— Mon- tes y sierras de Masanet de Cabrenys, la Muga, Olot, Cerdaña, etc. (Gerona): Vayreda.
' Ea algunos pueblos de Sevilla la llaman también Sacristán.
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GÉNERO. — Pratíncola. —KocH.
Pico .más corto que la cabeza, escotado y,,encorvado en la punta: aberturas nasales ocultas en parte por pluinitas de la frente: alas largas.
Especies. — P. rubetra. — Koch.
•■ SmomúiÁ^.-^Mofacilla vubefra, L. — Sylvía rubetra, Latli. — Saa-icola rubetra, Beschst. — (Enanthe rubetra, Yie'úl.—Fruticico- la rubetra, Macgill.
Sietearreldes, Tarabilla grande {Cast.]— Mosqif era, Calderona (San Ildefonso), Castellarnau. — Zarzalera (C4ranada). — Cagaes- ' tacas (Murcia). — Cdrtaxo (Port.). — Cagamanecs, Pucha soques (Valencia). — Cagamanechs (Cataluña).
Caracteres. — Color g-eneral negro-parduzco : dos cejas blancas largas que se destacan sobre el fondo de aquel color: este mismo se halla en la cabeza, pero listado de pardo-rojizo claro. Partes inferio- res, desde la base de la mandíbula inferior basta el abdomen, roji- zas: esta última región pardo-amarillenta: alas con una mancha blan- ca: los dos tercios superiores de la cola blancos, tanto superior como inferiormeute, excepto las costillas de las plumas : el primer par tie- ne también las barbas externas blancas en toda su extensión, y los otros con un ligero festón en las barbas internas.
'^' Costumbres;. — Hállase con abundancia en Andalucía y Valencia por la primavera y el otoño: el Sr. Castellarnau dice que es tam- bién bastante común desde Abril á Octubre en los prados y praderas de los pueblos del pie del Guadarrama, donde cría, haciendo el nido en el suelo entre la yerba, y que pone la hembra cinco ó seis huevos de color verdoso claro. En la provincia de Málaga es abundantísima y una de las especies que más .se adelantan en la uidificación, viéndo- se gran número de individuos jóvenes á fin del verano. El Sr. Gui-
I? I
rao dice que es sedcutaria , aumjue rava, cu Mureia; y el